Además de las lecciones de natación, la Alianza Nacional de Prevención recomienda que los padres pongan en práctica cinco capas de protección para mantener a los niños seguros en el agua, las cuales te presentamos a continuación:

Barreras y alarmas, como cercas alrededor de las piscinas y alarmas en puertas y ventanas que dan hacia la piscina, de manera que un adulto sea alertado cuando se abran.
Supervisión que sea “cercana, constante y capaz”, lo cual es fundamental para la seguridad en el agua, según la organización.
Competencia acuática, lo que significa que tanto adultos como niños deben saber nadar. La National Drowning Prevention Alliance recomienda hablar con el pediatra de su hijo sobre cuándo comenzar las lecciones de seguridad acuática o natación.
Chalecos salvavidas, que son necesarios siempre que se esté “en o cerca de cuerpos de agua abiertos y naturales, y al navegar en bote”, según indica la organización.
Preparación para emergencias que incluye mantener un teléfono al lado de la piscina para poder llamar rápidamente al 911, y aprender y practicar cómo realizar la RCP (reanimación cardiopulmonar), según indica la Allianza.

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