10 Hechos sobre tener hijos que demuestran que no todo es color de rosa
El sueño de muchas personas es tener una familia. Los pequeños pueden darle un propósito importante a la vida de quien los tiene y la misión de criarlos representa un desafío muy gratificante. Aun así, más allá de la felicidad que eso provoque, hay obstáculos y dificultades que no pueden pasar por alto.
1. Dar a luz es doloroso
Debido a nuestra postura erguida y cerebro grande, el proceso de parto en los humanos es muy doloroso. Hoy en día, a menudo se anuncian métodos milagrosos para hacer que el proceso de parto sea indoloro, pero más bien ayudan a reducir el dolor y no a eliminarlo por completo. La anestesia epidural puede aliviar el dolor de las contracciones, pero uno sentirá el proceso de tener un bebé.
La única forma segura de evitar el dolor durante el parto es mediante una cesárea. Pero esta es una cirugía abdominal hecha y derecha, después de la cual las madres jóvenes se recuperan en más tiempo que después del parto natural, y aún deben cuidar al bebé.
2. No todo el mundo siente un amor profundo cuando mira por primera vez a su bebé
Como regla general, el proceso del parto se ve facilitado por la oxitocina, la hormona de la alegría y el afecto, que se libera en grandes cantidades durante las contracciones y el parto, y hace que la mujer sienta una ternura increíble por su bebé. Gracias a ella, muchas están dispuestas a soportar un dolor enorme una y otra vez, solo para volver a tomar a un niño recién nacido en sus brazos. Pero a veces algo sale mal y una madre joven que sostiene a su bebé contra su pecho por primera vez no siente nada. Esto les puede suceder incluso a las mujeres que soñaban con un hijo.
Según los investigadores, durante un embarazo normal, diferentes mujeres pueden tener los niveles de oxitocina de 50 a 2 000 pg/ml. Al mismo tiempo, en algunas, la concentración de oxitocina aumenta durante el embarazo, en otras disminuye y en otras fluctúa. Cualquier mujer puede estar en el extremo inferior del rango y, como resultado, no experimentar un amor insuperable por el bebé.
- Mis primeros pensamientos después de dar a luz no fueron sobre el bebé, sino sobre el hecho de que realmente quería comer.
- Me acerqué a mi primogénito solo hasta el tercer día y me negué a tomarlo en mis brazos... Mi esposo lo traía para alimentarlo y lo llevaba. Antes de ser dado de alta, le sacaron sangre para un análisis, me quedé mirándolo gritar por un momento, y luego me puse a llorar yo misma. Y antes de eso, tenía la sensación de que yo no había sido quien le dio a luz. © Juliana / baby.ru
- Amaba a mi hijo cuando nació, instintivamente. Básicamente, haría cualquier cosa por él. No fue nada divertido. No era feliz. Me tomó un tiempo encariñarme y amarlo porque así lo decidí, no porque tuviera que hacerlo. © veintitrés2 / Reddit
3. Si tienes un hijo tranquilo, no es tu mérito, sino tu suerte
A los padres de un niño que grita a menudo se les mira con desprecio, y no solo lo hacen los que no tienen hijos, sino también las madres y padres que tienen la suerte de criar a un bebé tranquilo. Están sinceramente convencidos de que su hijo bien educado es únicamente su mérito. Sin embargo, esto es principalmente mérito del temperamento, que, como se sabe, es congénito, no adquirido.
Es el temperamento lo que puede hacer que los hijos, en cuya educación sus padres han invertido muchísimo, abandonen la universidad; y también es lo que hace que un niño cuyos padres realmente no se preocupan por sus estudios se siente de día y de noche a leer libros y estudiar. Por supuesto, mucho depende de mamá y papá, pero no todo.
Otro punto son las crisis de edad. Sucede que los bebés tranquilos con un régimen diario ideal se convierten en bebés muy temperamentales a la edad de 2 a 3 años. Los psicólogos asocian esto con el hecho de que a esta edad el niño se da cuenta de sí mismo como un individuo y trata de expresar su propia voluntad. Pero como todavía habla poco y no puede controlar sus sentimientos, su intento de defender sus deseos y límites se convierte en histeria.
- Mi hija fue un “regalo” desde que nació: comió y durmió bien, y si lloraba (era raro), entonces había una razón para ello, por ejemplo, un cólico. Yo miraba con cara de disgusto a los padres cuyos hijos comenzaban a gritar desgarradoramente por cualquier motivo. Y ahora mi bebé cumplió 2 años y puede hacer una rabieta salvaje solo porque le prohibí verter azúcar en la comida para perros.
