Así es como los científicos pueden cultivar madera en el laboratorio sin cortar un solo árbol
Los avances tecnológicos de nuestro tiempo nos han llevado a presenciar maravillas modernas y descubrimientos sorprendentes. Desde los carros eléctricos, los viajes turísticos a la luna, e incluso la posible cura a enfermedades que nos acongojan, la tecnología nos muestra un futuro lleno de posibilidades. ¡Y lo que descubrieron un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts no se queda atrás en la escala de genialidad!
La paradoja del mundo radica en que la mayoría de las reuniones y conferencias destinadas a “preservar los bosques” se llevan a cabo en salas elegantemente decoradas con muebles elaborados a partir de la tala de árboles. Según las cifras de 2021, el mercado de productos derivados de la madera alcanzó los 631 000 millones de dólares, y a pesar de los esfuerzos de los activistas ecologistas por prevenir la deforestación, se estima que esta cifra supere los 900.000 millones de dólares para 2026. ¿Acaso hemos perdido ya la batalla por la preservación de nuestros bosques?
Sin embargo, aún no podemos afirmarlo, ya que surge una nueva solución que promete poner fin a nuestra dependencia de la tala de árboles. Un grupo de científicos e investigadores del MIT asegura que es posible reemplazar los productos derivados de la deforestación, fabricados con madera real, mediante el cultivo de madera en laboratorio. Han desarrollado una técnica que permite producir madera de cualquier forma y tamaño, lo que implica que, por ejemplo, si se necesita una nueva silla de madera, es posible crearla en un laboratorio sin la necesidad de cortar ni un solo árbol.
Un grupo de investigadores del MIT llevó a cabo un experimento para conferir propiedades similares a las células madre a células vegetales convencionales. Utilizaron células extraídas de las hojas de una planta con flores llamada zinnia común (Zinnia elegans) y las colocaron en un medio líquido durante algunos días. A continuación, trataron estas células vegetales con un medio gelatinoso enriquecido con nutrientes y hormonas.
Con el paso del tiempo, las células se multiplicaron, generando nuevas células vegetales. Los investigadores también descubrieron que al modificar la concentración hormonal en el medio gelatinoso, podían controlar las propiedades físicas y mecánicas de las células recién formadas. Durante los experimentos, se observó que el material vegetal expuesto a concentraciones hormonales elevadas se volvía rígido.
Ashley Beckwith, la investigadora principal, explicó: “En el cuerpo humano, las hormonas determinan el desarrollo celular y la aparición de ciertos rasgos. Del mismo modo, al modificar las concentraciones hormonales en el medio nutritivo, las células vegetales responden de manera distinta. Manipulando estas pequeñas cantidades químicas, podemos lograr cambios drásticos en las características físicas”.
Además, Beckwith y su equipo lograron imprimir en 3D estructuras personalizadas utilizando las células cultivadas en el gel mediante un proceso de bioimpresión 3D. Durante un período de tres meses, el material vegetal impreso en laboratorio se incubó en la oscuridad, obteniendo resultados sorprendentes. La madera cultivada en el laboratorio no solo sobrevivió, sino que también creció a una velocidad dos veces mayor que un árbol convencional.
Según una estimación, el proceso actual de fabricación de muebles resulta en una pérdida de aproximadamente el 30% de la madera como residuo. Sin embargo, la técnica de bioimpresión 3D propuesta por los investigadores del MIT no genera ningún residuo y tiene la capacidad de producir material vegetal en cualquier forma y tamaño deseado. Ashley Beckwith explica: “La idea es cultivar estos materiales vegetales exactamente con la forma requerida, eliminando la necesidad de realizar procesos de fabricación que generen residuos, lo que reduce tanto la cantidad de energía utilizada como los desperdicios resultantes”.
Hasta ahora, los científicos han demostrado que es posible cultivar material vegetal en laboratorio y manipular sus propiedades mecánicas, pero el estudio se encuentra en una etapa inicial. Se requiere más investigación y experimentación antes de que la técnica pueda avanzar y utilizarse para la producción en escala comercial de muebles en 3D en el laboratorio.
El autor principal y científico Luis Fernando Velásquez-García afirma: “Aunque aún está en sus primeras etapas, esta investigación demuestra que los materiales vegetales cultivados en laboratorio pueden ajustarse para tener características específicas, lo que algún día podría permitir a los investigadores cultivar productos de madera con las propiedades exactas necesarias para aplicaciones específicas”.
Cada año, se talan alrededor de 15 000 millones de árboles, lo que contribuye en gran medida a los problemas asociados con el cambio climático en el mundo actual. Si tiene éxito, la madera cultivada en laboratorio podría ser una solución para poner fin a la deforestación de una vez por todas. Esperemos que este avance se convierta en una realidad pronta.
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