14 Personas que además de encontrar dinero, se quedaron con una buena anécdota
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, aprendimos del hombre araña. Y esta frase de vida puede aplicarse a cuando encontramos algo que no nos pertenece. Estos usuarios de internet se toparon con dinero donde no lo esperaban y tuvieron que tomar la decisión de qué hacer con ello.
- Una vez en el patio me encontré un dólar. ¡En ese entonces eso era mucho dinero! No había nadie a quien se lo pudiera devolver. Junto con mis amigos nos gastamos ese hallazgo en helados, chocolates, refrescos, cine y muchas cosas. Cada centavo fue bien aprovechado y gastado. Después nos enteramos de que el dinero era de mi tío, quien había llegado de visita desde su ciudad. Así que él fue quien nos otorgó una repentina diversión. ¡Gracias! © Rosa Kamilova / Facebook
- Cuando era pequeña, encontré bastante dinero para aquella época. Llegué a casa y lo escondí sin decirle a nadie. Todos los días verificaba mi escondite y un día simplemente desapareció el dinero. Fui con papá y me dijo que no lo había visto, después con mamá y ella me dijo: “¿Era tu dinero? Pensé que era de tu papá”. Le dije que no, que yo lo había encontrado. Mi mamá levantó los hombros y dijo: “No debiste esconderle ese dinero a tu mamá”. Al final no me regresó nada. Fue algo muy triste. © Ekaterina Velíkaya / Facebook
- Una vez me quedaba dinero para dos piezas de pan y faltaban dos días para que cobrara mi salario. Vi a una mujer pidiendo limosna y le di la mitad de mi dinero. Ese mismo día encontré un fajo de dinero y no logré encontrar a la persona que lo había perdido. © Natalia Yaremenko / Facebook
- Una vez compartí con un niño un pastelito fresco, y después de eso encontré un poco de dinero. © Valentina Sanduljak / Facebook
- Tenía unos 6 años. En la calle frente a la tienda a donde iba por el pan, encontré un billete (era bastante dinero para esa época). No había nadie cerca, comencé a gritar, preguntando quién lo había perdido, ya que mis padres me habían enseñado a no recoger las cosas ajenas. En ese momento salió un vendedor, lo tomó y me dijo que se lo daría a la persona que lo había perdido. Se lo conté a mi hermano mayor y durante mucho tiempo se estuvo riendo de mí. © Roza Kamilova / Facebook
- Una vez en la salida del metro, a un hombre se le cayó su dinero, yo corrí detrás de él y se lo devolví. Pasó el tiempo y un día una chica corrió detrás de mí para entregarme mi tarjeta bancaria. © Anastasiya Anatoliivna / Facebook
- Mi esposo encontró una cartera llena de dinero, cheques bancarios firmados y todo tipo de documentos. Llamó a su dueño y él fue a recogerla, pero le armó un escándalo a mi esposo reclamándole por qué se había puesto a revisar la cartera. © Ecaterina Climentovschi / Facebook
- En nuestra ciudad había un mercado muy famoso. Ahí muchos compraban ropa barata y los domingos estaba lleno de gente. Al dirigirme a la salida de ese mercado, me encontré con una multitud de personas. De pronto una mujer, sin siquiera mirarme, me entregó su cartera y me dijo: “Sosténmela, me voy a probar esto”. Al parecer me confundió con alguien más. Le regresé su cartera y le aconsejé ser más cuidadosa. En ese momento me arrepentí de eso. ¡Me volteó a ver como si yo le hubiera robado su dinero! No recuerdo exactamente qué, pero esta mujer me dijo algo grosero y ofensivo. Aún me siento incómoda cuando lo recuerdo. © Ana Kaplan / Facebook
- Estaba paseando por la playa a principios de los 2000. ¡En ese momento las olas arrojaron a mis pies un billete! Con una completa satisfacción, regresé al lugar en donde me había cambiado y no lo reconocí: ahí estaban mi playera, mi short y mi libro. ¡Sin embargo, mi bonita toalla de playa, mi gran manzana roja y mi bolso ya no estaban! En pocas palabras, siento que el destino me entregó de antemano una compensación. © Tatiana Nayfeld / Facebook
- Tenía 5 años, iba de regreso a casa, encontré un monedero y se lo di a mi mamá (ella iba caminando un poco atrás de mí). Cuando abrí el monedero, ahí había una gran cantidad de dinero. Mi mamá me dijo que debíamos encontrar a su dueño y en eso vimos a una mujer corriendo y llorando. Mi mamá le preguntó qué le había pasado y ella dijo que había perdido su monedero y lo describió. Se lo devolvimos y nos fuimos a casa. © Aleksandr Fiódorov / Facebook
- Iba de camino al trabajo por la mañana, era sábado, no había nadie en la calle, llegué a un paso a desnivel y detrás de la barandilla había varios billetes. Yo ganaba muy poco en ese entonces y eso hubiera podido ser un buen regalo. Me quedé mirándolos, pero seguí mi camino. ¿Para qué los quería? No eran míos. © Ksenya Panteresse / Facebook
- Mi mamá encontró una cartera hace poco. Ella encontró a su dueño y se la devolvió. El dueño tampoco quedó muy contento. Nosotros no tomamos nada de la cartera. © Nadezhda Kirik / Facebook
- Eran los 2000. Salí de un edificio administrativo y de reojo vi un billete en los escalones. En ese entonces eso era casi mi salario. Me detuve (sin acercarme al billete), vi a los lados y al parecer no había nada especial. Sin embargo, el billete estaba cuidadosamente colocado en la esquina de los escalones, como si lo hubieran puesto a propósito. Me quedé esperando unos 3 minutos, mientras la codicia y la cautela luchaban entre sí. La cautela venció y me fui de ahí. © Lara Nadyushkina / Facebook
- En los años 80 me encantaba bucear, pero una vez me metí sin la máscara. Me sumergí y vi algo verde. ¡Resultó ser un billete! Lo sequé y me lo gasté. Tengo la conciencia tranquila. © Yana Chokan / Facebook
Bono: A veces se puede perder el dinero con tanta gracia que es difícil enojarse
- Una vez mi hermano estaba sacando dinero de su cartera en el mercado. Un billete grande se cayó y lentamente comenzó a girar hacia el suelo (¡como en las películas!). En ese momento, una abuelita salió de la nada y gritó: “¡Mi billete, es mi billete!”, y lo agarró. Mi hermano se quedó boquiabierto por tal sorpresa e insolencia. ¡Fue una escena silenciosa! ¡Así actuó esa abuelita descarada! © Rosa Kamilova / Facebook
Si te encontraras una buena cantidad de dinero, ¿qué harías?
Imagen de portada Roza Kamilova / Facebook
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