13 Personas comparten los chistes que parecen no pasar nunca de moda entre sus familiares
Para el humor hay una infinidad de posibilidades, porque todos podemos tener diferentes cosas que nos causan gracia. Existen chistes muy buenos y otros tan malos que terminan siendo excelentes, pero independientemente de eso, en el caso de los miembros de nuestra familia, hay integrantes que no se cansan de contar una y otra vez los mismos chistes, que siguen sacando risas a su alrededor.
Reunimos las anécdotas de algunos internautas que compartieron las bromas que gente cercana a ellos suele decir con regularidad.
- Cuando estaba en la escuela, le decía a mi papá: “Papi...”, y siempre, antes de que pudiera decirle otra cosa, me respondía: “No puedo, no quiero y no tengo”. No fallaba, siempre me hacía enojar. © Maria Eugenia Morales Zazueta / Facebook
- Mi papá es de piel blanca, y cuando lo saludan y le preguntan “¿cómo está?”, él dice que como un mango. Entonces, la gente pone cara de “¿¡QUÉ!?”, y él responde “chupado y amarillo”, o también contesta “más viejo que ayer”. © Angei Reyes / Facebook
- Mi papá tiene una cicatriz muy marcada en una de sus manos y siempre, cuando algún sobrino y/o ahora nieto le pregunta qué le pasó, él responde que un día fue a la selva y lo atacó un tigre o un cocodrilo. Nosotras, sus hijas, ya no nos reímos porque también nos contó lo mismo de niñas y, dependiendo del animal que él mencione, le decimos: “¿Pero no había sido...?”, y terminamos con el animal contrario al que él dijo. Entonces se ríe y dice que no dañemos su historia. © Alejandra Saenz Mateus / Facebook
- Mi abuela vivió siempre con nosotros, y cuando sus hijos y nietos nos visitaban, éramos un gran número. Para cuando se iban, ella siempre decía: “Me da gusto que vengan, pero me da más gusto cuando se van”. © Haydée Vaquier Velázquez / Facebook
- A mi papá le dio por conservar durante bastante tiempo la siguiente broma. Cuando nos quejábamos diciendo: “Papá, ¡yaaaaaa!”, él de inmediato decía molesto: “¿¡PAPAYA!? ¡NO ME DIGAN PAPAYA!”. © Frida Pennyel Torreblanca Castillo / Facebook
- Mi esposo, cuando pregunta el precio de un auto, siempre dice: “Ah, ¿pero incluye la gasolina de por vida o qué? ¿O también la tengo que pagar yo?”. Me muero de pena porque el vendedor pone su cara de “no es gracioso”. © Reyna Corona / Facebook
- Mi papá, cuando nos presenta a mi hermana y a mí a algún conocido, le dice: “Son bien inteligentes, como su papá”. Todos se ríen porque creen que se está halagando a sí mismo, pero remata diciendo: “Ah, pero usted no conoce a su papá”. © Cesar Palazuelos / Facebook
- Mi papá decía varias:
1. Cuando quería que me comprara algo, decía: “¿A cómo lo das?”.
2. Cuando quería que me llevara a la calle a pasear, me sacaba al portón de la casa, me volvía a meter y decía: “Ya te llevé a la calle”. © Anto Vega / Facebook - Mi papá siempre decía que tenía tanta fuerza que hasta doblaba una esquina... o que el temblor había sido tan fuerte que había dejado hasta a la calle en el suelo. Todos nos reíamos de sus mismos chistes una y otra vez. © Paulina Cea Sobarzo / Facebook
- Cuando mi mamá le llegaba de sorpresa a mi papá por la espalda y le tocaba el hombro, él se volteaba y le decía: “No me toques por la espalda, sabes que soy un hombre acostumbrado al peligro y te puedo agarrar la mano, pasarte por encima del hombro y sacudirte en el suelo pensando que eres un enemigo”. Mi madre se daba la vuelta y se iba riendo de sus ocurrencias. © Vazquez Manolo / Facebook
¿Cuál es el mejor chiste que tienes en tu repertorio? ¡Veamos quién hace las mejores bromas!
Imagen de portada Angei Reyes / Facebook
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