11 Prendas que tienen un pasado digno de estar en los libros de historia
Los automóviles, trenes y aviones comenzaron a fabricarse hace mucho tiempo, pasando por extensos cambios para llegar a la versión que conocemos en la actualidad. De la misma manera, muchos de los objetos que nos rodean y que podemos comprar fácilmente, como nuestra ropa, pudieron haber sido antes un símbolo de estatus o indumentaria para el trabajo. Algo un poco distinto a lo que acostumbramos hoy.
En Ahora lo vi todo somos curiosos, por lo que investigamos cómo eran algunas prendas del día a día hace varios años.
1. Cinturón
El cinturón era un artículo de guardarropa solo para caballeros y tenía funciones prácticas: sujetar una espada. Este también ajustaba otras prendas para que no se resbalaran. Más tarde se convirtió en un accesorio e incluso empezó a ser considerado joyería.
Debido a esto, en varios países aprobaron leyes que limitaban la extravagancia de los cinturones, ya que las personas muy ricas los decoraban de formas muy obscenas.
Algunas culturas atribuían a este objeto un valor sagrado: si las personas intercambiaban cinturones, eso significaba que estaban concertando una alianza, y si un sujeto tomaba el cinturón del enemigo, se consideraba que este recibía un gran poder sobre él.
Antes, los hombres y las mujeres usaban cinturones de diferentes maneras: los varones se los ponían en las caderas, y las damas debajo del pecho.
En la Edad Media, el cinturón era un símbolo de amor y fidelidad para los nobles, y también del eterno triángulo amoroso: esposo, esposa y un caballero enamorado de ella. Una mujer que había perdido la cabeza por sus sentimientos se quitaba el cinturón para dárselo a su amado. Esto significaba que ella lo bendecía en todas sus hazañas y quería que su amor estuviera con él en todos lados. Pueden encontrarse menciones de cinturones en tal contexto en obras literarias de esa época.
2. Cuello de tortuga
Inicialmente, eran los hombres los que usaban esta prenda. Los primeros en hacerlo fueron trabajadores y militares, luego los jugadores de polo. En todas las situaciones, el cuello de tortuga cumplía una única función: calentaba a su portador.
A principios del siglo XX, este apareció en el guardarropa de las mujeres, pero no todas lo usaron, solo las más atrevidas. Esto sucedió en gran medida gracias al ilustrador Charles Gibson, quien creó un nuevo estándar de belleza femenina, el cual entró a la historia como la “Chica Gibson”. Estas mujeres a menudo eran representadas en las ilustraciones dominando a los hombres y vestidas con cuellos de tortuga.
Poco después se estrenó la película Funny Face, protagonizada por Audrey Hepburn, donde la actriz aparecía bailando con un cuello de tortuga. Los espectadores recuerdan a su personaje por haber dicho la frase: “Soy diferente”. Por lo que se le asocia con algo informal, pero terriblemente elegante.
Como resultado, las mujeres más populares de esa época (Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Lauren Bacall, entre otras) comenzaron a usar el cuello de tortuga en la vida real, y entre más ajustado era, mejor. Además, así también mostraban la belleza del cuerpo femenino.
3. Pañuelo
Antes, un ligero pañuelo solía tener un valor funcional. Por ejemplo, los soldados romanos se ataban una tela al cuello para secar el sudor de la cara (en este caso, la prenda estaba hecha de lino). Posteriormente, los pañuelos para los soldados se convirtieron en un marcador de la clase social: las personas que tenían los rangos más altos tenían prendas hechas de seda, y aquellas con los más bajos tenían pañuelos de algodón.
Este accesorio se convirtió en un elemento de moda mucho tiempo después. Uno de los primeros en utilizar este artículo como complemento fue Ludwig van Beethoven. El compositor quería seducir a una bella austriaca, por lo que se ató un lujoso pañuelo de seda en el cuello.
4. Guantes
Antes, las mangas largas jugaban un papel importante, ya que calentaban y se usaban como agarraderas si la persona necesitaba tomar algo caliente.
El prototipo de los guantes modernos eran los “bolsillos”: bolsitas de tela rectangulares sin agujeros para los dedos. Las mujeres y los hombres se los ponían para proteger la piel de cualquier daño. Posteriormente, en estos “bolsillos” apareció un compartimento especial para el pulgar. Como resultado, se obtuvo una prenda parecida a las manoplas.
Curiosamente, los antiguos romanos usaban guantes para proteger su piel de una forma un poco distinta: comían con ellos. En aquella época, los cubiertos no eran populares, por lo que las personas usaban sus propias manos a la hora de alimentarse. Para no quemarse, se cubrían con esta prenda.
