11 Pruebas de cómo el dicho “sin pena no hay gloria” encaja en la belleza
Si hay alguien que vive bajo el dicho “primero muerta que sencilla” son las damas que tienen sus rutinas embellecedoras. Las mujeres se esfuerzan por mantenerse jóvenes y atractivas a través de una variedad de tratamientos de belleza, muchos de los cuales son cómicos y, a veces, dolorosos. Al final, aunque sea una montaña rusa de emociones, todo vale la pena con tal de consentirse un poco y sentirse diva después de una visita al salón.
1. Nunca se sabe qué nos puede deparar nuestra próxima visita a la peluquería
2. Algunas prendas pueden convertirse en nuestros peores enemigos
3. Otras prendas nos hacen lucir como si tuviéramos dos cuerpos diferentes
4. No hay decisión más difícil que elegir un color de uñas
5. Por el bien de la belleza, a menudo sufrimos un poco
6. Creer que solo le pediremos algo “simple” a la manicurista es un error que sucede a menudo
7. Lo más doloroso es que muchos de esos gastos de belleza deben salir de nuestro propio bolsillo
8. Hay ocasiones en que vemos algo que no es, mucho más en días húmedos
9. Sin embargo, hay veces en que pagamos mucho dinero por un cambio y terminamos sin poder encontrarlo
10. Otras veces, el “cambio de look” tiene fecha de vencimiento adelantada
11. Aun así, hay fronteras que algunas no estamos dispuestas a cruzar, sin importar lo que digan los demás
¿Cuál es la parte de tu rutina de belleza que más pereza te da, pero que cumples por el bien de los looks?
Compartir este artículo