16 Veces en las que alquilar un departamento se volvió una travesía
Rentar un lugar para vivir no es tarea fácil. Lidiar con los caseros y nuevos vecinos es algo que solo los más experimentados pueden lograr con éxito. Claro, si la suerte está de su lado. De lo contrario, consiguen anécdotas para hacer un cortometraje de comedia, drama, risas, lágrimas y giros en la trama que ningún guionista podría imaginar.
- La propietaria tenía muchas plantas en el departamento: helechos, cactus, etc. Selva en un ambiente. Así que no nos permitía regar su jardín, sino que ella misma venía una vez cada 2 a 3 días. Tampoco llamaba con anticipación, simplemente abría la puerta en cualquier momento y usaba la regadera mientras veíamos la televisión o hacíamos otra cosa, o no había nadie en el departamento. © threeakk / Pikabu
- En el último departamento que alquilé, siempre conversaba con la propietaria sobre cambiar las ventanas y pintar las paredes con una pintura buena y duradera, como parte del pago, por supuesto. Ella se negaba. Ahorré para mi propio departamento y le dije a la propietaria que iba a mudarme. Llegó para la entrega del departamento: “¡Oh! ¿Y dónde están las nuevas ventanas? ¿Y por qué no pintaste las paredes?”. Yo: “No estuvimos de acuerdo con que fuera como parte del pago”. Ella: “Pensé que, como no estaba de acuerdo, tú mismo harías todo por tu cuenta porque no estabas satisfecho con lo que tenías”. © Priestone / Pikabu
- Alquilamos una casa muy vieja que necesitaba una renovación a una pareja de ancianos: las puertas y ventanas estaban podridas. Los propietarios simplemente sacaron las cosas podridas y rellenaron los agujeros con trozos de madera y goma de mascar. © shellystrawberry / Reddit
- Recuerdo a la querida señora Nadia... Mi hermano y yo le alquilamos parte de su casa privada, la casa tenía 2 entradas desde la terraza: una llevaba a su mitad y la segunda llevaba a nuestras 2 habitaciones. Al principio, todo iba bien. Pero luego, de algún lugar, apareció un enorme pastor alemán en el pasillo. Incluso para ir al baño, yo tenía que gritar: “Señora Na-adia, seño-ora Na-adia ...”, porque realmente quería ir al baño, y al mismo tiempo lloraba de risa, dándome cuenta de la estupidez de la situación. Duró hasta que mi hermanito se enfureció: agarró un zapato y con él amenazó al perro. ¡Fue un milagro! ¡El perro gimió y se escondió debajo de la mesa! Después de 2 semanas, nos mudamos. © Menin Zholum Moy Put LLC / AdMe
- Estábamos buscando un departamento para alquilar; nos gustó uno, bonito y acogedor. Los propietarios eran una pareja de mediana edad que vivía en el mismo piso. Cuando nos sentamos a firmar el contrato, encontramos una cláusula que decía que mi novia no podía quedar embarazada mientras viviéramos allí, y que no se podía caminar por la casa con ropa que enseñara los hombros y las piernas; además, no podía maquillarse y quedarse sola en casa si el propietario también estaba en casa solo, sin su esposa. Encima, trataron de demandarnos cuando nos negamos a firmar el contrato. © Opera Noire / AdMe
- ¡Alquilar a través de los conocidos es lo peor! Mi amiga y yo estudiábamos en la universidad, ambas comenzamos a trabajar y decidimos mudarnos de una residencia universitaria a un departamento. Encontramos uno de un ambiente todo gastado, pero para nosotros era perfecto por el baño y un refrigerador solo para nosotras. Estábamos tan contentas que no averiguamos nada sobre la propietaria del departamento, y debimos haberlo hecho. Una semana después, la propietaria llamó y dijo que se llevaría el refrigerador porque lo necesitaba para hacer conservas. ¡Y era pleno invierno! ¡La mejor época para hacer conservas! Nos indignamos, pero no hubo caso. “Saquen todo, me lo voy a llevar”. Y se lo llevó. ¡Al mismo tiempo, por alguna razón, pensó que una caja con nuestras joyas también le pertenecía a ella! La vi metiéndola en la bolsa, me espanté y dije: “Lo siento, señora, eso es nuestro”. ¡A lo que ella se indignó tan descaradamente! Abrió la caja gritando “Pero, ¿cómo que es suyo?”, y empezó a revisarlas comentando: “Esto lo traje de otro país en 1974, y esto me lo regaló mi hijo, y esto fue...”. ¡Lo decía tan naturalmente! Me salían lágrimas de los ojos por la frustración, estaba en completo shock por ese robo tan descarado, no sabía qué hacer. Por suerte, mi amiga reaccionó al tiempo, empezó a gritar y se aferró a la caja con fuerza. La mujer no dijo nada, soltó la caja, pero nos exigió desalojar el departamento al día siguiente. © Luanna / AdMe
