15 Chicos que se toparon con la anticuada afirmación: “Esto no es de hombres”
Los hombres a diario se dan de topes con los estereotipos impuestos sobre ellos. A varios se les dice que deben ser algo que quizá ni ellos quieren: ser fuertes, ser los que traigan el dinero a la casa, ser los que regañan a los hijos, ser la cabeza del hogar. Muchos se resisten a reproducir los roles de género y buscan cómo dejar atrás las etiquetas.
Aplaudimos que los chicos hagan las cosas que les gustan sin pensar en el qué dirán, como los protagonistas de las siguientes anécdotas.
- Tenemos una regla estricta en el trabajo en una institución estatal: nada de pantalones cortos para los hombres. Los guardias ni siquiera te dejarán entrar al edificio. Mientras que las mujeres pueden usar cualquier cosa. ¡Bueno, esto es sexismo y desigualdad a plena luz del día!
- Mi hijo menor (1 año) se enfermó. Con mi esposa decidimos que yo lo llevaría al hospital, ya que también tenemos un niño mayor (2 años y medio) y no tenemos a nadie con quien dejarlo, pero yo necesitaría un justificativo de la enfermedad para presentar en el trabajo. Lo ingresaron en el área de infectología. Yo era el único hombre adulto de 30 años. Lo más interesante es que, cuando le dieron el alta, al principio no querían darme el justificativo, argumentando que la madre era la que debería haber estado con el niño. A mi pregunta razonable: “¿Qué se debe hacer entonces si se enferma un hijo y no hay nadie con quien dejar al otro?”. Me dijeron algo como: “Tómate unas vacaciones por tu cuenta”.
- Bueno, ¿de qué igualdad podemos estar hablando cuando, al llegar a la piscina, en el vestuario de HOMBRES, me encuentro con una MUJER con mirada imperturbable que entrega las llaves de los casilleros? Imagínense por un momento una situación similar con un hombre en un vestuario de mujeres...
- Cuando era más joven, buscaba trabajo como secretario o administrador. Por lo general, se reían de mí y decían que era necesario escribir 24 palabras por minuto con un 95 % de precisión (en aquellos días todavía escribían en máquinas de escribir). Una vez, incluso me hicieron una prueba. Escribí 40 palabras con un 99 % de precisión. Luego me dijeron: “Escucha. Este es un trabajo para mujeres. Estamos buscando mujeres”. Como resultado, me ofrecieron trabajar como personal de mantenimiento por menos dinero. © Antoine Nunano / Quora
- Una vez, entré a una tienda de ropa interior a comprarme unos calzoncillos. Recorrí toda la tienda, en todas partes había ganchos y estantes con lencería, todo estaba ordenado por tallas. Aunque recordaba que también vendían ropa interior masculina, no la encontraba. Decidí preguntarle a una vendedora. Ella me señaló una canasta que estaba en el medio de la tienda donde estaban todos los calzoncillos de hombres amontonados. Quedé decepcionado.
- Yo soy partidario de que las chicas usen faldas. Pero también estoy a favor de que, cuando hace mucho calor, se pueda ir a trabajar con pantalones cortos. De eso se trata la historia. Yo trabajaba en una escuela, me llamaron de la administración, dijeron que tenía que ir a ayudar a mover los muebles de otra escuela, ya que ellos no tenían hombres. “Está bien”, respondí, “iré después del trabajo”. Bueno, a 28 °C, me cambié en casa antes de ir y fui al rescate, naturalmente, en shorts. Llegué y lo primero que me dijeron fue: “¿Por qué viniste en pantalones cortos?”. Maldita sea, no solo no se puede mover muebles en pantalón largo y camisa, menos con semejante calor, sino que además fui a ayudar a personas con las que no tengo nada que ver. En resumen, creo que es necesario permitir el uso de pantalones cortos a nivel legislativo.
