20+ Propietarios de departamentos en alquiler que están más chiflados que el Sombrerero Loco
La relación “inquilino-propietario” es muy particular. A veces los dueños pueden volverse un poco locos cuando se trata de sus propiedades, ya sea porque estén obsesionados con la limpieza, la seguridad o simplemente sean un poco paranoicos. Estos inquilinos, sin dudas, se encontraron con algunos personajes interesantes a lo largo del camino. Necesitaron un poco de paciencia y un buen sentido del humor, ¡y en algunos casos ni eso fue suficiente para sobrevivir!
- Salí del baño, recién bañado, solo tenía una pequeña toalla con la que me estaba secando el pelo. Entré a la habitación y vi allí a la anciana dueña del departamento y a su amiga discutiendo sobre flores. La dueña se limitó a decir: “¿Cómo es posible entrar así desnudo a un lugar donde hay gente sin primero avisar?”. A partir de entonces, los siguientes 2 años que viví allí, me llamaba varias veces antes de visitarme.
- Tenía un propietario que solía cobrar el alquiler justo a tiempo, pero se olvidaba de pagar la hipoteca. Y lo hizo durante tanto tiempo que un día la casa se puso a la venta. Me di cuenta de esto el día que vi un letrero que decía “Se vende” en el patio. © phatmexican13 / Reddit
- Alquilé un departamento. Un par de días después, regresé a casa del trabajo y vi que mi televisor estaba encendido. Pensé que había olvidado apagar la televisión. Al día siguiente, volví y de nuevo el televisor estaba prendido, y en el mismo canal. Decidí regresar temprano del trabajo. Abrí la puerta y me encontré con el dueño del departamento que salía a recibirme y de inmediato me dijo: “Lo que pasa es que mi televisor está averiado, decidí venir a mirar en el tuyo, de todos modos, no estás en casa durante el día”. Por supuesto, me sorprendió su descaro y me mudé.
“Mensajes con el dueño del departamento”.
A veces los propietarios también sufren. Haciendo clic aquí puedes enterarte de lo que pasa en la otra vereda, con personas que vivieron historias de terror rentando sus propiedades.
- El día que tenía que pagar el alquiler, la dueña vino a cobrar con un paquete de accesorios de baño. En el paquete había un champú sin sulfatos agresivos que pudieran dañar el revestimiento, y otra cosas para que nos bañáramos nosotros y para la limpieza de la bañera. Explicó que la bañera debe ser lavada después de cada uso y secada con un paño especial. Y que bañarse todos los días es un mal hábito. Así comenzó la era de la mentira. Nosotros nos bañábamos todos los días, pero mientras uno lo hacía, el otro estaba sentado al lado de la ventana mirando si venía la dueña. Una vez, me desperté a las 5 de la mañana y me di cuenta de que había alguien en el departamento. Y así era, la dueña estaba lavando la bañera. Resultó que hoy es una especie de feriado y debería haber una limpieza general, pero como nosotros trabajamos, no tendríamos tiempo de hacerlo. Aguantamos todo esto durante unos seis meses.
- No nos devolvieron el depósito por unas tazas rotas sin asas que tiré: dijeron que era por los daños a la propiedad. Pero la dueña, una anciana, salía de la ducha desnuda para que el cuerpo pudiera respirar y entraba a peinarse a la habitación donde vivíamos mi amiga y yo porque teníamos un buen espejo.
- Una señora solitaria me alquiló una habitación en su casa. Resultó ser muy curiosa. Además de preguntar por mi vida, también revisaba mis cosas. Noté que los objetos de mi bolso grande estaban removidos, pero no le dije nada, no quería armar escándalo. Antes de irme por una semana a mi casa, puse una nota dentro de mi bolso: “Por favor no se meta en mis cosas”. Cuando regresé, estaba claro que el bolso había sido abierto. La dueña estaba enojada, pero no pudo decirme nada, ya que hubiera tenido que admitir que había estado revisando mis cosas. Aprendió sin escándalo.
- Fui a ver un departamento. La dueña era una viejita amorosa. Vivía sola y le alquilaba a una chica. La chica estaba por mudarse en esos días y ahora la señora estaba buscando a una nueva inquilina. Nos pusimos de acuerdo. Desempaqué mis cosas y vi a una chica, luego a otra chica, luego a otra. Pregunto: “¿Cuántas de ustedes viven aquí?”. Resultó ser que en el departamento vivía la dueña y con ella en la habitación había 3 chicas, en la segunda habitación 4 chicas y en la cocina 2, más un gato. Esa misma noche me fui.
- Los primeros 3 días, todo estuvo bien. El cuarto día, apenas me enjaboné, tocan la puerta:
—Miguel, ¿te falta mucho? Necesito pasar al baño.
—Pero acabo de entrar.
—Es que me preocupa que uses mucha agua y tendré que pagar demasiado ¿Qué haré?
Vuelvo a casa del trabajo y veo que en el baño no está el cabezal de la regadera. Simplemente no está. Solo sobresalen dos caños con tapones. Y la dueña me dice:
—No sé qué estuviste haciendo de noche, ¡pero se rompió el cabezal! ¡Llamé a un fontanero y se lo llevó a reparar! ¡Lo arreglará en una semana! Ahora solo hay agua en la cocina.
