Ahora lo vi todo
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20 Niños que supieron cómo helar la sangre de los adultos a través de sus relatos

Los niños tienen una imaginación infinita. Para ellos, inventar o armar historias es pan comido, pero en ocasiones sus relatos terminan siendo escalofriantes, nada les piden a los guiones de películas de terror.

En Ahora lo vi todo encontramos anécdotas que tienen como protagonistas a los pequeños de la casa y que podrían superar cualquier explicación científica.

  • Cuando mi hija tenía 2 años, vio una foto de mi papá, quien había fallecido hacía más de 30 años. Él murió cuando yo era bebé, así que no lo conocí. Me preguntó quién era y estaba muy asombrada al ver la foto; le dije que era su abuelo, que está en el cielo, y ella me dijo: “No, mamá, él viene todas las noches a hablar conmigo, dice que me quiere mucho y que está muy orgulloso de ti”. Sentí envidia, porque ella podía verlo y hablar con él y yo no, pero a la vez estaba muy feliz de saber que se habían conocido. © Ericka Ramírez Garita / Facebook
  • Justo detrás de la casa de mi hermana, pasaba un río y a unos 5 o 6 metros, la corriente se veía muy fuerte. Mi sobrinita tenía como 2 o 3 años y estaba sentada en la puerta del patio muy atenta viendo el río. Mi hermana sintió miedo y la metió a la casa. Después, la niña miraba el suelo de la casa y decía: “Aquí hay mucha agua, mamá”. Entonces mi hermana hizo una maleta y le pidió a su esposo que la sacara de ahí porque tenía miedo, nunca había visto el río con esa corriente y a la niña hablar con esa seriedad. Ella dice que parecía otra persona la que le hablaba. Mi hermana salió de la casa como a las 12:00 del mediodía y a las 6:00 de la tarde, el agua les llegaba a las rodillas a los demás dentro de la casa. Días más tarde, el río tapó la casa hasta el techo. © Guadalupe Ruiz / Facebook
  • Cuando mi hija tenía dos años, decía que ella quería estar en su casa. Yo le respondía: “¿Qué casa, si no tenemos casa?” y ella decía: “Mi casa, la que compré con tanto esfuerzo. Mi casa. ¿Por qué tengo que vivir aquí si tengo mi casa?”. Ella estaba hablando de la casa de su bisabuela. Mi esposo se quedó frío. Fue raro. Eso lo dijo hasta que cumplió 6 años y dejó de decirlo. La abuela de mi esposo murió antes de que ella naciera, nunca la pudo conocer. A veces siento que mi hija es la reencarnación de la abuela de mi esposo. © Belilin Florez / Facebook
  • Cuando mi segundo hijo era pequeño, lo estaba llevando al colegio cuando me dijo: “Mamá, se murió el Sr. X” (una persona muy conocida a nivel nacional). Yo le dije: “Hijo, tú ni siquiera conoces a esa persona” y me dijo: “Lo soñé, mamá”. Nunca lo conocimos personalmente y es posible que mi hijo haya escuchado su nombre en alguna ocasión. Rumbo al colegio, encendí la radio y estaban hablando de su fallecimiento. © Lety Bedolla Vega / Facebook
  • El día que mi papá falleció, lloré todo el día desde que me levanté hasta las 5:00 de la tarde, cuando me avisaron. Yo tenía 6 meses de embarazo, tuve a mi hijo y cuando él comenzó a hablar, decía que él había conocido al abuelo, pero si yo lo tenía en la panza, ¿cómo lo iba a conocer? © Teresa Suarez / Facebook
  • Mi nena tiene casi 4 años y el otro día me dijo que me había tenido en brazos cuando yo era bebita, y a mi mamá también. O sea que mi mamá y yo fuimos hermanas y ella era nuestra madre. © Naty Molgora / Facebook
  • Cuando mi hija tenía 3 años, me dijo que ella me veía desde arriba y que siempre quiso que yo fuera su mamá. Me habló de un hermanito que estaba con ella y que él la mandó a que fuese mi hija. Yo perdí un bebé antes de que ella naciera y ella no lo sabía. © Gema Carrión / Facebook
