Su consejo coincide con el de numerosos expertos en excreción, quienes recomiendan que la posición de cuclillas debería ser el método preferido a la hora de evacuar.

En una entrevista de 2015 con The Guardian, Giulia Enders, autora de Gut: The Inside Story of Our Body’s Most Underrated Organ, explicó que incluso hay un importante estudio de caso que respalda esta postura: todos los países orientales que no tienen problemas asociados con la postura occidental para defecar.

Ella afirma: “1 200 millones de personas en todo el mundo que se agachan casi no tienen incidencia de diverticulosis (una condición que ocurre cuando las bolsas del intestino se inflaman, causando dolor abdominal, estreñimiento y sangrado rectal) y tienen menos problemas con las hemorroides”.

En contraste, las personas en Occidente “comprimimos nuestro tejido intestinal” mientras hacemos nuestras necesidades, formando un nudo gástrico gastrointestinal, explica.

La posición de cuclillas también es más eficiente.

Un estudio publicado en 2012 en la revista Digestive Diseases and Sciences encontró que las personas que se agachaban en un inodoro de 12 pulgadas tardaban 51 segundos en defecar, mientras que aquellos que se sentaban sin agacharse en un inodoro de 16 pulgadas tardaban asombrosos 130 segundos.

La forma adecuada de defecar ha sido objeto de mucho debate recientemente.

En marzo, una nutricionista canadiense especializada en salud intestinal dividió a los espectadores al afirmar que las personas que no defecan al menos una vez al día literalmente están llenas de desechos, ya que no están eliminando correctamente el sistema.

Sin embargo, según los gastroenterólogos, defecar desde varias veces al día hasta una vez cada dos o tres días se considera normal.

Comentarios sobre el artículo «Has hecho mal popó toda la vida y este doctor revela cuál es la forma correcta»