Me enojé, empaqué mis cosas y me fui a un hostal. - Vivíamos con nuestra familia en un departamento alquilado que estaba destruido. Los grifos goteaban, los pisos crujían, por las ventanas entraba el viento. Por la noche, una capa entera de papel tapiz se cayó de la pared y literalmente nos cayó encima, nos asustamos mucho. A la mañana siguiente, decidimos pegar nuevo papel tapiz por nuestra cuenta para que fuera un poco más agradable vivir allí. La dueña del departamento, cuando vino por el dinero del alquiler, dijo con una dulce sonrisa que ahora el departamento se veía más fresco y, por supuesto, ya no podía costar tan “poco” dinero, por lo que nos subió el alquiler.
- Recuerdo que estaba en la ducha y escuché como se abrió la puerta principal. Salí rápido del baño toda enjabonada, por lo menos llegué a envolverme en una toalla. Veo en la entrada a la dueña del departamento que estaba parada con una mirada tranquila. Resulta que ella pasaba cerca y decidió usar mi baño, no aguantaba hasta llegar a su casa. Los fines de semana, cuando salía a pasear con los niños, ellos estaban ansiosos por ir a usar el baño del departamento alquilado. Una vez, recibí una llamada de alguna oficina de abogados. Me dijeron con severidad que ese departamento ya debía haber sido entregado al banco.
- Mi novio y yo nos mudamos a un departamento alquilado. El fin de semana decidimos quedarnos en casa. Nos sentamos a ver una película, comiendo pizza. De repente, aparece un hámster que salió detrás del refrigerador. Venía corriendo hacia nosotros, agarraba las migajas y salía corriendo. Nos quedamos sentados durante unos 2 minutos con la boca abierta, hasta que nos dimos cuenta de que los antiguos inquilinos lo habían olvidado. Así que ahora tenemos a Benjamín y el nuevo departamento se volvió más acogedor.
- Alquilamos un departamento: excelente renovación, muebles decentes, precio razonable y el propietario amable. Después de 3 meses, la esposa del dueño del departamento vino a vernos. Según su esposo, aquí vivían 3 chicos estudiantes. La señora, al vernos a nosotras, jóvenes y atractivas estudiantes, le dijo a su marido que eligiera una opción: la tranquilidad de la familia y su sano sistema nervioso o las inquilinas. Entonces tuvimos que juntar nuestras cosas, llamar a un camión de mudanza y mudarnos nuevamente.
Propietario típico: “¿Tendrás invitados? ¡De ninguna manera!”.
Propietario de mi departamento: “¿Tendrás invitados? ¿Habrá chicos entre ellos? ¿Se quedarán a pasar la noche? ¡Que se queden, así me ayudan a mover el refrigerador!”. © nn_astel / Twitter
- La casa estaba limpia, con lindo baño, lindos muebles. La anciana nos advirtió que teníamos que ahorrar agua y electricidad, ya que su pensión no era mucha. Llegamos a la noche y la anciana desde la puerta: “Muchachos, ¿por qué se fueron a la mañana y dejaron la luz encendida?” Bueno, pensamos, tal vez con prisa no apagamos la luz, nos disculpamos. Al día siguiente, la historia se repite. Al tercer día, la anciana armó un escándalo. Resultó que se refería al led de la computadora portátil, el que indica que está enchufada.
- En el primer departamento que alquilamos, la propietaria vino a cobrar el alquiler al día siguiente después de ya haber cobrado el alquiler. Primero hizo un escándalo, luego aparentemente, recordó y se disculpó. Como excusa dijo: “Bueno, cosas que pasan, yo no cuento el dinero en mi billetera”.
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- Una vez alquilé parte de la casa de una anciana durante medio año. La casa tenía 207 años, y ella, no menos.
La anciana trabajó toda su vida como profesora de inglés en una escuela. Se compró un iPhone y comenzó a enviarme mensajes de texto en un inglés fantástico. Como ejemplo: “Honey, durante la revisión externa se encontró que dejaste las ventanas abiertas y el pronóstico promete una tormenta eléctrica en una hora. ¿Sir, tendrás alguna objeción si el landlord entra en tu propiedad y cierra las ventanas?”. Eh, nunca podré hablar así en mi vida. - Estaba alquilándole una habitación a una extravagante dama. Volví de trabajar y vi una especie de hierba que colgaba sobre la puerta y un manojo de hierba puesta en la manija. Intenté girar la llave y no funcionaba. Escuché un crujido, la propietaria abrió la puerta y había un extraño humo o vapor detrás de ella. Entré en el departamento y allí estaba un anciano peludo corriendo, con los ojos desorbitados, agitando mi escoba y susurrando algo incomprensible. En respuesta a mi mirada de sorpresa me explicaron:
—Es un chamán conocido mío. Le pagué por 1 ritual: está limpiando el departamento y el segundo ritual lo hará sin cargo y de paso te conseguirá una pareja.
Nunca antes había empacado mis cosas tan rápido.
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Al propietario le gustaba ir al departamento alrededor de las 9 de la noche y decía que había ido a sacar la basura. Hizo llaves de repuesto para su padre y la señora de la limpieza, quienes también se presentaban sin previo aviso. Usaban el garaje que estaba justo debajo de mi habitación como taller. Ahí trabajaban desde la mañana hasta la noche. La gota que derramó el vaso fue lo que hicieron el sábado: a las 8 de la mañana, él trajo a su mujer y a su hijo pequeño a la habitación de mi compañero de departamento en su ausencia. © Frisbeeman / Reddit