En una Gala del Met, Kim Kardashian West impresionó a todos con su vestido “mojado” de Mugler. El diseñador quería convertir a la socialité en una mujer que parecía haber emergido del océano. Le tomó 8 meses crear este traje.

Kim dijo que tuvo que ponerse este atuendo inusual con la ayuda de tres hombres. El corsé se convirtió en una verdadera prueba para la celebridad: antes de comenzar a prepararse para el evento, Kim les dijo a los reporteros de Vogue que pasaría el rato, hablaría, pero que no podría sentarse. Kardashian también pidió desearle buena suerte en el evento, porque no podría ir al baño durante unas cuatro horas.

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