Ahora lo vi todo
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14 Historias con una dosis de humor que solo pueden suceder en un parque infantil

Un parque infantil es un sitio donde sucede de todo. Los niños juegan, los adultos se relajan y ocurren situaciones que tal vez no podrían darse en otros lugares. Desde niñas corriendo con toallas femeninas por todos lados hasta padres haciendo el ridículo o actitudes de los pequeños que destacan su inmensa creatividad.

En Ahora lo vi todo nos sorprendimos con estas historias, ¡no podemos creer todo lo que puede suceder en un simple parque! Se vale reír o llorar.

  • Pasaba por el parque infantil, escuché a alguien gritar, y eso que llevaba auriculares puestos. Vi que una anciana estaba tirada y no podía levantarse, se tambaleaba como un escarabajo. Me acerqué para ayudarla a levantarse. Resultó que estaba bien, simplemente estaba jugando en el columpio, se cayó y se quedó tirada RIÉNDOSE. ¡Lo que es capaz de hacer la primavera con las personas! © AlexandrZaedaet / Twitter
  • Mi hijo mayor tenía 6 años, estaba jugando en un columpio, y yo al lado. Dos niños corrieron cerca, justo al lado del columpio. Les dije: “No corran tan cerca”. El parque era enorme. Sus madres estaban por ahí sentadas charlando, sin reaccionar. Estos niños volvieron a pasar corriendo, el mío paró rápido el columpio, y entonces la madre de uno de los corredores me gritó: “Mujer, ¿puede su hijo jugar con cuidado?: nuestros hijos están corriendo ahí. Mejor no jugar con el columpio”. Les expliqué tranquilamente, sin patetismo, qué y cómo. Pero parece que esas mujeres acababan de salir de una clínica mental. La madre me gritó y su amiga también. © Vera Bal / Yandex.Dzen
  • Ayer, en el parque infantil, me llamó la atención un niño. Siempre venía solo, muy educado, a veces jugaba con otros niños más pequeños, los ayudaba. Esta vez paseaba solo como siempre, y de repente, desde una ventana, al parecer su hermano mayor le gritó: “¡Sube y tira la basura!”. El niño se acercó al edificio y gritó: “¡Vete al demonio, perro pulgoso!”. Y se fue a jugar con los otros niños. © Olga H. / Yandex.Dzen
  • Tenía prisa por ir a buscar a mi hijo a la escuela. En el parque infantil, vi a una anciana tratando de subir a un anciano al columpio. La anciana me detuvo para pedirme un favor: que les sacara una foto. Aunque llegaba tarde, no pude decir que no. Como resultado, saqué una de las mejores fotos de mi vida. La anciana se subió al columpio de al lado y se tomó de las manos con el anciano. Nunca había visto algo tan tierno. © Oídoporahí / Ideer
  • Paseaba por el parque infantil. Vi a unos niños de alrededor de 5 años que jugaban a los zombis. La niña se tiró del tobogán con los ojos cerrados, los niños hacían como que la estaban reviviendo. Uno de ellos decía:
    —¡Levántate, monstruo, deja de dormir!
    Y el otro niño, de ojos azules y pelo rizado, le decía tranquilamente, acariciándola en la cabeza:
    —Zombi querido, despierta, por favor... © 5.kopeek / Pikabu
  • Pasaba cerca de un parque infantil. Noté que estaba sucediendo algo: padres, niños disfrazados, pelotas, un animador con micrófono. Resulta que los padres les estaban haciendo a sus hijos una graduación del jardín de infantes. El animador daba un discurso pretencioso sobre las cosas necesarias e interesantes que los niños iban a aprender en la escuela. Al mismo tiempo, estaban sentados cerca dos niños más grandes, de unos 10 años, y se quejaban:
    —¡¿Pero qué te pueden enseñar en esa escuela?! A mí me enseñaron solo a leer, a contar y a decir malas palabras.
    —Y a mí solo a leer y a contar. Ya sabía decir malas palabras desde antes. © Sibirskix / Pikabu
  • Venía del trabajo pasando por el parque infantil. Había dos colegialas que jugaban al bádminton, y no he visto a nadie jugarlo en mucho tiempo. De repente me inundaron los recuerdos de la infancia, cómo jugábamos mis amigas y yo. Estaba pasando al lado, mirando fijamente, sonriendo ante los recuerdos, y de repente escuché: “¿Qué estás mirando? Yo estoy casado”. Lo dijo un hombre de apariencia poco presentable, a quien ni siquiera había notado. Probablemente alguien tuvo suerte con él. Y sí, quiero una autoestima igual a la suya. © Oídoporahí / Vk
  • Regresé de un paseo profundamente impresionante. Paseábamos con mi hijo de 2 años. Una mamá se acercó: “¡Oh, qué linda niña tienes!”. Yo dije: “Es un niño”. ¿Han visto alguna vez cómo agarra un ataque? Yo recién pude observarlo. A la mujer parece que le empezó a faltar el aire. “¿Cómo un niño? ¿Y por qué tiene una pelota rosa?”. Ahí me puse pensativa yo. Le respondí: “Fue la primera pelota que vimos en la tienda y la tomó, por eso salimos a pasear”. Ella resopló como una tetera: “¿Cómo que la tomó, él mismo? ¿Rosa? ¡Llévalo urgentemente con un psicólogo!”. © Nejora / Pikabu
  • Hace poco, en el grupo de chat del edificio, una vecina muy indignada exigió que todos dejaran de llevar a los niños al parque infantil del edificio y que los llevaran al otro, o sea, al parque del edificio vecino. Resultó que los niños no la dejaban dormir con sus gritos. Trabaja de noche, por eso dormía durante el día y quería silencio. Nuestra zona era nueva, se vendieron un montón de departamentos con ventanas hacia un terreno tranquilo, donde había silencio y calma. Pero ella compró un departamento con las ventanas hacia el parque infantil. Cuando le dijeron que estaba, por decirlo suavemente, equivocada, armó todo un escándalo en el chat. © Oídoporahí / Vk

¿Te ha pasado algo parecido en un parque infantil?

Imagen de portada Nejora / Pikabu
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