- Tengo una amiga, su hija es una niña absolutamente tranquila. Recuerdo mucho el momento en que estuvieron sentadas en fila durante 1,5 horas en la clínica, sin moverse y sin levantarse nunca del sofá, mientras yo di 100 vueltas en la clínica, tratando de alcanzar a mi hija rebelde. Siempre pasa esto. Una está sentada durante horas jugando en un lugar, la segunda se sienta durante 5 minutos, luego lo arruina todo y sale corriendo con un grito salvaje. Y mi amiga realmente no entendía por qué yo no podía calmar a mi niña, por qué no la podía alimentar, por qué ella no obedecía, por qué corría. Me parece que la revelación le llegó de repente. Ella ciertamente no esperaba esto. Pasó cuando dio a luz a su segundo hijo, que no se quedaba quieto ni un segundo. Ahora comprende que el temperamento no depende en absoluto de la educación. © Elena / BabyBlog
4. La frase “Será más fácil más adelante” no siempre es cierta
A las madres “principiantes”, que están atónitas por la falta de sueño, les consuelan con la frase de que después de un año (dos, tres, etc.) será más fácil. De hecho, todo es muy individual. Quizás si el niño comienza a dormir toda la noche, será más fácil. Pero al mismo tiempo, aparecerán muchos otros matices.
- Realmente se hizo más fácil y, al mismo tiempo, muy interesante cuando mi hijo cumplió 4 años. Me parece que la edad más terrible es de un año a dos, cuando los niños trepan por todas partes sin entender dónde es peligroso y dónde no. Y si antes solo cargabas al bebé en tus brazos, ahora tienes que sacar al niño de dos años de los juguetes de otras personas, botes de basura y charcos sucios mientras él grita y se mueve como una serpiente.
- Tengo gemelos. Los niños comenzaron a dormir toda la noche a partir de los 4 meses, sus siestas diurnas también eran buenas, ¡yo pensaba que todo se volvería más fácil! Pero pronto los niños aprendieron a gatear y luego a caminar, y me di cuenta de que ni siquiera el día siguiente de dar a luz había sido tan difícil para mí. Ahora tienen 2 años y me siento muy agotada.
5. No siempre podrás estar con tu hijo 24/7
Después del nacimiento de un niño, los padres jóvenes a menudo se quejan de que su ansiedad ha aumentado. Esto se debe al cansancio y las hormonas, pero en mayor medida, quizás, a la conciencia de que ahora son responsable de otra persona. El miedo por el bebé se ve alimentado por las noticias y el entendimiento de que tarde o temprano llegará el día en que no podrán estar con él constantemente.
En este caso, la solución más segura es calmarse, aprender a confiar y dejarlo ir. Podemos enseñarles a los niños a comportarse correctamente en situaciones difíciles, pero prepárate para que esto no siempre sea fácil.
6. Los niños pueden portarse mal
Se cree que los niños son los seres más puros, inocentes y amables a priori, pero a veces sus palabras y acciones te hacen estremecer. A menudo, los bebés les gritan “te odio” a sus madres, les arrojan piedras a los animales y se burlan cruelmente de sus compañeros. No estamos hablando de adolescentes, sino de niños en edad preescolar. En esos momentos, a los padres les parece que criaron un monstruo, pero, de hecho, su hijo aún no sabe cómo lidiar con las emociones y no comprende realmente qué es bueno y qué es malo, y para descubrirlo, estudian los límites de lo que está permitido.
- A los 6 años, mi hija compuso una canción sobre su amiga. Lo dijo cuando su amiga y su madre vinieron a visitarnos. Yo dije: “Entonces cántanos”. Y mi hija se puso a cantar, ¡y era un horror! La canción sonaba más o menos así: “Mi amiga es tonta, fea y su nombre es horrible”. La niña inmediatamente comenzó a llorar, y ella y su madre se fueron. Luego le pregunté a mi hija por qué había escrito esa canción sobre su amiga. Ella pensó que sería divertido. Más tarde, las chicas se reconciliaron. ©Unknown user / Woman.ru
- De niño, robaba todo lo que estaba a mi alcance. Las cosas más “serias” fueron un perro adulto de otro pueblo y juguetes de un jardín de niños que encontraron debajo de mi cama. Y esto a pesar de que lo teníamos todo. Por qué lo hice, no lo sé. Una vez le ofrecí un juego a mi hermana menor: correr debajo de un columpio en movimiento. Mi hermana, por cierto, no llegó a correr. © Filin225 / Pikabu
7. Los padres pueden tener hijos favoritos
Se cree que los padres aman a los hijos por igual. Sin embargo, el investigador Jeffrey Kluger sostiene que los adultos tienen favoritos en todas las familias con varios hijos, aunque nadie lo admitirá jamás.
El amor de los padres es influenciado por muchos factores, como la edad de los padres y su bienestar económico. Por ejemplo, el primer hijo nació cuando sus padres eran demasiado jóvenes y pobres, y no estaban del todo preparados para su aparición, por lo que es menos querido que el segundo, cuyo nacimiento fue planeado.
El género del bebé también puede afectar si es más fácil para algunos de los padres entablar relaciones con los hombres o con las mujeres. Para algunos, lo que importa es a quién se parece el niño y, por supuesto, el carácter y el comportamiento del niño juegan un papel importante.
