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10 Tradiciones de las bodas antiguas que se alejan mucho de lo moderno

El vestido, la música, el salón, la cena y muchísimas cosas más son las que se tienen que planear para que la celebración del matrimonio sea completamente perfecta. Pero esta fiesta no siempre ha sido como la conocemos actualmente. Son varias las costumbres que se han perdido con el tiempo, peculiares acciones que eran el pan de cada día en las uniones de la Edad Media, pero que ahora podrían parecernos una locura. Por eso reunimos aquí un par de tradiciones del pasado, que tal vez nos hagan decir “si es así, mejor ni me caso” o al menos nos den de qué hablar en las reuniones.

1. Las bodas se hacían en medio de la calle

En la Edad Media, el matrimonio no requería la presencia de testigos y no tenía que registrarse en absoluto. Para celebrar un matrimonio, bastaba con pronunciar un juramento. No importaba si eso ocurría en casa, en la calle, en una tienda o durante el viaje. Por lo tanto, cualquier chica podía convertirse en esposa de alguien en plena calle.

Después, debido a la complejidad de probar el hecho del matrimonio entre los ciudadanos (que era utilizado para beneficio personal tanto por hombres como por mujeres), poco a poco se hizo obligatoria la presencia de un registrador.

2. El blanco se consideraba color del luto

Hasta el siglo XIX, cualquier vestido nuevo y hermoso se usaba para la boda, principalmente en colores brillantes, ya que el blanco no solo era poco práctico, sino que también se consideraba como color del luto. Por lo tanto, los más populares eran el verde (símbolo de la juventud) y el azul (símbolo de la pureza).

La moda de los vestidos blancos apareció hace solo unos 180 años, luego de que los periódicos publicaran la noticia de la boda de la reina Victoria, quien eligió un vestido de raso blanco para la ceremonia.

3. El ramo se hacía de albahaca y ajo

En la Edad Media, el ramo de la novia se hacía con ajo y albahaca, y era una necesidad vital. Con su ayuda, las novias protegían a los invitados del olor de su cuerpo que no lavaban con frecuencia.

4. Los novios no comían pastel

En las bodas, era costumbre servir comida en honor a la formación de una nueva pareja. En Rusia, era un pan que partían los recién casados, después de lo cual se distribuía pedazo por pedazo a los invitados. En la antigua Roma, se partía pan de trigo o cebada sobre la cabeza de la novia. En la Inglaterra medieval se horneaban bollos especiados que se colocaban unos encima de otros, y los novios tenían que besarse por encima de los mismos.

Los pasteles dulces con algo parecido a un glaseado comenzaron a aparecer solo a partir del siglo XVI, cuando el azúcar se volvió más asequible.

5. Nadie se casaba los sábados

La elección de la fecha de la boda dependía de diversas creencias, como por ejemplo, las que se asociaban con los días de la semana. El folclore inglés dice que el miércoles es el mejor día para casarse, el lunes promete riqueza, el martes salud, pero el sábado es el peor día para celebrar un matrimonio.

6. La dote aumentaba el atractivo de la novia

La dote fue una parte integral de la ceremonia nupcial en muchas culturas durante siglos, y la costumbre de preparar una dote para la novia todavía se practica en algunas familias y regiones. Antes, la dote era un regalo condicional a la familia del novio que se preparaba por los padres de la novia. La dote era obligatoria y podía aumentar significativamente el atractivo de la novia a los ojos de los responsables por el arreglo del matrimonio, sin considerar la apariencia de la novia.

7. Las novias usaban amuletos

Gracias a las películas, todos hemos escuchado la expresión “algo viejo, algo nuevo, algo azul y algo prestado”. Esta tradición apareció en la época victoriana y proviene de las líneas rimadas del inglés antiguo, donde todo lo mencionado se necesitaba para proteger a la novia de las fuerzas del mal. El elemento azul era un liguero en la pierna de la novia, que tenía que ser prestado de una mujer que ya tenía un hijo, la familia daba algo viejo por herencia, conectando así a la chica con su pasado, y algo nuevo era dado por la familia del novio, que simbolizaba la creación de una nueva familia.

8. El novio no podía ver a la novia antes de la ceremonia

Hasta el día de hoy, sigue existiendo la tradición de que ver a la novia con el vestido antes de la boda trae mala suerte. Sin embargo, la superstición apareció debido al hecho de que los padres acordaban la boda, y la novia y el novio solo podían verse después de la ceremonia, cuando ya era imposible escaparse de un novio anciano o de una novia poco atractiva.

9. Los padres de la novia pagaban por la ceremonia

Antes, se suponía que la familia de la novia sería la anfitriona de la boda y cubriría todos los gastos. Los familiares de la novia pagaban por las invitaciones, la decoración, la comida y las bebidas en la recepción, así como por la ropa y el atuendo de la novia. La familia del novio pagaba por el ramo de la novia, los anillos, los servicios del sacerdote, el regalo para la novia, así como por la luna de miel de los recién casados.

10. El velo no le permitía a la novia escapar

En la antigüedad, se creía que el velo hacía que la novia se pareciera a la llama de una vela, ya que la envolvía por completo. El objetivo principal de crear tal imagen era ahuyentar a los espíritus malignos que podrían amenazar a la novia, estropear el día especial y todo el evento.

Además, debido al hecho de que muchos matrimonios se acordaban sin la participación de la novia, los velos y las colas largos eran especialmente necesarios para las novias que debían casarse con ancianos. Esos tipos de vestidos no dejaban a las novias escapar de la boda, ya que las telas voluminosas se enredaban en sus piernas y les impedían moverse libremente.

¿Cuál es la costumbre de bodas más extraña que conoces?

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