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9 Inventos que el cine nos hizo creer acerca de la antigua Roma y Grecia

A pesar de que los cineastas tienen mucho a su disposición para saber cómo fueron realmente las épocas históricas y recrearlas en las películas, en ocasiones sacrifican deliberadamente la credibilidad para crear una trama fascinante o llamativa. Como resultado, en la mente de los espectadores se arraigan ideas falsas sobre ciertos acontecimientos y personalidades.

En Ahora lo vi todo decidimos ir por la verdad e intentamos verificar algunos de los mitos más comunes sobre la Antigüedad en los que creemos gracias a la pantalla grande.

1. La bella Helena se distinguía por su delgadez y por su piel bronceada

Más de una leyenda fue dedicada a la belleza de Helena. Y no es de extrañar que en el cine haya sido interpretada por las actrices más hermosas de nuestro tiempo. A pesar de que no se sabe con certeza qué rasgos poseía Helena, se puede decir con seguridad: su apariencia correspondía a los cánones de belleza de aquellos años.

Se puede suponer que Helena de Troya tenía una frente baja, una nariz grande y recta, un mentón ligeramente vuelto hacia arriba y formas redondeadas. La Historia de la destrucción de Troya que nos ha llegado dice que la más bella de las mujeres se distinguía por tener la piel y el cabello claros, los ojos grandes y un pequeño lunar entre las cejas.

2. Los espartanos usaban el pelo corto

En la mente de la mayoría, los espartanos eran guerreros descuidados, para quienes su aspecto estaba casi en el último lugar. Imagínate nuestra sorpresa cuando nos enteramos de que los hombres espartanos cuidaban mucho su apariencia.

Ellos le prestaban especial atención al cabello, que peinaban en largas trenzas. En algunas fuentes antiguas, se pueden encontrar menciones sobre el cabello grueso que llegaba a la mitad de la espalda. La popularidad de este tipo de peinado también ha quedado demostrada por las imágenes que nos han llegado.

3. Las mujeres de la Grecia antigua usaban vestidos elaborados

En la mayoría de las películas sobre la antigua Grecia, vemos a heroínas con vestidos perfectamente ajustados con cortes intrincados y escotes seductores. En realidad, esto no era así.

Los componentes principales del traje griego antiguo, tanto femenino como masculino, eran las túnicas (peplo o quitón) y el manto conocido como himatión. El peplo era una pieza rectangular de tela, generalmente de lana, con un borde superior que doblaban hacia atrás de tal forma que el pliegue llegara a la cintura. En los hombros, los peplos se fijaban con alfileres, y en la cintura a menudo, pero no siempre, se fijaban con un cinturón especial. A los costados, la tela se cosía o se sujetaba con un broche peroné.

El quitón estaba hecho de telas mucho más ligeras; por regla general, era de lino importado. Este tipo de túnica se cosía a los lados, se abrochaba con un cinturón y se sujetaba en el hombro con botones o alfileres. El quitón femenino llegaba al suelo, y el quitón masculino no se extendía más abajo que las rodillas.

Sobre las túnicas se ponía un himatión. Se echaba sobre un hombro o se usaba como una estola. Las mujeres también podían usar un chal o epiblema sobre su túnica. Las telas se teñían en colores llamativos y se decoraban con bordados elaborados.

4. Las mujeres de la antigua Grecia se depilaban las cejas y usaban el cabello suelto

En las películas, las bellezas de la antigua Grecia hacen alarde de sus hermosos mechones de cabello ondeando al viento, de sus cejas cuidadosamente depiladas y de un hermoso bronceado mediterráneo. Pero la imagen real era algo diferente. En la antigua Grecia, se consideraban hermosas las cejas fusionadas de forma natural, la piel clara y el cabello largo, que las mujeres griegas casadas sujetaban en un manojo.

Para acercarse al ideal, las mujeres se aclaraban diligentemente la piel, se teñían las cejas con hollín o se colocaban en la frente cejas artificiales hechas de pelo de cabra teñido.

5. Los gladiadores tenían una complexión atlética

Los estudios de los restos de gladiadores encontrados en una fosa común indican que ellos tenían una gruesa capa de grasa subcutánea. Esto llevó a los científicos a asumir que los gladiadores comían muy poca proteína animal, pero su dieta era rica en carbohidratos, que recibían a través de legumbres y granos. Esto también explica el apodo que recibieron los antiguos guerreros romanos: “comedores de cebada”.

Sin embargo, esto no significa en absoluto que hayan estado ahorrando en los luchadores. Si tomamos en cuenta las otras condiciones en las que los mantenían, se puede suponer que el propósito de la dieta a base de granos era aumentar la resistencia y la resiliencia de los luchadores. En otras palabras, los gladiadores eran alimentados especialmente con carbohidratos para que lucharan mejor y fueran más resistentes. Y para compensar la falta de calcio, los soldados tomaban una bebida especial a base de ceniza vegetal.

6. Los gladiadores luchaban hasta el final a costa de sus vidas

Al contrario de lo que vemos en las películas, los gladiadores no siempre luchaban hasta el último aliento. Por el contrario, tal resultado de la batalla se consideraba ilegal. Existían reglas especiales de lucha y jueces que vigilaban su estricta observancia. Se invertían enormes fondos en los gladiadores, por lo que era irrazonable perderlos con tanta facilidad, incluso desde el punto de vista puramente financiero.

7. Todos los gladiadores eran esclavos y se mantenían en condiciones inhumanas

Los gladiadores se mantenían en condiciones decentes. Tenían derecho a una alimentación especial e incluso a los servicios de médicos. Los luchadores eran muy populares entre los lugareños y eran una especie de celebridades: con sus retratos estaban adornados los lugares públicos, y los niños pequeños soñaban con ser como los guerreros peleando en la arena. Sin embargo, no todos los gladiadores procedían de la clase más baja. Entre ellos había voluntarios, ciudadanos libres, que por su propia voluntad tomaban el juramento de gladiadores, intercambiando así la libertad personal por una cierta cantidad de dinero.

Las peleas no eran siempre duelos, como se nos muestra en las películas. Eran unos espectáculos importantes con decorados y accesorios elaborados. Los gladiadores vestían trajes intrincados y a menudo extravagantes que solo se parecían vagamente a una armadura clásica.

8. El destino de los gladiadores era decidido por el pulgar arriba o abajo

De hecho, había gestos que decidían el destino futuro del gladiador, pero no tenían nada que ver con el pulgar. Para perdonar al luchador, cerraban la mano en un puño.

9. Cómo lucía la reina Olimpia

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Al mirar a la encantadora Angelina Jolie haciendo el papel de la madre de Alejandro Magno, la reina Olimpia, involuntariamente pensamos que todas las mujeres del mundo antiguo tenían una nariz perfecta, labios carnosos y pómulos cincelados. Pero lo cierto es que, en realidad, la reina estaba muy lejos de la imagen construida por los creadores de Hollywood. A juzgar por la única imagen que sobrevivió de Olimpia, tenía un perfil griego clásico, la frente baja, la barbilla hacia arriba y un rostro de líneas suaves.

¿Cuál de estos datos fue el mayor descubrimiento para ti? ¿Conoces algún otro mito histórico que se nos muestre en el cine?

Imagen de portada © WARNER BROS. / BUITENDIJK, JAAP / Album / Album Online / East News
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