A un lado, Indiana Jones: Hombre encontró un portal a histórica ciudad subterránea bajo su casa
¡Bueno, esta sí que es otra manera de hallar un tesoro debajo del colchón! Podríamos decir que eso de limpiar el sótano empieza a cobrar más importancia luego de conocer al hombre de nuestra historia. Nunca se sabe qué se pueda encontrar al quitar la basura y el polvo.
Suelen decir que la realidad supera la ficción. Pues hay historias que reafirman dicha frase y que son capaces de llevarnos a mundos fantásticos al mejor estilo de Narnia o Alicia en el País de las maravillas. Aunque claro, en esta historia no hay niñas persiguiendo conejo, pero estuvo muy cerca.
Un hombre, que permanece en el anonimato, en Turquía, se llevó la sorpresa de su vida cuando encontró una entrada a una antigua ciudad bajo tierra en el sótano de su casa. Se trata de Derinkuyu, la ciudad subterránea más grande y profunda que se ha excavado en el mundo.
Todo comenzó en 1963, cuando el hombre estaba haciendo unas reformas en su casa. Al derribar una pared de su sótano, se dio cuenta de que había una grieta por donde se escapaban sus gallinas. Al seguir el rastro de las aves, se topó con un oscuro pasadizo que lo condujo a una maravilla arqueológica.
El pasadizo era en realidad una escalera que bajaba hasta 85 metros bajo la superficie de la tierra. Allí había todo un laberinto de habitaciones, túneles, bodegas, establos, escuelas, capillas y hasta un pozo de ventilación. El hombre había descubierto la entrada a Derinkuyu, una ciudad subterránea que podía albergar hasta 20 mil personas con sus animales y alimentos.
La ciudad de Derinkuyu fue construida hace miles de años por diferentes civilizaciones que la usaron como refugio de los invasores. Los frigios, los persas, los cristianos bizantinos y los griegos capadocios dejaron su huella en este lugar, que está conectado con otras ciudades subterráneas de la región de Capadocia.
El hombre avisó a las autoridades sobre su hallazgo y, desde entonces, la ciudad ha sido explorada por miles de turistas y científicos que quedan fascinados por su historia y su arquitectura. Derinkuyu es una prueba de la ingeniosidad y la resistencia de los antiguos habitantes de Capadocia.