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La trágica historia de Elena Gouliakova: del patinaje profesional a deambular las calles de México

La fama y el éxito no están garantizados ni siquiera para los más talentosos, como es el caso de una tragedia cuya protagonista es Elena Gouliakova, una expatinadora rusa que, pese a su asombrosa trayectoria, con el paso de los años, terminó viviendo en las calles de México.

Elena Gouliakova y su esposo Nikolay Suetov llegaron a México en algún momento entre los años 2001 y 2003 con el propósito de impulsar el patinaje artístico a nivel nacional y colaborar con diversas instituciones deportivas.

Durante su estancia en México, ambos patinadores trabajaron en el Deportivo San Agustín de Monterrey, Nuevo León, y también ejercieron como docentes en otras escuelas de patinaje del país.

Además, esta talentosa pareja de patinadores participó activamente en la Asociación de Deportes Invernales del Estado y en la Federación Mexicana de Patinaje Sobre Hielo y Deportes de Invierno. Su dedicación y experiencia en el mundo del patinaje contribuyeron al desarrollo y la promoción de este deporte en México.

Con el transcurso de los años, la patinadora comenzó a enfrentar dificultades tanto económicas como de salud mental. La ansiedad y otros trastornos psicológicos afectaron tanto su carrera deportiva como su vida personal.

En el 2005, su conducta se vio afectada por su ya perjudicada salud mental, lo que lamentablemente resultó en el abandono por parte de su esposo Nikolay Suetov. En ese mismo año, enfrentó una acusación por vandalismo en la Colonia Valle del Mirador, lo que la llevó a ser internada en el área psiquiátrica del Penal del Topo Chico, en Monterrey. Permaneció en dicha institución hasta el 2016, cuando se determinó dejarla en libertad.

Elena Gouliakova ha sido vista viviendo en las calles de Tepatitlán de Jalisco, enfrentando la indigencia y aparentando no comprender o comunicarse adecuadamente con quienes intentan ayudarla. Sus problemas de salud mental parecen seguir afectándola, y se ha visto que comparte su vida con algunos animales, como un perro, un gato, un gallo y un conejo.

La vida es impredecible y puede darnos sorpresas desagradables a todos. Sin embargo, hay quienes, incluso en la situación más trágica, han contado con la suerte de toparse con la persona correcta. Mira este caso para abrir tu corazón y entender de lo que hablamos.

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