19 Regalos que el destino les otorgó a distintas personas
Hay personas que nacen tocadas por la varita de la fortuna. Pareciera que para esta gente encontrarse con una suma de dinero en la calle es de lo más común. Hay otros, sin embargo, que consideran todo un milagro el hecho de haber ganado alguna vez algo. Tal vez el destino tenga reservado algo inmenso para nosotros. ¿Será que solo hay que buscar?
En Ahora lo vi todo encontramos historias sobre los golpes de suerte que han tenido algunos usuarios de la red.
- Una vez estaba vendiendo rosas en la calle principal de mi ciudad. Las cosas iban mal. Ni siquiera la imagen de una linda florista, una canasta de mimbre y música romántica de un altavoz portátil eran capaces de incrementar las ventas. Un joven me preguntó cuánto valían las flores. Se las ofrecí a un precio normal y dije que podía hacerle una rebaja. Las compró todas: ¡las 33 hermosas rosas escarlatas que me quedaban! Pero el chico impuso una condición: yo le tenía que entregar una flor a cada chica soltera que se encontrara en la calle. Después de concluir “el acuerdo del siglo”, decidió divertirse más y me pidió que le dijera a cada mujer que la flor era de parte de un joven, señalando a cualquier tipo solitario. Las reacciones de las chicas fueron muy diferentes, desde el estupor y la vergüenza hasta el deleite y la risa. El hombre simplemente decidió regalarles un poco de felicidad a los desconocidos; tal vez algunas rosas se convirtieron en el verdadero amor. © Oídoporahí / Vk
- Por la mañana, decidí ponerme unos pantalones que no había usado desde septiembre del año anterior. Los saqué del armario, me los puse abrochando el cinturón y metí la mano en el bolsillo izquierdo. En ese momento, una dulce sensación recorrió mi cuerpo: ¡sí! Los dedos encontraron unos cuantos billetes. Definitivamente era dinero, pero ¿cuánto? Después de unos segundos de indecisión, saqué... ¡200 USD! Experimenté una oleada de felicidad, como en la infancia. ¿Cómo podía haberme olvidado de tanta plata? Fue todo un rompecabezas, pero no me importaba. ¡Deseo que todo el mundo experimente esa sensación! © Korado / Pikabu
- Saben, llevaba toda mi vida sin creer en los milagros. ¡Pero qué equivocada estaba! Sucedió lo siguiente: decidí participar en un concurso en el que debía publicar una foto y los organizadores elegían las 10 mejores candidatas para la votación final. Inesperadamente para mí, terminé siendo una de las finalistas. Luego, debido a un error durante la votación, los organizadores decidieron sortear un iPhone entre esas 10 personas. Adivina quién fue la afortunada. ¡Por supuesto, fui yo! Todavía estoy sosteniendo la caja en mis manos y no puedo creer en mi propia suerte. © El Pabellón n.º 6 / Vk
- A mediados de la década del 2000, conocí en los espacios de Internet a un joven de otra ciudad. Con el tiempo, comenzó a llamarme y conversamos durante horas sin siquiera pensar en establecer una relación romántica. Después de un par de meses, mi amigo virtual pidió mi dirección diciendo que quería enviarme un recuerdo de su provincia. Bueno, se la di creyendo que me iba a enviar un imán para la nevera. En un par de semanas, recibí un paquete postal de talla XL; estaba lleno de los dulces más caros y, en el interior de un huevo de chocolate, encontré un reloj de oro con la correa hecha del mismo metal. Con mano temblorosa, marqué el número del chico y le pregunté gritando: “¡¿Qué es esto?! No somos novios, solo buenos amigos. ¿Por qué enviaste todo esto?”. La respuesta me sorprendió con su inocencia: “Eres una buena persona y quería darte una sorpresa”. Todavía uso el reloj y mentalmente le deseo felicidad a este joven maravilloso. ¡Sí, la vida es bella e increíble! © BellaGorskaya / Pikabu
- En los años 90, era una colegiala de una familia humilde. Mis botas estaban gastadas; cuando llegó la primavera, hasta se me mojaban los pies. Una noche, estaba en la parada del autobús pensando: “Me gustaría poder encontrar dinero para comprarme unas botas nuevas”. En ese momento, en la oscuridad, sentí que algo crujía bajo mis pies. Me agaché y encontré un billete. Miré a mi alrededor, nadie estaba buscando el dinero ni tenía una billetera en sus manos. Puse el billete en mi bolsillo y el fin de semana compré mis botas. © Megansha / Pikabu