Entre la nobleza, los guantes se convirtieron en un símbolo especial. Arrojarlos a los pies de un hombre significaba retarlo a un duelo. Si los entregabas en las manos de alguien, entonces te convertías en su vasallo. Una mujer podía expresar su amor y benevolencia por un hombre simplemente dándole un guante, y el sujeto podía guardarlo en una bolsa especial que colgaba alrededor de su cuello.
Por ejemplo, en la imagen de arriba, el gesto con el guante simboliza lealtad: el cónyuge le promete a su esposa cuidar de sus hijas.
5. Polo
Hace aproximadamente 200 años, en la India, los soldados británicos fundaron el primer club de polo. Los jugadores usaban la ropa típica de aquella época: camisetas grandes de material grueso con mangas largas. Cuando los hombres montaban a caballo, sus camisas volaban por el aire y les impedían jugar. Por lo tanto, empezaron a coser cuellos especiales con botones que se abrochaban. La tela ya no se movía por el viento, lo que resultó muy cómodo para los jugadores.
6. Bóxeres
Antes, los hombres solían usar calzoncillos largos como ropa interior. Por cierto, muchos modelos no tenían una bragueta delante, sino en la parte trasera, y esta se abrochaba con botones.
Recién en el siglo XX se inventaron los bóxeres. Además, como podrás adivinar gracias a su nombre, los mismos boxeadores fueron quienes los crearon. Fue una verdadera salvación para los deportistas, ya que tal ropa interior daba total libertad a las piernas.
Posteriormente, a los soldados comenzaron a darles bóxeres. En este caso, la prenda cumplía la misma función: daba libertad de movimiento y una buena ventilación. Luego, estos hombres los difundieron entre la población.
7. Tutú
Inicialmente, la falda de ballet era larga, tanto que incluso cubría los tobillos. Con el paso del tiempo comenzó a acortarse. Por ejemplo, en el siglo XIX, una bailarina apareció en escena con un tutú “indecente”, con los tobillos descubiertos.
A finales del siglo, el tutú se acortó tanto que incluso las rodillas quedaban descubiertas. Pero tal prenda era decorada con volantes para agregar modestia a la imagen de las bailarinas.
En general, el largo del tutú dependía de la complejidad del baile. Por ejemplo, a finales del mismo siglo, en el ballet El lago de los cisnes, las bailarinas tenían que realizar ciertos saltos, pero era imposible hacerlos con un tutú normal. Esta puesta en escena causó mucho escándalo, porque dejaron que las bailarinas salieran a bailar con tutús que apenas cubrían sus traseros. A pesar de eso, a las personas les gustaron las faldas cortas, y estas se volvieron populares prácticamente de inmediato.
Lo más curioso era que estos tutús mantenían su forma a pesar de ser cosidos a mano.
8. Leggings
En todas las épocas, los leggings han formado parte del guardarropa masculino. Por ejemplo, eran usados para evitar los efectos negativos del roce en la piel de las piernas durante la equitación. En los países septentrionales, estos se usaban para calentarse. Esta prenda se puso de moda gracias a los escoceses, aunque se veía diferente. Los leggings anteriores se representaban como un tipo de botas muy altas.
9. Pantalones cortos
Antes, solo los niños usaban pantalones cortos. Además, la evolución de infante a hombre era muy coherente: los bebés usaban vestidos, los niños usaban shorts, los adolescentes usaban calzones y los jóvenes usaban pantalones.
Los pantalones cortos se volvieron populares gracias a la codicia y a los soldados. Los militares británicos en Bermudas, quienes sufrían de un calor extremo, vieron cómo el dueño de una tienda de té no quería comprarles uniformes a los empleados, por lo que cortó los pantalones. Los soldados copiaron este truco y así aparecieron las “bermudas”.
10. Brasier
Hace mucho tiempo, las deportistas usaban brasieres similares a los que se usan actualmente. Sin embargo, esta prenda no encontró lugar en las casas nobles. Todas las damas usaban corsés. Además, estos no tenían las copas separadas.
El primer brasier apareció a principios del siglo XX. Fue creado por una mujer, quien se puso un vestido, ató 2 pañuelos debajo del corpiño y patentó el invento. Desafortunadamente, este diseño no resistió el paso del tiempo y fue reemplazado por otros modelos.
Por ejemplo, una faja podía hacerse fácilmente en casa. La verdad es que, en ese momento, la figura delgada estaba de moda, por lo que las chicas se esforzaban más para ocultar su pecho que para sostenerlo. A mediados de siglo, en el mercado apareció un brasier con varillas por encima del busto, y no por debajo. Solo después de ello surgió el modelo moderno al cual estamos acostumbrados actualmente.
¿Cuál es tu prenda favorita que sueles usar con frecuencia? ¿Qué estilo de vestir te identifica?