  • Unos días antes de Navidad, estábamos en la peluquería con mi esposo. Lo había convencido de que se hiciera algo diferente en el pelo. Como el lugar era pequeño, esperábamos en un banco en la vereda. Aunque ya se respiraba por todos lados el clima festivo, nosotros estábamos tristes, ya que mi suegro había decaído bastante esos días. En un momento, mi hija de 3 años me dijo que veía un ángel. Me sorprendió bastante, porque ella jamás había escuchado esa palabra. Le pregunté dónde estaba y me dijo que estaba parado detrás de su papá, arreglándole la cabeza, mientras señalaba. Pero en ese momento allí estaba él solo, ya que el peluquero lo había dejado esperando a que hiciera efecto lo que le puso. Mi hija seguía insistiendo en que estaba allí detrás de su papá, que ella lo veía. Dos días después, mi suegro falleció. © Kika Martin / Facebook
  • Cuando mis hijas eran pequeñas, de 4 y 5 años, tenían una amiga imaginaría y jugaban con ella. Le decían Tency. Yo les pregunté cómo era y me dijeron que tenía ojos verdes, como su papá. En una ocasión, se lo conté a mi suegra y me dijo, muy sorprendida, que ella tenía una sobrina que se llamaba Hortencia y le decían Tency, pero que se había ido lejos de ahí hacía tiempo. Ellas no la conocían, ni yo. Fue muy extraño. © Villarreal Cardoza / Facebook
  • Mi hermana estaba embarazada de poquitas semanas. Se le acercó un niño, hijo de una amiga de mi mamá, la miró y le dijo: “Tienes dos bebés en la panza”. Mi hermana lo miró mal y se alejó. Al poco tiempo, se hizo una ecografía y, para su sorpresa, así fue, estaba esperando mellizos. © Cris Méndez / Facebook
  • Mi madre murió hace exactamente un año, cuando mi sobrino tenía 3 años. El día que ella murió, lo acostamos en la cama de mi mamá. Cuando se despertó, le dijimos que la mamita se había ido para siempre, a lo que nos respondió que era mentira, que la mamita estaba en el cuarto, que se había acostado con él y lo había abrazado. Nos quedamos sin palabras. © Joâo Moser / Facebook
  • Un día fuimos al supermercado a hacer las compras. Mi hija de 3 años agarró un paquete de pañales enorme y lo arrastraba por el piso para subirlo al carrito. Le pregunté para qué quería pañales si ella ya no los usaba y me dijo: “Para mi hermanito, que está en tu panza”. Días después, no me llegaba la regla. Tenía razón, ¡estaba embarazada de su hermano! © Roxana Noguera Marecos / Facebook
  • Cuando mi abuela falleció, mi hijo tenía dos años; por supuesto, no participó ni del velatorio ni del entierro. A mi abuela la pusimos en un nicho. Alrededor de una semana después, mi hijo le contó a su amigo que morirse no era muy lindo, porque te ponían detrás de una pared. En casa, nadie mencionó que la abuela estaba en un nicho y unos días después vino corriendo y me dijo: “Mami, la abuela quiere un vasito de agua. Tiene sed”. Yo, por supuesto, le contesté que ella ya no estaba con nosotros, que se había ido. Pues él me llevó a su habitación y me dijo: “No, la abuela estaba sentada acá”. Cabe aclarar que mi abuela tenía adoración por mi hijo y yo no dudé nunca de que él la había visto. © Illiana Dea / Facebook
  • Me pasa algo peculiar con mi hijo de 4 años. Él dice que tiene un papá rey, una reina, que es su madre, y 5 hermanos. Yo le pregunto en dónde están ellos, a lo que siempre me responde: “En París”. Un día, busqué en la red una foto de la Torre Eiffel y me dijo muy entusiasmado y alegre: “Allí es mi casa, allí está mi papá, el rey”. Yo le he dicho: “Pero yo soy tu mamá y acá está tu papá”, a lo que él me contesta: “Sí, tú eres mi mamá, pero tú vives aquí conmigo y yo tengo otra mamá, que es la reina, y mi papá es el rey, y viven en París con mis hermanos”. © Gene Mediina / Facebook
  • Cuando mi hija tenía 4 años, estábamos viendo la película de Selena. Jamás la había visto con ella y, de repente, me dijo: “Ese día, en ese concierto, había demasiada gente. Imagínate cómo sería en estos tiempos si no hubiera muerto Selena”. Quedé sorprendida. © Martinez Camila / Facebook

¿Qué suceso “del más allá” te ha ocurrido?

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