Fotos

Las imágenes son una muy buena forma de inmortalizar los momentos felices e importantes de la vida. Pero solo los recuerdos quedan intactos en ellas, ya que los protagonistas crecemos con los años y al compararnos con el ayer impreso en el papel, podemos notar los cambios que hemos vivido.

El perfeccionismo es algo que no todos manejamos. Hay personas que mantienen todo siempre en su lugar y otras que viven un poco en el caos diario. Pero hay momentos en que, ya sea por coincidencia o destino, la vida decide satisfacer nuestra sed de orden y acomoda lo que nos rodea a la perfección sin que lo pidamos.

Cuando le damos la bienvenida a nuestra casa a un perro o gato, sabemos que lo tendremos que educar. Con el tiempo, esperamos que adopten nuestras costumbres y aprendan las lecciones que les damos, pero a veces se nos olvida que estos seres tienen una personalidad propia. Y contra eso, ya no hay mucho remedio. Solo nos queda quererlos tal como son.

Hoy en día, somos menos las personas que nos podemos dar el lujo de visitar memorias de años atrás, a través de medios que no son digitales. El poder sacar nuestros álbumes de fotos de manera física y hojear entre sus páginas repletas de nostalgia, representa un privilegio para nosotros.

Hay personas que tienen la suerte de capturar un gran momento con sus cámaras, creando así un momento único y memorable para siempre. Otros no gozan de ese don y terminan con una imagen deplorable y digna de risas, aunque igualmente irrepetible.

Reconocer la figura que se mira en el espejo es muy valioso para la autoestima y la confianza personal. Cambiar de imagen implica hacer modificaciones en los hábitos personales. Algunos de estos pueden ser difíciles de incorporar. Sin embargo, son parte del proceso. Estos usuarios de internet compartieron una estrategia clave para lograr su propósito; eligieron apoyarse a sí mismos tal como lo haría un buen amigo.

Hay cosas en esta vida que quizá solo pueden ocurrir una o dos veces, pero, gracias a ciertas personas y a la ayuda de una cámara, son capturadas para ser apreciadas. Por ejemplo, puedes encontrarte con un búho de camino a casa, hallar una caja fuerte secreta en tu nuevo hogar o descubrir tu pasaporte perdido hace tiempo en un lugar inesperado.

Ir de viaje significa toparse con nuevas experiencias. Y también, hospedarse en hoteles. A veces, esto último se vuelve parte de la aventura, especialmente cuando te encuentras con detalles poco ordinarios o desagradables que te hacen decir: “¡Devuélvanme mi dinero!”.

Una casa antigua podría guardar algunos secretos detrás de sus paredes, o en la profundidad de sus armarios y áticos. Cuando nuevos propietarios se mudan y deciden realizar renovaciones, si tienen suerte, podrían encontrar reliquias invaluables o herencias familiares. Estas pequeñas o grandes revelaciones nos dan un vistazo del pasado como si viajáramos en el tiempo.

En la vida hay muchas cosas que podemos controlar, pero ¿qué sucede cuando las cosas explotan en tu cara como un globo lleno de agua? Ya sea por descuido o porque se salió de nuestras manos, hay momentos que desearíamos que no hubieran sucedido.

El mundo está lleno de sorpresas, pero esto luego se nos olvida y damos por hecho que conocemos de pies a cabeza todo lo que nos rodea. ¿Alguna vez te has preguntado qué hay dentro de una pelota o de un electrodoméstico? Las cosas a las que ya nos acostumbramos suelen ocultar secretos en su interior que solo algunos curiosos han tenido la suerte de ver.

La fotografía es un arte y, como cualquier actividad artística, necesita práctica y conocimientos para poder exprimirle todo el jugo a la cámara. Pero hay ocasiones en las que, con un poco de suerte, se pueden capturar obras maravillosas y sin ningún tipo de planificación.

Quienes tenemos perros o gatos en casa sabemos que en cualquier momento el sillón puede “explotar”, o que el bote de la basura puede “caerse” solito, sobre todo cuando hay sobras de comida. Algunas mascotas lucen sorprendidas ante tales sucesos; otras, de plano, ni se inmutan y hasta parece que se enorgullecen de sus diabluras. Porque sí, sabemos perfecto que fueron ellas las mentes maestras detrás de los destrozos.

Lograr un resultado satisfactorio luego de una buena sesión de limpieza es uno de los deleites más grandes del mundo, sobre todo cuando el objeto en cuestión parecía haber estado abandonado por los siglos de los siglos. Si bien poder contemplar el cambio cuenta como terapia de relajación, llegar a hacer una comparación entre el antes y el después podría considerarse el siguiente nivel de la perfección sublime.

Existen personas creativas a quienes les encantan las manualidades y, en lugar de tirar ropa u objetos viejos a la basura, deciden reutilizarlos y así darles una nueva oportunidad. No todos pensaríamos que un viejo armario podría convertirse en un mueble para el jardín o estantes vintage, o que retazos de pantalones servirían para crear un atuendo único y original.

Retratar un momento emocionante o que se destaque por encima de lo cotidiano, es un arte reservado a las personas que tienen una mirada privilegiada para detectar esos instantes que necesitan ser reflejados por el lente. Pero hay un grupo selecto que también toma fotografías inolvidables, aunque por el motivo opuesto: son muy poco estéticas.

Cualquier persona que trata constantemente con pequeños, sean padres, maestros, tíos, abuelos, etc., sabrá de primera mano que dicha convivencia es una prueba constante a nuestra tolerancia. Pero la parte positiva de todo esto es que tales desafíos, con el tiempo, se convierten en divertidas anécdotas que contar, y mejor aún si tenemos la prueba fotográfica que lo demuestra.

A veces nos encontramos tan concentrados en algo que no les prestamos atención a ciertas cosas. Pero de vez en cuando los sucesos especiales aparecen justo enfrente de nuestros ojos y, por más pequeños que sean, se vuelve imposible no hacer una pausa para apreciarlos.

Comunicar algún mensaje a través de un letrero, ha resultado una forma eficiente de llegar a mucha más gente. No hay que ser un experto en publicidad para realizar uno que resulte divertido para los transeúntes. Por otra parte, están los que no sabemos si, por error o intencionalmente, fueron una oda a lo irracional.

Cuando tenemos hambre, lo usual es que nos imaginemos un buen “plato” de comida. Al parecer, algunos restaurantes no tienen la misma idea para presentar sus creaciones a los comensales. Desde la cocina, los manjares pueden venir en cualquier objeto que se cruce por la mente del chef, abriendo la puerta a un sinfín de posibilidades decorativas.