- Le alquilaba una habitación a una anciana. Todo terminó cuando ubicó a su hijo divorciado, de unos 40 años, en la habitación de al lado con la esperanza de que nos conociéramos. Yo tenía 21 años. © Elena / AdMe
- Alquilaba un departamento de 2 ambientes muy gastado. La casa tenía 200 años de antigüedad, con enormes habitaciones con techos de 4 metros y un baño en la cocina. Acordamos con la propietaria que, a cuenta del pago, haría un baño completo de la despensa. Contraté trabajadores, lo hicieron muy bien. Vino la propietaria, todo le gustó mucho. Una tarde, llegué temprano a casa del trabajo y ella se estaba bañando tranquilamente, su ropa estaba en la lavadora, mi ropa nueva estaba en la cama del dormitorio, sacada del armario: aparentemente, se la estaba probando. Cuando me indigné, dijo que no tenía tales comodidades en su casa y que yo era joven y debía respetar a las personas mayores. Después de eso, compré mi propia casa para no meterme más en esas historias. © Dasha Clarkson / AdMe
- Una amiga y yo le alquilamos una habitación a una señora de 70 años. Al principio, todo estaba bien: nos preparaba deliciosos desayunos y cuando íbamos al teatro nos rociaba las muñecas con su costoso perfume. Los conflictos comenzaron por una colcha. Había una cama en nuestra habitación cubierta con una colcha muy bonita. Estaba estrictamente prohibido sentarse en ella, pero además, estaba permitido sacarla solo para la noche. Para sentarse o acostarse en la cama durante el día, era necesario poner una colcha más sencilla y, al levantarse, retirarla inmediatamente. ¡Obviamente, incumplíamos periódicamente esta prohibición y ella lograba entrar a chequear en el momento más inoportuno! © Starushla-veselushka / AdMe
- Mis familiares alquilaron un monoambiente gastado: una gran habitación vacía, una batería de hierro fundido debajo de la ventana, un grifo con agua fría en la pared en la esquina, pero sin fregadero, y debajo una tubería de alcantarillado cerrada con un tapón. El propietario dijo: “Comprendo que se necesita reparaciones, pero el precio es bajo”. El marido sabía de reparaciones, así que hizo una pared de paneles de yeso, cercó el baño en la esquina, compró el lavabo, el inodoro y las puertas a bajo precio, pegó el papel tapiz. El propietario entró para cobrar y vio todo este esplendor. Una semana después, llamó y contó una triste historia: el departamento de sus familiares se había incendiado y los dejaría vivir en su departamento, y él mismo se mudaría a este monoambiente, “¡Así que tienen que irse urgentemente!”. El esposo le pidió al propietario 3 días para la mudanza y él aceptó amablemente. El esposo desmanteló la pared y el baño, y la esposa se dio el trabajo de quitar todo el papel tapiz. El propietario llegó y se quedó atónito: en la esquina había un grifo en la pared y una alcantarilla con un tapón. Solo logró decir: “¿Dónde está todo?”, y el marido le dijo: “¡Te devolvemos lo que nos entregaste! Es lo justo”. © spolox455 / Pikabu
- Le alquilaba una habitación a una anciana, entonces ella me dijo: “¡¿Dónde has visto eso de bañarse todos los días?! Hazlo como yo, una vez a la semana”. Además, un día salió en mis zapatos. © AlexLissabon / Pikabu
¿Has tenido alguna historia divertida siendo inquilino o propietario? Nos encantaría leerla.
Imagen de portada Opera Noire / AdMe
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