14 Mujeres revelan los gustos más extraños que tuvieron durante el embarazo
Durante el embarazo, una mujer experimenta diversas sensaciones en su cuerpo. Es posible que se vuelva más sensible y que tenga antojos de alimentos que nunca antes había probado. Algunas personas han compartido con humor sus caprichos culinarios más raros durante este momento tan especial.
- Durante mi embarazo, tuve la curiosidad de probar cemento, así que en una ocasión, pasé por una construcción y decidí meter el dedo en el cemento fresco. Lo sorprendente fue que, para mi asombro, ¡me encantó! © Zonia Santana / Facebook
- Durante los últimos meses de mi embarazo, experimentaba muchísima hambre. En una ocasión, en plena madrugada, nuestro coche no arrancaba y nos vimos en la necesidad de tomar un taxi. El único que pasó de inmediato nos preguntó a qué hospital íbamos, pero en tono de broma respondí: “¡No, lléveme al aeropuerto a comer tacos!”. Nos reímos mucho por la situación inesperada y el antojo inusual. © Georgia Alvarez / Facebook
- Durante mi primer embarazo, experimenté un antojo inusual: comer pastel de chocolate con pasta dental. Aunque me animé a probarlo, esa combinación provocó un terrible malestar y terminé vomitando, pero debo admitir que me encantó la experiencia. En mi segundo embarazo, mi antojo fue sardina con plátano, pero lamentablemente no pude comerlo. Me frustré tanto que lloré como una niña pequeña y desahogué mi frustración con mi esposo, quien tuvo que aguantar mis quejas. ¡Pobre de él! © Maurelys May Rodriguez / Facebook
- En una ocasión, presencié cómo preparaban empanadas para vender, y noté que había muchos huevos hervidos. Por timidez y para no molestar, decidí no pedir uno. Sin embargo, en plena madrugada, me desperté. Así sonámbula agarré un huevo. Desperté al padre de mi hija y le pedí que le quitara la cáscara. Estaba totalmente confundido y miró hacia el lado de la cama, tratando de entender qué estaba haciendo parada con un huevo en la mano. Fue una situación divertida y extraña. © Gabriela Barboza Veron / Facebook
- Después del parto de mi hija mayor, experimenté un antojo poco común: comer arena. Aunque suene extraño, para mí fue delicioso y satisfactorio satisfacer ese antojo tan particular. © Moraa Gomzalez / Facebook
- Durante mi embarazo, tuve un antojo inusual: quería morder la llanta de un tráiler. Sin embargo, el padre de mi hijo decidió complacerme de una manera más segura y me compró un pedazo de cámara de bicicleta para masticar. Sorprendentemente, encontré ese material sabroso y me satisfizo el antojo que tenía. © Blanca Lilia Katz Roustan / Facebook
- Durante mi primer embarazo, desarrollé un antojo inusual: comer hielo de manera exagerada. Sentía la necesidad de consumir hielo constantemente, en cualquier momento del día. Preocupada por esta situación, decidí compartirlo con mi ginecólogo, quien mostró preocupación en su rostro. Me explicó que este comportamiento no era normal y me recomendó realizar análisis de sangre, ya que podría ser un indicio de anemia. Para mi sorpresa, los resultados confirmaron que tenía niveles bajos de hemoglobina. El médico me explicó que es bastante común experimentar antojos de hielo durante el embarazo debido a una anemia severa, pero muchas personas desconocen esta relación. © Lily Rivera / Facebook
- Yo encontré a la mamá de mi hijo mordiendo el jabón de pasta. © Jeancarlos Gonzalez / Facebook
- Yo, en mi primer embarazo, compraba tortillas calentitas y una lata de chipotles adobados. Me hacía mis tacos y me sabían a gloria. © Rebelde July / Facebook
- En mi embarazo me encantaba sentarme al lado de mis perros y verlos comer. Escucharlos como masticaban su comida crujiente. Era solo verlos y escucharlos masticar, más no probarlos. © Jenni Ferrer / Facebook
- Siempre he sido una apasionada del chocolate, pero durante mi primer embarazo, ocurrió algo inesperado: lo llegué a odiar. Luego, en mi segundo embarazo, volví a disfrutar de los chocolates sin problema alguno. Sin embargo, experimenté un antojo muy extraño: el deseo de comer pegamento blanco. Aunque nunca llegué a hacerlo, estuve tentada en algún momento. © Patricia González / Facebook
- En mi primer embarazo me gustaba comer aceitunas rellenas, eso era una exquisitez para mí. Podía comer casi medio kilo. Lo otro era comer tomate frito con salsa de soya y queso, con esto me rellenaba un pan. Era realmente delicioso. © Dalicer Morillo / Facebook
- Mi mamá me contó que cuando estaba embarazada de mi hermano, un día se comió una caja entera de talco. © Sandra Sànchez / Facebook
- Yo también en mi primer embarazo comía tierra. En mi segundo embarazo me dio antojo de comer la tiza de la pizarra, y en el tercer embarazo me comía las sombras de ojos. © Carito Romero / Facebook
Sin duda, una embarazada experimenta un montón de sensaciones nuevas. Algunas mujeres compartieron con humor qué vivieron durante ese momento tan especial. Estas 16 anécdotas demuestran cómo estar embarazada puede ser una odisea.
Imagen de portada Blanca Lilia Katz Roustan / Facebook
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