10 Historias sobre mascotas qué podrían hacer sonreír a “Gruñón” de los Siete Enanitos
Mucha gente afirma que tener un animal en la familia representa un antes y después en la vida. Si bien habría que lidiar con paseos a cualquier hora y pelos por toda la casa, contar con su presencia es un honor. El amor que un perro o gato alcanza a dar es tan grande, que hasta se pueden convertir en “perrhijos” y “gathijos” de muchas personas.
En Ahora lo vi todo recopilamos experiencias de distintos usuarios que conseguirían hacer derretir a más de un corazón.
- A mi perra le encantan los zapatos. Se los come. Los lleva por todos lados. Los lame y los acaricia como si fueran sus propios cachorros. A veces me despierto y al lado de la cama hay toda una montaña de zapatos que trajo. Sí, puede ser molesta, pero la amo infinitamente. Y no puedo imaginar a mi familia sin ella. © Jacqueline Miller / Quora
- Tenía unos 15 y mi tía había venido a tomar un té y comer un panecillo suizo. Sheri, mi perra, yacía en el suelo del salón mirándola con grandes ojos marrones y estaba mortificada porque no consiguió un trozo. Cuando mi tía se fue, salimos con ella, dejando el sobrante en un plato en el salón y la puerta abierta. De alguna manera, nadie se dio cuenta de que Sheri no nos había seguido. Regresamos adentro y no quedaba ni una miga en el plato y ¡Sheri se veía muy orgullosa de sí misma! Ni siquiera podía enfadarme con ella por comérselo, parecía que lo había disfrutado mucho. © Stephanie Donachie / Quora
- Fue hace unos 12 o 13 años cuando mi dulce labradora amarilla Lily todavía estaba con nosotros. Me levanté en medio de la noche para ir al baño. Cuando estaba bajando las escaleras, pisé una pequeña gota de algo húmedo. Era la mitad de la noche y estaba cansada, así que no iba a tratar de averiguar qué era. A la mañana siguiente, me levanté y había un vaso lleno de té helado en el suelo, a los pies de la cama. En algún momento de la noche, Lily bajó las escaleras, agarró el vaso de té helado que serví antes de acostarme pero no lo bebí, lo llevó al piso de arriba y lo puso en el suelo sin volcarlo. Pensé que no había manera de que eso realmente pudiera suceder hasta que la atrapé cargando un vaso en otra ocasión. © Amber Doyle Daub / Quora
- Mi segundo perro, un dálmata, es casi humano. Sabe cuando estamos hablando de él. Si se trata de cosas buenas de lo que estamos hablando, felizmente sonreirá y escuchará. Si siente que nos estamos quejando de algún comportamiento, aullará y aullará en señal de protesta. © Anisha Jee / Quora
- La policía trajo un perro pastor a la zona de embarque. Olfateó a todos los pasajeros del vuelo, metió la nariz graciosamente en el bolsillo de un hombre barbudo y agradable, y luego jugó con un sujeto gordo y risueño de gorra naranja. Ambos fueron llevados por la policía a alguna parte. Nadie más quiso jugar con ese animal. © OlgaBeshley / Twitter
- Una vez mis hombros me dolían insoportablemente y mi compañera de cuarto se ofreció a masajearlos. En general, no me gusta cuando las personas me tocan, pero de acuerdo, acepté. Nos sentamos en el sofá con un montón de almohadas y comenzó. ¡Y luego sentí que me estaba lamiendo la espalda! Obviamente, estaba en estado de shock: ¿por qué diablos estaba haciendo eso? Murmurando en voz baja dije: “Estás haciendo cosas raras”. Ella me miró confundida, y luego escuchamos ladridos. Era Merlín, nuestro yorkshire terrier. Se había escondido en los almohadones y desde allí aportaba al masaje. Nos reímos histéricamente durante mucho tiempo. © ER Mikulincer / Quora
- El vecino tenía un perro que ladraba cada vez que alguien llegaba a la entrada de la casa. Un día, el sujeto se puso a asar un gran trozo de carne para la cena. Y el animal, sentado a su lado, volvió a ladrar. El vecino miró por la ventana, no había nadie. Se dio la vuelta, y su fiel amigo ya estaba terminando de comer ese trozo de carne. © Peter Balin / Quora
- Mi perra (labrador) tenía 6 meses en ese momento. Llegué tarde a casa, me saqué la ropa y me dormí de inmediato. Por la mañana me despertó, haciéndome entender que quería pasear. Traía un calcetín entre los dientes. La miré con un ojo y dije: “Chelsea, ¿Dónde está el otro?”. ¡Ella pensó un poco, luego se levantó y me trajo el segundo calcetín! Quedé atónito aquella vez. © Yehudit Hasin / Quora
- Le enseñé al perro a traer nuestro periódico de la mañana a la puerta principal. ¡Y luego, una mañana me levanté y vi que había 3 periódicos! Sí, nuestro amiguito de cuatro patas fue a las puertas de los vecinos y les robó los suyos. Por cierto, estaba muy orgulloso de sí mismo. © Unknown author / Quora
- Teníamos una caniche, una pequeña llamada Luna. Era una criatura asombrosamente inteligente. Una vez compré 2 botellas de gaseosa de dos litros y las dejé en el piso para luego ponerlas en el refrigerador. A la mañana siguiente, encontré una de esas botellas en el sofá. Vacía, pero con tapa. Además, la tapa estaba desenroscada lo suficiente para que nada se derramara. Es decir, el sofá en sí estaba limpio, ¡ni una gota! Intrigada, fui a la cocina y vi a mi mascota arrastrando la segunda botella. Bueno, la miré y pregunté: “¿Qué estás haciendo?”. ¡A lo que ella dejó la botella con mucho cuidado y de repente eructó muy, muy fuerte! En general, uno esperaría escuchar semejante sonido de un hombre fornido. Fue la primera vez que lo escuché de un perro. También le gustaba robar plátanos. Los pelaba y dejaba la cáscara en el mismo sofá. Durante mucho tiempo acusé a mi marido de dejar basura, hasta que yo misma vi cómo lo hacía nuestra Luna. © Annie Willow / Quora
Nos da mucha curiosidad saber sobra sus mascotas. ¿Qué anécdota recuerdan que les haya sacado una carcajada?
Imagen de portada Amber Doyle Daub / Quora
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