Los psicólogos recomiendan aceptar el hecho de que el amor por cada niño es especial y construir una relación única con él, sin centrarse en la experiencia con sus hermanos.
8. Nadie está obligado a amar a tu hijo
Muy a menudo, las personas ofenden de manera completamente injusta a las madres. Pero, en un esfuerzo por proteger a tu bebé, no es necesario violar los límites de otras personas. Es bastante extraño, por ejemplo, ir a un parque infantil con un bebé durmiendo en un cochecito y exigir silencio. Está bien pedir un asiento para un niño cansado en el transporte, pero con cortesía y sin dar órdenes; y sobre todo, no debes ofenderte si la persona se niega.
9. Pero muchos se preocuparán por su educación
Los tiempos de críticas por el cabello verde y los piercings en la nariz casi son cosa del pasado. Pero si un día ventoso sales a pasear con un niño de tres años sin gorro, recibirás una condena pública. No importa qué tan buen padre seas, siempre hay alguien que no está de acuerdo con tus métodos de crianza.
En muchos países, violar los límites de la madre se ha convertido en algo común. Las mujeres con hijos son criticadas por sus “compañeras” en la maternidad, los ancianos e incluso las personas sin hijos que nunca han tratado con bebés. Y no hablamos solamente sobre las críticas: es posible que te hagan preguntas inapropiadas y sin tacto e incluso que te brinden ayuda que no solo no necesitas, sino que es categóricamente inaceptable.
Las madres de diferentes países se encuentran a menudo en una situación similar. Seis de cada 10 mujeres estadounidenses con hijos admitieron haber sido criticadas por sus métodos de crianza. El tema de crítica más frecuente, según el 70 % de las madres, es la disciplina. Otros temas de preocupación son la nutrición adecuada (52 %), sueño (46 %), lactancia materna (39 %) y seguridad (20 %).
- Estaba viajando con mis hijos en autobús. Mi hija tiene casi 4 años y mi hijo tiene 6 meses. No tenía cochecito, cargaba al bebé en mis brazos. De regreso a casa, salí del autobús con los niños y, por supuesto, una bolsa enorme con comida para bebés y pañales. Estaba esperando a mi esposo, que traía el cochecito y estaba atrasado por alguna razón desconocida. De repente, una abuela muy tierna se acercó por detrás, tomó a mi hija de la mano (de la muñeca) y murmuró algo como: “Vámonos, vámonos, mamá nos seguirá, vámonos. Tu mamá tiene las manos ocupadas, vámonos”. Decir que estaba en estado de shock es poco. Tenía un bebé dormido en mis brazos, una bolsa enorme al lado y a mi hija se la llevaban a algún lugar... ¿Por qué? Entonces le grité a mi hija: “¿A dónde vas? ¡Vuelve! ¡No puedes irte con una abuela desconocida!”, pero mi hija no me escuchaba. Las alcancé, y le grité a la abuela: “¿Por qué se lleva a la hija de otra persona?”. La abuela soltó silenciosamente la mano de mi hija, sin siquiera mirar atrás, y siguió caminando. Mi hija, al parecer, entendió todo lo que estaba pasando, se asustó de que la señora desconocida casi se la llevara y se puso a llorar. Yo trataba de calmarla lo mejor que podía mientras mi hijo, por supuesto, se había despertado por mis gritos y de la corrida con él en mis brazos, y también empezó a llorar.
© #happinessmotherhood / Vk.com - Estaba esperando a mi esposo en la tienda con un cochecito doble en el que tranquilamente dormían nuestros hijos gemelos. Una anciana se acercó y comenzó a conmoverse y a hacer preguntas. Le respondía con una sonrisa, estoy acostumbrada a que mis niños llamen la atención. Y entonces las cosas se volvieron extrañas. Las preguntas se tornaron raras, por ejemplo: “¿Y tú simultáneamente diste a luz a tus hijos o por turnos?”. Es decir, la persona estaba literalmente interesada en si mis bebés salieron de mí al mismo tiempo o si uno dejó que el otro saliera primero. Cuando me quedé perpleja en silencio, la interlocutora simplemente tomó el cochecito y con las palabras “Estás cansada, déjame llevarlos” trató de quitármelo.
10. Los niños no deberían ser el significado de la vida
Durante varias generaciones seguidas, se nos ha inculcado la idea de que los niños son lo más importante en la vida. Como resultado, las mamás y los papás más cariñosos y tiernos se convirtieron en padres tóxicos que cargan a sus hijos con la responsabilidad de ser el significado de la vida de alguien más. Los hijos viven toda su vida sintiendo culpa por no estar a la altura de las expectativas de mamá y papá y, al mismo tiempo, de la maestra, esposa, mejor amiga, jefa, etc.
¿Qué crees que sea lo más desafiante de formar una familia?