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10+ Mascotas que podrían haber recibido una medalla por su astucia e inteligencia

¿Alguna vez te has preguntado cómo tu mascota podría salvarte de una situación de emergencia? Los animales no solo son compañeros leales y amorosos, sino que también pueden ser tus salvadores en momentos críticos. Desde alertarte sobre peligros inminentes hasta ayudarte a salir de una situación peligrosa, las mascotas pueden ser un recurso invaluable en tiempos de necesidad.

  • Alquilamos un departamento en una zona conflictiva donde a menudo sucedían cosas de todo tipo. Nuestro gato siempre está sentado al lado de la ventana y una vez me di cuenta de que empezó a ponerse nervioso. Me acerqué y vi cómo a un hombre mayor lo atacaban dos personas, que más tarde se descubrió, eran ladrones. Salí corriendo, lo ayudé, la víctima me lo agradeció. Desde entonces siempre observo a mi gato: ya salvé a una joven, una adolescente, una abuelita, una madre con su hijo y a mi propio hermano.
  • Mis tíos, que vivían en un pueblo, tenían un pastor caucásico llamado Bisonte. Un día, cuando yo paseaba por el pueblo con mi hermana menor en invierno, por poco nos ataca una jauría de perros callejeros. Cuando esta multitud de perros salvajes se dirigió hacia nosotros, pensamos que teníamos que prepararnos para proteger, al menos, nuestros rostros. Pero de repente, detrás de nosotros, a lo lejos, apareció Bisonte, que corría en nuestra ayuda. Al acercarse a nosotros, cuando ya estábamos casi rodeados por la banda de perros, este, con su feroz aspecto, lanzó rugidos y ladridos, alejando así a los canes vagabundos. Tras esto, nos siguió durante todo el paseo.
  • Mi perro, enseguida, sintió aversión por un chico que había conocido por Internet. Estuvo sentado entre nosotros cuando teníamos una cita y un par de veces comenzó a rugirle. Al día siguiente leí en el periódico que este chico había sido arrestado. © Denise-Breton-Gendreau / Quora

¡Las mascotas crecen demasiado rápido! Estas personas compartieron las fotografías de cómo eran de pequeñitos sus amigos de cuatro patas, ¡y de lo grande que están ahora!

  • Hace 17 años se produjo el siguiente caso: mi madre me dijo que vigilara en la calle a mi hermano menor, que por aquel tiempo tenía un año y medio. Siendo una niña de 6 años, por supuesto, fingí vigilarlo. Mi madre salió para ver cómo estábamos y se quedó de piedra cuando se dio cuenta de que el pequeño no estaba. Fuimos presas del pánico sin saber dónde podría estar el niño: muy cerca había una autovía muy peligrosa. Nuestro perro Aza vino a ayudarnos, que empezó a morder mi pernera tirando en la dirección opuesta a la que nos dirigíamos llamando y buscando a mi hermano. Hice caso a Aza y corrí tras ella. Cuando llegamos corriendo, mi hermano estaba sentado al lado de la carretera que conducía a las afueras de la ciudad.
  • Mi madre tenía un absceso grande y muy doloroso en la zona de la axila. Ella dormía con el brazo levantado porque le dolía mucho. Nuestra gata, siendo todavía una felina muy joven, se le acercó, se tumbó con su barriguita sobre la herida y durmió así casi toda la noche. A la mañana siguiente todo había desaparecido. La gata murió hace más de 10 años, pero todavía la recordamos.
  • La historia de mi abuela. Ella tenía un gato británico. Feroz: arañaba y mordía sin parar. Una vez, mi abuela se sintió mal, subiéndosele la presión. No le dio tiempo de alcanzar el teléfono porque se desmayó. El gato se le acercó y comenzó a morderle la mano. De esta manera, consiguió que recuperara la conciencia, así fue como pudo llamar a una ambulancia. El gato vivió otros 5 años más, a pesar de que una vez lo atropelló un automóvil.
  • De mi ex, me separó su perro. Todo iba bien durante un tiempo hasta que este mordió el cable de mi laptop. El chico no solo se negó a pagarlo, también rechazó colaborar en su reparación. Después de la computadora portátil, le llegó el turno a mis auriculares caros que me habían regalado por mi cumpleaños. Luego, zapatos nuevos. Y cada vez, en vez de compensar o ayudar, mi novio de entonces me decía: “Son TUS cosas, es tu culpa por no haberlas vigilado bien”. No guardaba rencor al perro por lo ocurrido: era responsabilidad del dueño por no haberlo adiestrado correctamente. Lo dejé y no me arrepiento. Gracias al perro por ayudarme a abrir los ojos.
  • Tengo diabetes de tipo 1. Una noche, mientras dormía, mi nivel de azúcar en sangre bajó tanto que estaba al borde de sufrir un ataque. Tenía dificultad para respirar, me salía espuma de la boca. Mi perro se despertó y comenzó a lamerme la cara para hacer más fácil mi respiración. Pronto, se despertó mi esposa y me trajo jugo de naranja. Lamentablemente, nuestro perro falleció hace varios años. © DarthContinent / Reddit

  • En mi infancia, cuando tenía 2-3 años, sufrí graves quemaduras: el 70 % de mi cuerpo. Tuve que volver a aprender a caminar, me movía cojeando como podía. Pero tenía un amigo fiel que me ayudó a recuperar el equilibrio: mi caniche. Caminaba conmigo sobre sus patas traseras, mientras que yo lo agarraba por la pata delantera. Ahora el perro ya no está conmigo, pero siempre lo recuerdo con cariño. Y, en general, me gustan mucho los canes.
  • Una vez, invité a un chico a nuestra casa. Por lo general, mi gata está acostumbrada a los desconocidos porque yo estudio en casa, pero algo salió mal. Aunque este parecía normal, mi gata saltó sobre él en cuanto se agachó y lo mordió. Nunca había visto algo así antes. Pero más tarde me enteré de que este chico sufría de un trastorno límite de la personalidad. Mi gata no se equivocó y comencé a mantenerme lejos de él. © Manuela Heinzel / Quora
  • Un conocido mío, simplemente, odiaba a los perros. Cuando pasaba junto a ellos, podía hacer un gesto desagradable y luego, además, gritar el resto del día que son animales estúpidos e inútiles. Así fue hasta que un día acabó bajo los escombros. Un edificio enorme se derrumbó y él resultó ser uno de los pocos sobrevivientes. Entonces, lo salvó un perro llamado Dan. ¿A qué se dedica este hombre ahora? Está educando a su propio perro, trabajando en un centro de perros guía. Así fue como un solo animal cambió drásticamente la vida de una persona.
  • Un día, me fui a pasear con mi perra Mollie. Caminaba por el fondo poco profundo de un lago, cuando de repente mi pie se quedó atrapado en el barro. Maldiciendo a todo a mi alrededor, di otro paso más y mis pies se hundieron en el lodo hasta los tobillos. Me quedé atrapada sin poder salir. Miré a mi perra, susurrando: “Mollie, ¿qué hago?”. Mirándome a los ojos, Mollie se inclinó hacia adelante y bajó sobre su barriga. Ella, torpemente, se empezó a mover con las patas hundiéndose en el barro, arrastrándome por el lodo. Al final, pude agarrarme a las raíces y subir a una presa. Había oído que los perros no son mucho más débiles que una persona, aunque esta pesa tres veces más. Ahora creo que estoy convencida de eso. © Cathy Raiser / Quora
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