Cómo Grace Kelly superó los prejuicios de su familia para convertirse en una estrella
Grace Kelly, nombrada la princesa de Hollywood en los 50, fue el rostro perfecto para las portadas de revistas, la protagonista con la que todo director soñaba trabajar. Sin embargo, su historia tomó un nuevo rumbo al conocer a su “príncipe azul”, y una sola decisión marcó el futuro no solo de su carrera sino de toda su vida.
Una familia de deportistas
Grace creció en una familia con estrictas costumbres y morales. En su juventud, su madre fue una modelo exitosa y luego se convirtió en una famosa entrenadora deportiva. Su padre estaba en el negocio de la construcción y también era un atleta, incluso fue campeón olímpico de remo. Vale la pena mencionar que la joven Grace no encajaba en su familia casi desde su nacimiento. A diferencia de sus dos hermanas y su hermano, ella era tímida, un poco torpe y gordita. Por eso, sus atléticos padres sinceramente la consideraban fea y creían que nunca podría casarse con éxito. Pusieron sus esperanzas en sus otras dos hijas y su hijo. Una amiga de la familia recordó la apariencia de Grace de la siguiente manera: “No teníamos idea de que ella fuera tan hermosa. Siempre llevaba un pañuelo, usaba anteojos y un suéter, nada especial”.
Cuando la futura estrella reprobó sus exámenes de ingreso a la universidad, sus padres solo confirmaron que no podían esperar nada de ella. Sin embargo, la chica dijo que quería estudiar en la Academia Estadounidense de Artes Dramáticas, y aunque su padre se opuso inicialmente, luego cedió. Para ese entonces, el período de admisión a la academia había terminado, pero el tío de Kelly, un conocido e influyente dramaturgo, le ayudó a entrar.
Condenada a convertirse en una estrella
En algún momento, Grace, de 18 años, paso de ser una adolescente torpe a una verdadera belleza, por lo que, en Nueva York, la rubia alta y delgada primero fue a una agencia de modelos para convertirse en modelo. Pronto, agentes de revistas comenzaron a seguir de cerca sus pasos e invitarla a sesiones de fotos.
Al mismo tiempo, Grace audicionó para muchos papeles en varias obras de teatro, y en algún momento, consiguió abrirse paso en Broadway. Dos años después, a la edad de 20 años, fue invitada por primera vez a una película. Por supuesto, los reconocidos directores notaron de inmediato a la espectacular actriz y comenzaron a invitarla a sus filmes.
Por su papel en Mogambo, Grace fue nominada al Premio de la Academia a la mejor actriz de reparto. Sin embargo, obtuvo la preciada estatuilla un año después por su trabajo en la película La angustia de vivir.
Pronto, Grace Kelly fue notada por el legendario director Alfred Hitchcock, con quien trabajó en tres proyectos. Además, dos de ellos, La ventana indiscreta y La llamada fatal, se consideran las mejores obras del maestro.
La carrera cinematográfica de Grace Kelly no duró mucho, solo 4 años, de 1952 a 1956. Sin embargo, a pesar de esto, el Instituto Estadounidense del Cine colocó a la actriz en el lugar 13 en la lista de las mejores estrellas de cine. La lista incluye 50 leyendas de Hollywood: 25 hombres y 25 mujeres.
El encuentro del destino que cambió todo
El encuentro entre el príncipe de Mónaco, Raniero III, y Grace ocurrió en Cannes, en el festival de cine. De acuerdo con el protocolo, se tenía prevista una sesión fotográfica en conjunto para una revista. Por cierto, según las palabras de los conocidos de la actriz, ella quería cancelar ese compromiso debido a su apretada agenda.
En general, parecía que ese día, todo estaba en contra de su reunión. Tanto Grace como el príncipe habían quedado atrapados en un embotellamiento debido a una huelga de trabajadores. Como resultado, ella no estaba contenta con su apariencia, y él llegó a la reunión de mal humor. Sin embargo, cuando Raniero vio cómo la joven ensayaba una reverencia frente al espejo, quedó fascinado.
Como resultado, se produjo una agitada correspondencia entre ellos, y seis meses después, el príncipe enamorado voló a los Estados Unidos y pidió la bendición de los padres de Grace. Él le propuso matrimonio en Nochebuena y le regaló un modesto anillo de compromiso, que, sin embargo, fue reemplazado un mes después por la famosa joya con un diamante de 10 quilates.
