Ahora lo vi todo
Ahora lo vi todo

16 Repartidores de comida que no solo dejaron un pedido, sino un recuerdo a domicilio

El mundo no sería el mismo sin las personas que se encargan de recoger nuestra comida en el restaurante o local de comida favorito y llevarla calentita hasta nuestra casa. Gracias a ellas, podemos apaciguar el hambre en pijama y viendo nuestra serie favorita. A veces, su servicio es tan, pero tan bueno que de postre nos llevan una anécdota digna de las cinco estrellas que usan las aplicaciones para calificar su entrega. ¿Te ha pasado?

En Ahora lo vi todo, reunimos algunas historias que los lectores nos contaron sobre sus experiencias más memorables con repartidores. Al final, puedes escribir la tuya.

  • La semana pasada pedí comida a domicilio. Después, una amiga me dijo que también le pidiera para comer juntas. Lo hice. Pasó el tiempo correspondiente y vi que ambos pedidos llegarían al mismo tiempo. Cuando salí a recibirlos, me llevé un susto terrible, ya que el segundo repartidor atropelló al primero. Varios vecinos y yo salimos a auxiliarlo. Él todavía se levantó y me entregó mi pedido. Fue una comida con sabor a culpa. El primer repartidor está bien y, el segundo, aunque le quiso echar la culpa al primero según porque se atravesó, le respondió por el incidente. © Maggy Jimenez Aguilar / Facebook
  • Tenemos varios locales de donde pedimos kebabs. Sin mirar, pulsé uno en la agenda. Cuando el repartidor llegó a casa, le abrí y se me quedó mirando con una sonrisa. Acto seguido, me dio un beso. ¡Era mi hijo! Sin saberlo, había llamado al local donde él estaba trabajando. © Pilar Alfaro / Facebook
  • Yo hice un pedido, era una hamburguesa y un refresco. Cuando llegó el pedido, lo revisé y faltaba el refresco. Hice el reclamo al repartidor y me dijo que iba a volver. Ese día, él no regresó. Al día siguiente, llegué a mi casa y estaba el refresco con una nota de disculpas. La verdad me dio mucha ternura. Era un señor mayor. A esas personas les deseo todo lo bueno del universo. © Gabriela Cruz / Facebook
  • Una vez pedí una pizza y 10 tacos de res. Todo marchaba bien. Cuando llegó el repartidor, le iba a dar su propina, pero él me dijo que no, que lo dejara así y que con eso quedábamos a mano. Le pregunté que por qué. Resulta que se comió una rebanada de pizza y un taco, porque nunca los había probado. © Alejandro Trinidad Testa / Facebook
  • Una vez estuve muy resfriada y, para no arriesgar al repartidor, le puse una nota que decía: “Déjalo en la puerta, tu propina está en una bolsita desinfectada”. El repartidor me contestó y me dejó una nota que decía: “Mejórate pronto, sé que eres fuerte. Disfruta tu comida. Mis mejores deseos”. El repartidor tuvo mejores deseos para mí que todos mis amigos juntos. © Sandy P. Gutierrez Aguirre / Facebook
  • Una vez hice un pedido a la pizzería del barrio. Cayó una tormenta impresionante y el pedido demoró en llegar. Esperé afuera de mi casa y vi que llegó una camioneta con una moto en la parte de atrás. Se bajó un muchacho muy joven con la caja de la pizza toda mojada. Me pidió disculpas por la demora y me contó que su moto se había roto y tuvo que llamar a su padre para poder entregarme mi pizza. Todavía me dijo: “Si no la quiere por estar mojada, le doy el dinero”. Le contesté que de ninguna manera, ya bastante había pasado. Le agradecí mucho y le di una buena propina. © Patricia Recalde / Facebook
  • Un día, pedí comida por una plataforma. El repartidor era sordo. Yo hablo un poco de lengua de señas. El repartidor casi llora cuando le contesté con señas. Le di más propina. © Rosa M Labana J / Facebook
  • Yo un día pedí un saco de alimento para mis perros. Llegaría a más tardar a las siete de la noche. No llegó. Como a las dos de la mañana, un taxi tocó a la puerta, era el repartidor contando que le habían quitado la camioneta con los sacos de alimento. Dijo que le preocupaban que los perritos se quedaran sin comida, por lo que salió en taxi a repartir los pedidos. © María Isabel Pulgar / Facebook
  • Mi madre tiene un jardín lleno de plantas, por lo que en primavera está todo floreado, parece selva. Una vez llegó un repartidor a dejarme un par de cosas y estaba alucinado con todas las flores. Estaba tan asombrado que me pidió ver cada una de las plantas, quedó enamorado de la pasiflora o corona de cristo. Me pidió permiso para sacarle unas fotos, obvio accedí. Él estaba muy feliz sacando fotos. Se inspiró tanto que escribió una dedicatoria. No aguanté y le dije: “¿Quieres una ramita?”. Él me contestó: “¿Pero cómo la cuido?”. Le expliqué qué hacer y le dije que me podía preguntar cada vez que necesitará ayuda. Ahora él también tiene su minijardín en su balcón. Me ha mostrado cómo han ido creciendo las plantas que le di. © Fernanda Verónica Torres Varas / Facebook
  • Una vez pedí un paquete de pollo, papas, tortillas y refresco. El muchacho llamó y dijo que ya iba llegando, que por favor saliera a la puerta. Cuando iba dando vuelta hacia mi calle (venía en moto) un perro lo empezó a perseguir y el repartidor bien paniqueado le dio duro al acelerador. Se pasó hasta el final de la calle y hasta el último derrapó y se cayó. No le pasó nada. Cuando se levantó, el perro se fue bien tranquilo a donde estaba al principio y pues a mí me entregaron un pollo todo alborotado y un refresco bien agitado. © Karly Frasd / Facebook
  • Un día estaba en casa de una amiga, íbamos a preparar el almuerzo. Su celular se apagó, así que me dijo que le transfiriera el dinero del pedido al repartidor que estaba afuera. Salí a tomarle los datos. Vi a un joven con casco y mascarilla, no podía verle bien el rostro. Cuando me dijo su nombre para la transferencia, resultó ser un primo que no había visto desde hacía más de 20 años. Nos dimos un fuerte abrazo. © Dayana Sánchez / Facebook
  • Una vez pedimos hamburguesas. El repartidor se equivocó de pedido y nos trajo pollo. Cuando nos lo entregó le dijimos que se había equivocado y nos respondió: “¿Pero quién se pide hamburguesas en domingo?, ¿no quieren mejor el pollito?”. No podíamos creer su respuesta. Luego fue a cambiar el pedido. © Lupita Gutierrez Miranda / Facebook

¿Qué historia divertida o amable te pasó cuando pediste una entrega a domicilio?

Imagen de portada Mon Reyes / Facebook
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