Ahora lo vi todo
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Su padre era un cazador, ahora ella dirige una reserva que protege a los pumas

En medio del sufrimiento y la explotación despiadada de los animales, surge un rayo de esperanza con la valiente labor de Kai Pacha y su ONG Pumakawa. En medio de la crisis, se levanta valiente para luchar contra la caza implacable de pumas y el cruel comercio de trofeos inhumanos. Su testimonio nos estremeció.

En la actualidad, Kai Pacha está a cargo de la ONG dedicada a la conservación ambiental de especies autóctonas en detrimento numérico o en riesgo de extinción, ubicado en la región centro de Argentina. A lo largo del tiempo, la reserva ha adoptado al puma como su símbolo distintivo. A continuación, compartimos algunos de los valiosos aportes que esta institución ha ofrecido a los medios de comunicación.

¿Cuál es el significado de Kai Pacha? Esta expresión proviene del idioma quechua y se refiere al mundo terrenal, representado por el majestuoso puma.

De acuerdo con la narración de la mujer, fue su padre quien estableció el espacio que ahora alberga la reserva. En aquel entonces, Kai residía en un vehículo de carga. Posteriormente, se trasladó a la provincia de Córdoba para finalizar sus estudios en Trabajo Social.

En ese sentido, mencionó que en el campo de su padre había un terreno de 25 hectáreas con una diversidad de animales. “Él se sentía muy solo con tantas responsabilidades. Observé el lugar y vi lo que podía hacer por los animales y lo que ellos podían hacer por mí”, reveló Kai.

Con el paso de los años, asumió la responsabilidad del lugar, mientras que su padre optó por una actividad más lucrativa.

Recuerda con gran emoción que en octubre de 2000 su vida cambió gracias a una pequeña puma. “A veces me siento más animal que persona, me guío por la intuición. Salvarla fue eso: a pesar de los seis diagnósticos de eutanasia, yo estaba convencida de comprender su deseo de vivir”, expresó conmovida. Asimismo, reveló que la llegada de la puma marcó el inicio del santuario que actualmente se conoce como Pumakawa.

Es relevante destacar que en el año 2009, un incendio forestal amenazó con destruir por completo el hábitat de la reserva. En medio de este escenario aterrador, al menos nueve pumas rodearon el área. Kai describió la situación de la siguiente manera:

“Las llamas enormes crujían como un monstruo en avance. El fuego se acercaba rápidamente hacia los recintos de los pumas. Corrí y abrí las puertas para evitar que se quemaran. Los liberé. Con los ojos irritados por el humo, apenas podía ver. Mientras corría, les pedía perdón por la estupidez humana. Cuando llegué donde se encontraba el equipo de ayuda, noté que se asustaban al verme. Confundida, miré hacia atrás y los vi. En ese preciso momento, mi vida dio un giro completo”, declaró Kai.

“Para mí, los pumas, lejos de ser una especie perjudicial, son indispensables para el ambiente: son fusibles que saltan antes de que pase algo peor. Trabajar por el puma es abrir una puerta a un camino mucho más grande: es trabajar por el monte, y también por sus presas; la vizcacha o el guanaco que tienen que estar, porque son su comida. Trabajar por el puma es abrir una puerta a un camino mucho más grande: es trabajar por el monte”

Y enfatizó en lo siguiente: “La problemática del puma es poco querida, somos una sociedad productiva y es importante proteger la producción, pero sin ignorar el monte. Trabajar por la producción y también por la vida silvestre”.

¡Las motivaciones son abundantes! Frente a la preocupante realidad, todo el equipo de Pumakawa propone acciones concretas que contribuyan a revalorizar y preservar el bosque nativo.

Es importante resaltar que las condiciones de bienestar y cuidado son fundamentales para llevar a cabo las actividades de manera adecuada.

Kai mencionó algunos de los pilares clave, como: “Brindarles buena alimentación, generar emociones positivas, permitirles mantener ciertos aspectos de su vida silvestre y hacer más llevadero el cautiverio que no eligieron. A su vez, ellos cambian su rol: ya no son meros componentes del ecosistema ni depredadores, sino voces que nos dicen: ’Estoy aquí debido al impacto de las acciones humanas en el medio ambiente. Los seres humanos han dejado huella en mí’. Nadie puede culpar a otro, todos somos responsables”, afirmó.

Las palabras de Karina son sumamente elocuentes. Desde su infancia, ha documentado el sufrimiento que experimentan los animales bajo el dominio humano. Es por eso que ella defiende vehementemente los derechos y la libertad de los animales.

Ella lucha incansablemente para poner fin a la utilización de seres sensibles como meros medios para fines comerciales.

“La caza de un puma es muy difícil, verlo es casi imposible”, confiesa Kai. Reconocer la realidad implica embarcarse en un proceso de autodescubrimiento y exploración. ¿Quién de nosotros está dispuesto a renunciar a los hábitos cotidianos? Es crucial que sintamos empatía hacia las víctimas. En este sistema, los animales carecen de voz y medios para resistir.

En este sentido, es fundamental destacar las denuncias que Karina lidera:

“Constantemente, llegan extranjeros que pagan alrededor de 10 000 dólares por un disparo que está garantizado. Una vez que pagan, deben llevarse al puma. Por lo tanto, el puma es puesto en una jaula, sedado, sediento o con las patas lastimadas, para que cuando le abran la puerta camine lentamente, siguiendo una ruta que pase justo por la mira del cazador. Los miradores son tan cómodos que incluso suelen tener calefacción y una persona que sirve bebidas. Las páginas web de los lugares de caza incluso describen el tipo de silla anatómica que ofrecen”.

Todos, de alguna manera u otra, somos responsables de esta mentalidad que considera a los animales como propiedad. Por lo tanto, es crucial colaborar en la creación de nuevos espacios de cuidado y responsabilidad hacia los seres no humanos.

¿Qué significa esto? El mensaje es claro: debemos adoptar paradigmas científicos para analizar la problemática.

“Confiamos en el poder de ’los cualquiera’. Los cualquiera somos todos nosotros, aquellos que nos visitan, la gente común. Nos esforzamos por lograr que cada persona cambie algún hábito dentro de su hogar. Creemos que los pequeños gestos de los cualquiera tienen el poder de generar una revolución”.

¡Definitivamente, esta mujer es única! Ojalá que su valiente labor nos inspire a proteger y respetar a todas las criaturas vivientes. Las buenas acciones nunca pasan desapercibido, como lo prueba el adorable caso de un hombre que salvó a una osa y luego esta le hizo agradable visita acompañada de sus crías.

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