Por supuesto, una unión matrimonial de este nivel se convirtió en tema de discusión general, y muchos en el séquito del príncipe trataron de obtener el máximo beneficio del evento. El hecho es que, a mediados del siglo XX, el Principado de Mónaco no era el prestigioso paraíso para millonarios que es ahora. En ese entonces, era un estado pequeño, no muy rico y no muy popular entre los turistas. Entonces, se depositaron grandes esperanzas en el nuevo gobernante. Uno de los mejores amigos de Raniero III, el multimillonario Aristóteles Onassis, le dijo una vez que la mejor manera de llamar la atención sería casarse con alguien como Marilyn Monroe o Grace Kelly. Bueno, Onassis realmente tuvo razón: esta boda le hizo publicidad a Mónaco durante varias décadas. La llegada de turistas incrementó y los millonarios comenzaron a comprar bienes inmuebles.
No es de extrañar que, en algún momento, comenzaron los rumores de que se trataba de un matrimonio arreglado por parte del príncipe y un conveniente truco de relaciones públicas destinado a atraer inversión al pobre Estado.
Los padres de Grace también se beneficiaron de este matrimonio, ya que les abrió el camino a la alta sociedad de Nueva York. Por cierto, al conocer a Raniero III, ellos pensaron que él era el gobernante de Marruecos, y no de Mónaco. Como dote, los padres de la novia pagaron cerca de 2 millones USD. Al mismo tiempo, la futura princesa, de acuerdo con el protocolo, se vio obligada a pasar una prueba de fertilidad, así como una prueba informal de virginidad. Con la primera prueba, no tuvo problemas; pero con la segunda, decidieron hacerse de la vista gorda.
Princesa Grace
La boda de Grace Kelly y Raniero III fue llamada la celebración del siglo. De acuerdo con algunas estimaciones, está celebración duró una semana y superó en costo y magnitud la boda de la reina Isabel II con Felipe de Edimburgo.
La novia atracó en la costa del principado en un lujoso crucero. En cuanto puso un pie en el muelle y se encontró con su prometido, les llovieron claveles blancos y rojos. La celebración costó, según varios datos, entre 40 y 55 millones USD; la mayoría de los gastos fueron asumidos por la empresa cinematográfica MGM, con la cual Grace trabajaba. La misma compañía transmitió la boda por televisión.
El legendario vestido de novia fue bordado con perlas y encaje vintage de Bruselas y costó alrededor de 300 mil USD. La propia novia no estaba encantada con tanta atención. “Fue el día más terrible de mi vida”. Por supuesto, hubo algunos momentos que llevo en el alma. Pero, en general, estaba tan cansada de la atención de los periodistas que no leí ningún artículo sobre mi esposo y yo durante un año", así es como Grace recordó el día de su boda.
A cambio de su nueva vida como miembro de la realeza, Grace tuvo que hacer un sacrificio y abandonar su carrera como actriz para siempre. A partir de ese momento, ella tenía un solo papel: ser la esposa del gobernante de Mónaco. Luego, su viejo amigo Alfred Hitchcock dijo que estaba “muy feliz de que Grace encontrara un papel tan bueno para ella”.
Unos años más tarde, la princesa intentó romper esta condición, cuando Alfred Hitchcock le ofreció un papel en su nueva película. De hecho, su esposo incluso estuvo de acuerdo en dejar que su esposa participara en la cinta, pero los residentes del principado estaban categóricamente en contra, diciendo que “nuestra princesa no puede ni debe actuar en películas como algún tipo de actriz”. Al final, Grace obedeció la voluntad de la gente. Según sus familiares, después de esto, cayó en depresión y, prácticamente, no salió de su habitación durante una semana. La incapacidad de regresar a su amado mundo del arte resultó ser una verdadera tragedia para ella.
Sin embargo, la princesa se recuperó y se ganó el amor de la gente de Mónaco. Fue ella quien introdujo la tradición de tener árboles de Navidad para todos los niños y, en general, le dio una nueva vida al Estado.
