18 Afortunados cuyo camino se cruzó con el de celebridades

¿Te imaginas caminar por la calle y toparte con tu celebridad favorita? Bueno, a algunas personas les ha pasado y han vivido experiencias épicas. Estas historias están llenas de sorpresas, momentos graciosos y algunos “oh, Dios mío”; encuentros con famosos que te harán reír, llorar y desear haber estado allí. Así que ponte cómodo, y prepárate para leer cómo el azar ha favorecido a algunos afortunados (¡no nos quejaremos si nos quieres comentar tus propios encuentros!).

• Estábamos entrando a un restaurante. Antes de asignarnos mesa, nos pasaron a la barra del bar. Entró un señor altísimo con cola de caballo y sombrero y un traje de lino impecable. Lo vimos, nos vio, pero no nos acercamos. Entre que no nos decidíamos a saludar, terminó su café expreso, dobló su periódico y lo puso bajo el brazo, se acomodó el sombrero y amablemente, como todo un caballero, inclinó la cabeza y nos sonrió. Liam Neeson nos acababa de saludar y ni foto ni autógrafo tuvimos por “lentejas”. © Georgina Gina Gonzalez / Facebook
• Una vez iba en autobús a Bogotá y del otro autobús que llegaba de Barranquilla se bajó Shakira, estaba aún muy joven y hermosa. Apenas empezaba sus primeros pasos en televisión, la saludé, me respondió muy amable y le deseé éxitos en su telenovela El oasis. Ahora ella llega en avión privado. © Sombra del Inframundo / Facebook
• Un compañero oficial de seguridad me contó que una vez llegó Carlos Ponce, él le preguntó en voz baja y él le confirmo que era, pero le pidió que no lo delatara. Él le colaboró, pero una mujer lo reconoció y se fue un grupo detrás de él y no le quedó más remedio que montarse al carro y escapar. © Ricardo Garro / Facebook

• Estaba en Argentina, me encontré de frente con Sean Connery y dudé de mí mismo. No había redes ni nada de eso, yo pensé: “¡Qué va a ser Sean Connery!”. Estaba filmando Highlander II. Increíble pero cierto. © Alejandro Justo / Facebook
• Estaba esperando a alguien en Nueva York para un trabajo cuando llegó alguien en un carro negro, se bajó, nos saludó y entró al edificio. Cuando fui a verlo más de cerca, ya estaba entrando al elevador. Un señor me dijo “¿lo reconociste?”, y le dije que me había parecido conocido. Me dijo “es Wesley Snipes”. © Diblain Tejera / Facebook
• En el aeropuerto de Guadalajara, hace como 20 años, había un señor simpático que me sonreía y me sonreía, y yo “¿y este qué?”, y yo juro que me empezó a seguir y sonreía muy coqueto, yo pensaba: “¿Lo conozco? ¿Quién es?”. Ya después en mi casita me di cuenta de que era Alec Baldwin. En esa misma ocasión conocí a Kate del Castillo y Demián Bichir, muy guapos los dos y bastante agradables, me dieron un autógrafo y platicamos mientras esperábamos nuestros respectivos vuelos. © Méndez Laura / Facebook

• Vivía en Vancouver y entré a un sitio italiano. Se sentaron en la mesa de al lado dos jóvenes y comenzamos a hablar. Pedimos algo de la carta y yo les conté que soy de Colombia, que mi bisabuelo era italiano y así pasaron como dos horas. De pronto sonó una canción en italiano y les pregunté el nombre de quienes la cantaban, me dijeron que un grupo llamado Zero Assoluto. Me despedí y cuando llegué a mi casa, busqué en internet ese grupo y resultó que eran ellos mismos. © Katherine Benavides / Facebook
• Iba caminando con una amiga por Madrid afuera del hotel Ritz cuando un carro se paró frente a nosotros y se bajó un señor con una mujer muy guapa. Él nos vio y sonrió muy amable; mi amiga, que era japonesa, trataba de decirme algo, pero yo no entendía. El señor y su pareja entraron al hotel y el chofer me dijo: “¿No lo reconociste? ¡Era George Lucas!”. © Claudia Flores / Facebook
• Hace siglos, cuando Facebook era nuevo, le comenté una foto a Vin Diesel y él me mandó un mensaje, solo que yo vi su mensaje como un año después, pero fue lindo que se tomara el tiempo de contestarme. © Victoria Aguilar / Facebook
• Trabajaba en un hotel 5 estrellas de camarera de piso. Me fueron a buscar porque Madonna había salido a correr y tenía que hacer su habitación. Al rato vino la gobernanta a avisarme que volvía y teníamos que salir de la habitación. En el pasillo de 90 cm ancho, me pegué a la pared para que pasaran cuatro hombres de seguridad enormes y alguien pequeñito en medio. Estoy segura de que si hubiera salido sola a la calle, nadie la hubiera reconocido. © Maria Perez / Facebook

• Un desconocido le pidió a mi tía un lugar para dejar su auto, que había fallado, y él tenía que llegar al aeropuerto; ella lo llevó junto con los que lo acompañaban. Mi tía sabía que lo conocía, pero no sabía quién era. A los pocos días llegaron por el carro y con un hermoso collar y una nota de agradecimiento, firmada por Plácido Domingo. © Jel sa / Facebook
• Tenía un pequeño restaurante que estaba cerca del estadio de béisbol donde jugaba el equipo local. Denny Bautista, un beisbolista dominicano y una de las estrellas del equipo, fue a cenar, y a la hora de pagar, se dio cuenta de que había olvidado su tarjeta de crédito. Con toda la vergüenza del mundo, me preguntó si me podía pagar en su próxima visita. Le dije que sí, y regresó días después. Pagó la cuenta anterior y nos trajo a más beisbolistas. Se volvió un cliente frecuente. © Eliud Jacobo / Facebook
• Vivo en Cusco, Perú. Cuando estaba de pasada alrededor de la plaza de armas, vi a un joven con una gorra bajando de un carro; sentí que lo conocía de algún lado, pero tenía un look extranjero, así que dije imposible y me pasé. A los pocos segundos escuché unas voces emocionadas y al darme vuelta, vi que se estaban sacando fotos con él. Me fui a casa y cuando conté lo ocurrido, me dijeron que era Avicci. Se lo veía muy humilde y amable. © Katherine Lisset Sucso Yapo / Facebook
• Tuve el gusto de venderle unas cremas de una marca de lujo a Gustavo Cerati. Te diré que fue en el año 95 o 96, no recuerdo bien. Fue en la época en que estaba casado con Cecilia Amenábar. Lo que más recuerdo eran sus ojos y su tono de voz. En ese entonces yo tenía 18 años, ya no está tan fresco el recuerdo. © Katherine Lisset Sucso Yapo / Facebook