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Hombre rompe barreras de género y celebra su cumpleaños con vestido y baile de quinceañera

Si bien la celebración de los quince años se asocia comúnmente con las mujeres, en la actualidad, también hay hombres que se suman a este tipo de festejos. Un ejemplo de ello es el influencer Alfredo, quien decidió celebrar sus 30 años con una fiesta temática de quinceañera.

La celebración de los quince años es un evento muy especial, especialmente para las adolescentes que han esperado ansiosamente este momento durante años para lucir un vestido exuberante como el de una princesa, complementado con unas elegantes zapatillas, y ser presentadas formalmente ante la sociedad, siguiendo la tradición.

No obstante, con el transcurso del tiempo, esta costumbre ha ido evolucionando, y con el uso de las redes sociales, cada vez son menos las jóvenes que optan por este tipo de celebración. En su lugar, prefieren cambiarla por un viaje a una ciudad o país que desean visitar, un terreno o simplemente una fiesta más sencilla.

Alfredo, un usuario de TikTok identificado por su cuenta @untalfredo, quiso celebrar a lo grande. Y así lo demostró a través de varios videos que publicó en redes sociales bajo el título “Hice mis quince a mis treinta”, en los que exhibe el vestido y todos los detalles de la fiesta, tanto del salón como del itinerario de la celebración.

Con un vestido rosa y escoltado por chambelanes, el hombre bailó el vals con su pareja al ritmo de la popular canción de la telenovela “Quinceañera”, interpretada por Thalía. En otra parte del video, se puede observar a los chambelanes realizando la icónica “cargada” mientras bailaban el tradicional vals de XV Años.

En otras grabaciones, el influencer exhibió su gran pastel rosa que combinaba perfectamente con su vestido, así como la iluminación tipo antro en su fiesta. Además, contó con la presencia de una imitadora de la cantante Jenni Rivera, así como una cápsula de fotos estilo revista para que los invitados pudieran posar.

Sobre su fiesta y lo mucho que esta significó, Alfredo escribió en una de sus publicaciones: “Esto es por mi yo de 15 que nunca se atrevió a ser él mismo, que tuvo miedo y que se hizo chiquito por encajar. Hoy a mis 30 años soy un hombre feliz, completo, pleno, seguro de sí mismo, auténtico y quien se ama por quien es. Felices #XVXVFREDO para mí”.

Los numerosos videos que el chico publicó en los que se le ve bailando y divirtiéndose con sus amigos en la fiesta se viralizaron rápidamente en otras plataformas. A pesar de haberse llevado a cabo en septiembre de 2022, la celebración sigue siendo compartida por los usuarios en la actualidad.

Cuando los hombres se atreven a desafiar los estereotipos de género tradicionales, como la idea de que los hombres no pueden mostrar emociones o interesarse por actividades consideradas “femeninas”, están abriendo la puerta a una mayor comprensión y aceptación de la diversidad humana. También pueden servir de modelos a seguir para otras personas que se sienten limitadas por los estereotipos de género.

Además, romper estos estereotipos puede contribuir a promover una cultura más inclusiva y respetuosa. Es importante reconocer que todas las personas, independientemente de su género, deben tener la libertad de ser quienes son y hacer lo que les gusta sin ser juzgados o limitados por expectativas sociales obsoletas y limitantes.

Aplaudimos que los chicos hagan las cosas que les gustan sin pensar en el qué dirán, como el protagonista de esta historia y de los que a continuación te presentaremos.

Bono: Otros chicos que se toparon con la anticuada afirmación: “Esto no es de hombres”, pero de igual forma lo hicieron

  • Mi hija tenía 3 años, el pediatra nos envió al ginecólogo infantil. Entramos, saludamos y nos sentamos. La señora, de unos 50 años, me mira de una manera extraña:
    —Tendré que examinar a su hija y hacerle un frotis.
    —Bueno —respondo perplejo—, está bien.
    —¿Dónde está la mamá?
    —En el trabajo.
    —Que venga con la mamá.
    —¿Por qué?
    —No puedo hacer la revisión, usted es hombre. Me siento incómoda. Saque otro turno y deje que la mamá traiga a la niña.
    —La mamá no tiene la posibilidad de hacerlo. Solo yo tengo tiempo libre.
    —¿Abuelas?
    —No tiene abuelas.
    —Entonces, eso es todo, que venga con una vecina —dijo categóricamente la doctora—, no puedo hacerlo.
    —¡¿Lo dice en serio?!
    —Sí.
    —¿Vecina? Sí, he sido su padre y su madre desde que ella nació.
    —¡Señor! ¡Es la última palabra!
  • Soy un chico que estudia en una universidad pedagógica para ser profesor de lengua. El 90 % de mis conocidos consideran que esta profesión para un chico es un poco “de nena”, y algunas personas, cuando se enteran de que soy un futuro maestro, reaccionan de esta manera: “¿Me estás tomando el pelo? ¿Profesor? Te comportas como una mujer; podrías ser constructor o maquinista”.
  • Hoy viajé en el metro. Había un asiento libre a mi lado. En una de las estaciones subió al vagón un hombre con dos niños: una niña de unos 4 años y un niño muy pequeño en un portabebés. En su mano llevaba un bolso grande y, aparentemente, pesado. El hombre sentó a la niña y se quedó al lado de ella. Me levanté y le ofrecí mi asiento, simplemente porque para mí sería mucho más fácil estar de pie que para él, con un bebé pequeño en el pecho y un bolso grande en las manos. Agradeció de corazón y se sentó. Y ahí empezó algo extraño. La mujer que estaba sentada a nuestro lado empezó a gritar indignada, diciendo: “¿Dónde se ha visto que una señorita le ceda su asiento a un hombre? ¿Cómo es posible?”. Quería que el hombre se levantara de inmediato y me devolviera el asiento. Y alguien más a su lado le daba la razón.
  • Un día, mi antiguo jefe estaba en la tienda al comienzo del turno. Estaba hablando con alguien sobre fútbol. Después de un rato, se volvió hacia mí y me preguntó cuál era mi equipo favorito. Dije que ninguno. Entonces preguntó si me gustaba el béisbol. Dije que tampoco me interesaba el béisbol. Realmente no me gustan los deportes. “¿Nada en absoluto?”, me preguntó. No. Él se quedó confundido. Es como si le hubiera dicho que mis pantalones estaban hechos de queso. Me preguntó qué veía entonces. Dije que hacía mucho que había dejado la televisión por cable y que leo y me entretengo con juegos más que mirar la televisión. Pero sí veo televisión por internet. Me preguntó qué canales de deportes veo en línea. © Zediac / Reddit
  • Mi hijo menor (1 año) se enfermó. Con mi esposa decidimos que yo lo llevaría al hospital, ya que también tenemos un niño mayor (2 años y medio) y no tenemos a nadie con quien dejarlo, pero yo necesitaría un justificativo de la enfermedad para presentar en el trabajo. Lo ingresaron en el área de infectología. Yo era el único hombre adulto de 30 años. Lo más interesante es que, cuando le dieron el alta, al principio no querían darme el justificativo, argumentando que la madre era la que debería haber estado con el niño. A mi pregunta razonable: “¿Qué se debe hacer entonces si se enferma un hijo y no hay nadie con quien dejar al otro?”. Me dijeron algo como: “Tómate unas vacaciones por tu cuenta”.
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