Jaula de oro
Desde el exterior, todo era perfecto. Él era un monarca heredero y un hombre galante. Ella era una exestrella de Hollywood ganadora del Óscar y una verdadera belleza. Sin embargo, más tarde resultó que la fuerte unión de Grace y Raniero era más bien una fachada. Kelly era especialmente infeliz porque su nuevo hogar no era un paraíso, sino una jaula de oro. Además del hecho de que se le había prohibido continuar su carrera, las películas con su participación fueron prohibidas en Mónaco. La princesa decidió encontrar su felicidad en la maternidad y dio a luz a tres herederos: Carolina Luisa Margarita; el actual príncipe de Mónaco, Alberto II; y Estefanía María Isabel.
Por cierto, al principio, para ocultar su primer embarazo de los molestos fotógrafos, la princesa a menudo sostenía su bolso Hermès cerca de su vientre. Más tarde, la bolsa de este diseño se convirtió en una parte integral de la imagen de Grace, y la casa de moda llamó al bolso “Kelly”.
Dicen que la actriz idolatraba a sus hijos y, aparentemente, los consentía mucho. Crecieron bastante caprichosos y con frecuencia hacían berrinches. Las hijas ya adultas recordaban al comportamiento de la misma Grace en su juventud: no escuchaban a sus padres y tenían amistades dudosas.
La vida conyugal de Grace Kelly y su esposo tampoco fue muy feliz. Con el tiempo, quedó claro que eran personas completamente diferentes. Muchos consideraban a Grace Kelly una mujer con un temperamento tranquilo e incluso frío, pero esta imagen se creó mucho más tarde, cuando la chica se convirtió en miembro de la familia real. Antes de eso, ella era bastante temperamental. Hitchcock la llamó “un volcán cubierto de nieve que podría explotar en cualquier momento”. Y Raniero era una persona hogareña y tranquila. Como resultado, a menudo se aburría de las recepciones organizadas por ella y se reía de sus pasatiempos. Además, la imagen de la esposa ideal comenzó a pesar sobre Raniero. Quizás él estaba celoso de la popularidad de su esposa, y la princesa se sentía cada vez más inútil y temía a la vejez.
Se rumorea que fue durante este período que apareció un amigo cercano en la vida de Grace: el director austriaco Robert Dornhelm, que era 18 años menor que ella. Hacia el final de su vida, Grace vivió cada vez más en París, lejos de su esposo. Ella no podía divorciarse, porque entonces sus hijos le serían arrebatados.
Accidente automovilístico
El 13 de septiembre de 1982, la princesa de Mónaco conducía con su hija menor Estefanía en un automóvil. Dicen que hubo una pelea entre ellas, después de lo cual Grace, que conducía, sufrió un derrame cerebral. El auto salió volando de la carretera y cayó directamente al abismo. Estefanía recibió numerosos moretones y una fractura grave en el cuello, pero las heridas de la princesa fueron fatales. A pesar de los esfuerzos de los mejores médicos, no fue posible salvarla.
La muerte de Grace Kelly fue un golpe terrible para todos. Ella tenía tan solo 52 años. Pronto corrieron rumores de que el accidente automovilístico había sido manipulado por alguien, pero no se encontró evidencia.
La princesa fue llorada por millones, y celebridades de toda Europa y Estados Unidos asistieron al funeral. El príncipe Rainiero nunca volvió a casarse. Después de la muerte de Kelly, abrió un jardín de rosas en Mónaco al que cualquiera puede ir; como es bien sabido, la princesa era muy aficionada a las flores. Ahora, en el jardín de rosas se encuentra su estatua, rodeada de 4 mil rosas. Raniero III murió a la edad de 81 años.
Al final, la historia de su amor fue la base de varias películas, porque fue muy parecida a un cuento de hadas, aunque no tuvo un final feliz.
- ¡Aquí tenemos más historias super interesantes para que leas!
- La historia de cómo Britney Spears casi no se convierte en solista
- Hugh Jackman perdonó a su madre, quien lo abandonó a sus 8 años
- Lionel Richie decidió adoptar a la hija que sus amigos no podían criar
- Cómo Johnny Depp logró convertirse en un ícono de la versatilidad a través de sus personajes
- Jada Pinkett Smith aprendió sobre amor y compromiso gracias a su hijastro