En Corea, una caja de ostras frescas cuesta la mitad que un trozo de carne: 5 USD en comparación con 10 USD.
A pesar de que los ingredientes son más baratos, comer en restaurantes resulta más económico que cocinar en casa, por lo que cocino casi nunca.
Los puestos de comida callejera llamados Pojangmacha son muy populares entre los residentes y turistas en Corea. Estos surgieron en las calles después de la ocupación japonesa en los años 50 y 60, cuando la mayoría de la población del país era pobre y la gente podía comprar bebidas y bocadillos como saltamontes, cereales o gorriones fritos. Aunque los tiempos de hambre han terminado, los puestos siguen siendo populares, pero con un aspecto más moderno y sin los bocadillos espeluznantes.
La comida coreana es muy picante, a veces tan picante que puede hacerte llorar. Para mitigar este efecto, los habitantes suelen acompañar su comida con kimchi, aunque este puede parecer demasiado picante para los paladares occidentales.
Entre los aperitivos (banchan), es común encontrar namul, que son hojas de rábano, calabaza y otras verduras mezcladas con aceite de sésamo y salsas fermentadas.
Los coreanos no acostumbran a comer solos. Las porciones en los cafés suelen ser para al menos dos personas, y si comes solo, los lugareños te mirarán con lástima. Además, la costumbre de “no hablar con la boca llena” no es relevante en Corea, ya que es normal hablar durante la comida.
Durante el horario de mayor audiencia en Corea del Sur, los canales de televisión emiten programas culinarios en lugar de noticias o entrevistas. Para ellos, lo principal es comer rico y disfrutar de la comida. Por lo tanto, es considerada como la televisión más positiva del mundo.

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