Ahora lo vi todo
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18 Niños que hicieron que los grandes quedaran con la boca abierta

Muchos niños saben exactamente qué decir, aunque a veces no sea el lugar o el instante adecuado. Ya sea a causa de su imaginación o de su propia personalidad, nunca es un mal momento para escuchar a los pequeños y reírnos mucho con sus ocurrencias.

  • En el metro. Una niña de 5 años con su mamá.
    Mamá: “Tengo los ojos azules, como el cielo. ¿Y tú?”
    Chica: “Y yo tengo los ojos marrones. Como... ”
    Mamá: “¡Como el chocolate!”
    Chica: “¡Como una chuleta!”. © _U****O_K / Twitter
  • “Me gustaría gobernar el mundo”, me dice mi hijo de 5 años con voz triste, “pero, lo más probable, me convertiré en un hombre ordinario que trabajará en alguna tienda por poco dinero”. Parece que es hora de abrir su propia cuenta en Twitter. © lessprit / Twitter
  • En Francia, 7 se considera la “edad de la razón”. Aparentemente, mi hija tenía esto en mente mucho en los días previos a su cumpleaños. Cuando se despertó en su séptimo cumpleaños, me dijo: “Creo que la edad de la razón comienza a los ocho años”. © Temporary_Tax_6081 / Reddit
  • Estaba parado en una valla de tela metálica viendo cómo una excavadora derribaba una vieja escuela. Un niño de unos siete años vino a unirse a mí y miramos juntos por un rato. Luego se volvió hacia mí y dijo: “Este es el día más feliz de mi vida”. Supongo que para un niño, ver una excavadora derribando una escuela... bueno, no hay nada mejor que eso. © OrangeJuiceGuy45 / Reddit
  • Estoy en una cafetería esperando a un compañero de trabajo. Entra una mujer de unos 60 años con un niño de unos 6–7 años. Se sientan a mi lado, y yo, sin querer, escucho su diálogo:
    — Juanito, ¿te pesa mucho la mochila?
    — No.
    — ¿Te cuesta estudiar en la escuela?
    Juanito responde con ojos llenos de tristeza y amargura:
    — Abuelita, me cuesta más vivir con tu hija que llevar mi mochila y estudiar en la escuela.
  • Voy por la calle y escucho a un niño decirle a su madre: “Sé a dónde nunca iré. A un país que da miedo por la noche. Allí donde todo el mundo tiene el escozor. Y no pueden dormir por eso”. Por mi cabeza pasan varias opciones, pero no sé de qué país se trata. Mamá también está confundida. Le pregunta a su hijo qué tipo de país es este. El niño responde: “Pero mamá, ¡está claro que es Escocia! Por eso tiene este nombre”. Luego comenzó a contar una historia sobre el nombre de Irlanda, pero ya no me dio tiempo de escucharla.
  • Estoy en el trabajo, recibo una llamada de mi hijo de 10 años: “Mamá, ¿no has muerto?”. Casi me atraganto con el café.
    — Le respondo: “No, pero ¿qué pasó?”.
    — Nada, es que no me has llamado hoy.
  • Mi hijo tiene 4 años. Compré una aspiradora con un mango largo, y el niño se levanta todas las mañanas para aspirar algo. Por la mañana, todavía somnoliento con la aspiradora en manos, aspira algo en la cocina y murmura entre dientes “Dios mío, cuántas ganas de orinar, pero tengo que seguir trabajando...”
  • Estoy hablando con mi marido, de repente entra nuestro hijo (de 7 años) diciendo: “Tengo algo para ustedes”. “Enséñanoslo”, respondemos con sorpresa. El hijo saca un álbum para dibujar, un lápiz, abre la primera hoja y señala dónde está escrito “Quiero ser un gato. Presentación”. Luego, hoja número 2: “Por qué quiero ser un gato:
    1. Los gatos duermen mucho.
    2. Los gatos comen mucho.
    3. Los gatos no van a la escuela.
    4. Los gatos no pagan alquiler.
    5. Los gatos tienen esclavos de dos patas.
    6. Los gatos son lindos ”.
    Hoja número 3: Fin.
    “Entonces, les mostré mi presentación. ¿Qué pueden decirme? ¿Puedo convertirme en un gato y no ir a la escuela mañana?”.
  • Recientemente, mi esposa vino de la peluquería. Francamente dicho, el corte que le hicieron no le quedaba bien, estaba muy disgustada. Mi esposa:
    — ¿Cómo voy al trabajo con este corte?
    Nuestra hija de 5 años, tranquilizándola:
    — ¡Mami! ¡No te preocupes! ¡Te dejo mi máscara de conejito!
  • Ya era de noche. Mi hijo se acostaba a dormir, mientras tanto, desde el techo le seguía una araña rojiza del tamaño de una caja de fósforos.
    Le pregunto: “¿No te molestará?”
    Hijo: “Oh, no, vamos a deshacernos de ella”.
    Entonces, desplegamos una extensa operación de fuerzas especiales para eliminar la araña bajo mi estricto mando. Mientras mi hijo abre la ventana de par en par, voy corriendo para buscar el equipo necesario. Usando una fregona, bajo cuidadosamente al intruso al piso (mi hijo se mantiene alejado), lo meto en el recogedor y lo lanzo rápidamente por la ventana en la oscuridad de la noche. Un segundo después, se escucha un chirrido de frenos y un golpe desde la calle.
    Nosotros: “Ohhh”.
    Mi hijo, pensativo: “La próxima vez, simplemente mátala”.
  • Mi suegra cumplió años ayer. La visitaremos el fin de semana, pero por ahora, mi esposa felicitó a su madre por teléfono. Nuestro hijo mayor está con un compañero de clase (nuestro vecino) haciendo tareas en la habitación. Le pregunto a mi hijo:
    — ¿Quieres felicitar a tu abuela?
    — No, si la felicito, luego se pondrá a desearme de todo durante media hora, como si fuera mi cumpleaños, y queremos terminar las tareas para salir a la calle.
    Entonces su compañero de clase dice:
    — A mis abuelos, en sus cumpleaños, les recito algún poema sobre los abuelos. Se echan a llorar y cuelgan el teléfono.
  • El hijo de en medio de un amigo mío está estudiando en quinto grado. Sacó un sobresaliente en dibujo. El maestro se quedó sorprendido por la cantidad inesperada de detalles en su dibujo, por lo que preguntó:
    — Luis, ¿alguien te ayudó con el dibujo?
    Luis es un chico honesto:
    — Sí, me ayudaron.
    — ¿Y quién te ayudó: tu mamá o papá?
    — No, me ayudó mi hermana.
    — ¿Cuántos años tiene tu hermana?
    — Tiene seis años.
  • Mi hija me pidió comprarle una mochila. Es pequeña, pero es toda una mujer. No entendí nada, decidí llamarle. © wylsacom / Twitter
  • Mi amigo me contó la siguiente historia:
    “Mi hijo tiene 5 años. Practica kickboxing. Suelo esperarle en el pasillo del gimnasio después del entrenamiento. Pues, ha llegado el momento, el entrenamiento ha terminado. La puerta se abre, mi niño con los ojos rojos sale corriendo, se nota que lloró, pero sonríe maliciosamente.
    Yo: ‘¿Qué pasó?’
    Hijo: ‘El entrenador me gritó. Ven. Le dije que estás en el pasillo y ahora le vas a pegar’.
    Al entrenador... De kickboxing...
    En ese momento me di cuenta de que ya era hora de explicarle a mi hijo que los conflictos se resuelven mejor pacíficamente. Hablando”.
  • En la escuela, se le preguntó a un alumno de segundo grado: “¿De qué trabaja tu mamá?” Respondió: “No sé cómo se llama correctamente esta profesión, pero, en general, baja al sótano con los hombres”.
    Su mamá trabajaba en la Oficina de Gestión Urbanística.
  • Siempre supe que mi hijo tiene alma de un hombre adulto. Pero me he convencido de esto cuando durante la función navideña en el jardín de niños proclamó desde el escenario: “Chicos, pero esto es una estafa: ¡he visto la barba de Santa Claus en el garaje de mi papá!”.
  • El hijo de mi amiga no sabía hablar hasta que cumplió 5 años. Se limitaba a las palabras “sí” y “no”. Una vez, jugando en la calle, los niños mayores le quitaron la pelota. Su mamá le preguntó: “Bueno, ¿por qué no les arrebataste la pelota? Es tuya, deberías saber proteger tus cosas”. Entonces el niño le contestó breve y claramente: “Pues, me acobardé”.

¿Qué ocurrencias tenías cuando eras un niño?

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