- Mi hija tenía 3 años, el pediatra nos envió al ginecólogo infantil. Entramos, saludamos y nos sentamos. La señora, de unos 50 años, me mira de una manera extraña:
—Tendré que examinar a su hija y hacerle un frotis.
—Bueno —respondo perplejo—, está bien.
—¿Dónde está la mamá?
—En el trabajo.
—Que venga con la mamá.
—¿Por qué?
—No puedo hacer la revisión, usted es hombre. Me siento incómoda. Saque otro turno y deje que la mamá traiga a la niña.
—La mamá no tiene la posibilidad de hacerlo. Solo yo tengo tiempo libre.
—¿Abuelas?
—No tiene abuelas.
—Entonces, eso es todo, que venga con una vecina —dijo categóricamente la doctora—, no puedo hacerlo.
—¡¿Lo dice en serio?!
—Sí.
—¿Vecina? Sí, he sido su padre y su madre desde que ella nació.
—¡Señor! ¡Es la última palabra! - El verano pasado trabajé como instructor en un campamento. Los padres venían a buscar a sus hijos al final del día y yo tenía que acompañarlos a la salida. Hubo muchas madres que me miraban con recelo cuando sus hijos me abrazaban al despedirse. Actuaban como si yo representara una amenaza para ellos. Me gustaría aclarar que el verano pasado yo tenía 15 años y aparentaba 12. © HolyPwnr / Reddit
- Soy un chico que estudia en una universidad pedagógica para ser profesor de lengua. El 90 % de mis conocidos consideran que esta profesión para un chico es un poco “de nena”, y algunas personas, cuando se enteran de que soy un futuro maestro, reaccionan de esta manera: “¿Me estás tomando el pelo? ¿Profesor? Te comportas como una mujer; podrías ser constructor o maquinista”.
- Llevé a mi hijo a un examen médico en una clínica privada. Después de la cita, cada médico llenó una tarjeta electrónica y me dio una copia de lo que escribió. El otorrinolaringólogo comenzó dicho protocolo de revisión con una inscripción en negrita: “¡NIÑO EN EL CONSULTORIO CON EL PAPÁ!”.
- Hoy viajé en el metro. Había un asiento libre a mi lado. En una de las estaciones subió al vagón un hombre con dos niños: una niña de unos 4 años y un niño muy pequeño en un portabebés. En su mano llevaba un bolso grande y, aparentemente, pesado. El hombre sentó a la niña y se quedó al lado de ella. Me levanté y le ofrecí mi asiento, simplemente porque para mí sería mucho más fácil estar de pie que para él, con un bebé pequeño en el pecho y un bolso grande en las manos. Agradeció de corazón y se sentó. Y ahí empezó algo extraño. La mujer que estaba sentada a nuestro lado empezó a gritar indignada, diciendo: “¿Dónde se ha visto que una señorita le ceda su asiento a un hombre? ¿Cómo es posible?”. Quería que el hombre se levantara de inmediato y me devolviera el asiento. Y alguien más a su lado le daba la razón.
- Un día, mi antiguo jefe estaba en la tienda al comienzo del turno. Estaba hablando con alguien sobre fútbol. Después de un rato, se volvió hacia mí y me preguntó cuál era mi equipo favorito. Dije que ninguno. Entonces preguntó si me gustaba el béisbol. Dije que tampoco me interesaba el béisbol. Realmente no me gustan los deportes. “¿Nada en absoluto?”, me preguntó. No. Él se quedó confundido. Es como si le hubiera dicho que mis pantalones estaban hechos de queso. Me preguntó qué veía entonces. Dije que hacía mucho que había dejado la televisión por cable y que leo y me entretengo con juegos más que mirar la televisión. Pero sí veo televisión por internet. Me preguntó qué canales de deportes veo en línea. © Zediac / Reddit
¿Alguna vez te has encontrado en una situación como estas? ¿Qué fue lo que pasó?
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