Cuando trabajaba en un puesto de dulces, un hombre llegó con dos niños. Le pregunté al hombre: “Disculpe, ¿es usted Hugh Jackman?”. Él sonrió y dijo “sí”, así que le estreché la mano, felicitándolo por sus actuaciones en las películas de X-Men. Ese día, lo que más me maravilló fue ver la buena educación de su hija: mientras me preguntaba por los sabores de los dulces, le dije cuál era mi favorito y le pregunté si quería probarlo. Ella abrió la mano y miró casi con tristeza los dos dólares que tenía y me preguntó: “¿Tengo que pagar por la prueba?”. Eso fue asombroso: solo tenía dos dólares, como la mayoría de los niños, y no sentía que debía tener algún privilegio. © Jeanne Petrov-Stojanovic / Quora
Estaba almorzando en un restaurante de comida rápida cuando Bill Murray se sentó en mi mesa, robó una papa frita, la sumergió en mi helado y se la comió. Luego me miró y dijo: “Nadie te va a creer” y se fue. © Chukwuebuka Sunday / Quora
Era propietario de una empresa en Hawái y contraté a varios jóvenes que volaron allí con nada más que la ropa que llevaban puesta. Uno de los nuevos empleados se llamaba Jeff y no tenía hogar, así que vivía en la playa. Él tenía un amigo que también vivía en la playa, un chico de unos 21 años llamado Chris. Lo que hizo que Chris fuera memorable fue su confianza. Cuando le preguntaron qué quería hacer con su vida, dijo que iba a “mudarse a Hollywood y convertirse en una GRAN estrella”. Estos chicos tenían más probabilidades de ganarse la lotería que de convertirse en estrellas. Así que pueden imaginar mi sorpresa cuando, unos años después, estaba viendo la exitosa película Mundo Jurásico y el protagonista era el mismo chico sin hogar, Chris... Chris Pratt. Ahora es un actor exitoso. © Jim Stewart / Quora

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