- Perdí el tren. Debía estar en la ciudad de destino la mañana del día siguiente. Ya no quedaban boletos disponibles. Fui corriendo a la estación de autobuses, pero tampoco quedaban boletos, solo a las 4 de la mañana. Ya estaba a punto de estallar en llanto por la desesperación y la ira hacia mí misma. Pero luego, el conductor encontró una solución. Me llevó al autobús y ya estamos en camino; tengo a mis pies un encantador scotch terrier, mientras que estoy sentada al lado de su dueño. El hombre había comprado un boleto para su perro, pero entendió mi situación. Muchas gracias desde el fondo de mi corazón. © Oídoporahí / Vk
- En el octavo grado, tuvimos una nueva maestra. Ella descubrió que yo provenía de una familia pobre. Entonces, un día, hablando a solas conmigo, me preguntó si necesitaba ayuda. Mi mamá solía decirme que no debía esperar el apoyo de nadie, así que le mentí y dije que todo estaba en orden. En Navidad, cuando mi hermano y yo estábamos en la calle, una camioneta llegó a nuestra casa y mi maestra, que era miembro de una organización benéfica, nos dio 5000 monedas suecas y comida navideña. Mi madre estaba tan impresionada por estos regalos que se echó a llorar. © Gr1ning / Reddit
- Hace 10 años, encontré más de 1800 USD en un libro de recetas. Resultó que, unos años antes, a mi esposo le habían pagado una deuda de un préstamo que él había hecho cuando estaba casado con otra mujer. Metió el dinero en el libro y se olvidó de él. Luego, vivimos un mes gastando este dinero en Montenegro e hicimos el primer pago de la hipoteca. © radish18 / Pikabu
- Encontré dinero en una parada de autobuses en 2003. No había gente alrededor, así que me lo quedé con la conciencia tranquila. Compré un reproductor de casetes, dos casetes de Linkin Park y una lata de Pepsi. Era poco dinero, pero recibí un placer increíble. © Andrey Sheleg / Yandex
- Hace muchos años, mi novio y yo estábamos haciendo fila en una tienda de segunda mano. Me gustaban mucho unas copas que se encontraban tras el mostrador. Discutimos un poco sobre si podíamos pagarlas, pero nos faltaba dinero. Después, ¡la señora que estaba en la fila delante de nosotros las compró! Me sentí muy decepcionada, pero luego se volvió hacia nosotros y me entregó las copas. Una mujer maravillosa totalmente desconocida y a la que nunca volví a ver. © owl_take_it / Reddit
- Una vez, recibimos en nuestra casa a unas invitadas, una mujer mayor con su nieta de Siberia. Un día, mantuvimos una conversación sobre piñones. Dijimos que nunca los habíamos probado, a lo que ellas respondieron: “¡Les enviaremos unos por correo!”. Unos 2 meses después, llegó un paquete lleno de piñones. ¡Era impresionante! El sabor era inolvidable; han pasado 35 años y todavía lo recuerdo. ¡Gracias a ellas! © Mardg / Pikabu
- Iba a mi trabajo por la mañana cuando vi a una persona sin hogar que estaba buscando algo en el contenedor de basura, sacó una bolsa y de allí unas latas de estofado de res. ¡Deberías haber visto cómo cambiaba su rostro con cada lata que sacaba! ¡Estaba tan emocionado! De hecho, para él, era comida para unos cuantos días. Casi me echo a llorar. Llegué y se lo conté a mis colegas. Dije: “¡Deseo que todos experimentemos esa felicidad con un hallazgo!”. La gente no me entendió. © Karusel320 / Pikabu
- Fue en los años 2007-2008. Nos faltaba dinero para llegar a fin de mes, todos los días me preguntaba: “¿En qué gastamos nuestro dinero?”. Pero luego me llamó la secretaria diciendo: “¿No necesitas tu sueldo? ¡Todavía tienes pendiente el del mes pasado!”. Yo: “¿Cómo puede ser?”. Ella: “Se me olvidó entregártelo, y no me lo recordaste”. ¡Fue una gran sorpresa! Además, después de un par de días, cobré el sueldo del mes corriente. © PaulPalych / Pikabu
¿Cuál fue el regalo más ocurrente que te ha dado el destino?
Imagen de portada BellaGorskaya / Pikabu
Compartir este artículo