Siempre que salíamos a comprar ropa con mi padre, nos anticipaba el presupuesto, y no era mucho con lo que contaba el hombre. Con mi primer sueldo salí con mi hermana menor a una tienda departamental y le dije “Elige una chaqueta”. Me preguntó “¿De cuánto?”, y le respondí: “La que te guste”. Me miró feliz. © gustavosilval_ / Twitter
Con mi primer sueldo invité a mi mamá a cenar a un restaurante donde la atendieron y podía pedir todo lo que quisiera. Nos comimos un asado enorme, ensaladas y bebidas. Después mandé a arreglar los frenos a mi bicicleta y nunca más frené con el pie la rueda trasera. © robertomomberg / Twitter
Vivía en la isla Juan Fernández, Chile, y tenía 11 años cuando ayudé a descargar un barco. Con lo que me pagaron me compré una raqueta de tenis. Me encantaba ese deporte, pero nunca lo había visto jugar y solo lo escuchaba por radio. De hecho, la cancha la conocí gracias a una foto en la revista Estadio. Con un amigo hicimos una y luego en el gimnasio nos habilitaron otra, pero de madera, y aprendimos a jugar tenis sin haberlo visto nunca, pues en la isla no había televisión aún. Luego fui a estudiar a Valparaíso, Chile, me presenté a la preselección de tenis del liceo y quedé. Hasta hoy lo juego. © JorgeAndaurV / Twitter

Comentarios sobre el artículo «19 Personas que al recibir su primer sueldo, sintieron que podían comprar un pedacito de cielo»