Ahora lo vi todo
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Madre de 13 hijos volvió a dar a luz a los 65 años, pero se le fue la mano con la cantidad de bebés

Hay quienes nacieron con el destino marcado y una estrella en su sino, anunciando, desde un principio, que la felicidad la encontrarían en sus hijos. Lo que quizá nunca se imaginaron es cuántos serían necesarios para sentirse realizados y menos todavía hasta que edad seguirían criando a sus pequeños.

Ser padre o madre entrado en años es una experiencia única y maravillosa. Se tiene más madurez, sabiduría y estabilidad que en la juventud., por lo que se puede disfrutar más de cada momento con el hijo o la hija, se le da más atención y cariño. Se valora la vida y la familia como un regalo.

Pero también tiene sus desafíos y dificultades. Se necesita más energía, paciencia y adaptación para cuidar de un niño o una niña en pleno desarrollo. Se enfrenta el riesgo de problemas de salud, tanto propios como del hijo o la hija. Se sacrifica tiempo, dinero y planes personales. Se vive con la incertidumbre del futuro.

Era el año 2015 y Annegret Raunigk era una mujer que amaba la vida y la familia. A sus 65 años, tenía 13 hijos y siete nietos que le llenaban de alegría. Era profesora de inglés en Berlín y estaba a punto de jubilarse. Pero su sueño no estaba completo. Su hija menor, de nueve años, le pidió un hermanito con insistencia. Annegret no quería defraudarla. Decidió intentar tener otro hijo, aunque sabía que no sería fácil.

Se sometió a varios procedimientos de inseminación artificial. No perdió la esperanza de concebir, a pesar de su edad avanzada. Un día, recibió una noticia que le cambió la vida. Estaba embarazada. Pero no de uno, sino de cuatro bebés. Cuatrillizos. Fue un shock, pero también una bendición. No se planteó renunciar a ninguno de ellos. Estuvo dispuesta a afrontar el desafío con valentía y optimismo.

Durante el embarazo, recibió el apoyo de su familia y a las 26 semanas, los cuatrillizos nacieron prematuramente en un hospital de Berlín. Eran tres niños y una niña. Se llamaban Dries, Bence, Fjonn y Neeta. Eran pequeños y frágiles, pero tenían ganas de vivir. Los médicos les dieron buenas posibilidades de sobrevivir. La mujer, cuya hija mayor, tenía cuarenta y cuatro años en ese momento, no se dio por vencida y dijo en una entrevista: “En realidad no tengo miedo. Simplemente, asumo que me mantendré saludable y en forma. En temas de organización tengo bastante experiencia, eso no es nuevo para mí”

Raunigk ya había estado en los titulares hace 10 años, cuando dio a luz a su decimotercera hija, Lelia, a los 55 años. “Al principio, solo quería un hijo”, dijo a los periodistas. “No todos estaban planeados. Pero luego pasan cosas. No soy una planificadora, sino más bien espontánea. Y los niños me mantienen joven”. La mujer fue víctima de críticas al ser acusada de actuar irresponsablemente porque tendrá más de 70 años cuando los cuatrillizos entren en la escuela. Sin embargo, desde entonces ha desestimado las críticas. “Nunca se sabe lo que puede pasar. También te pueden pasar cosas cuando tienes 20 años”, dijo, y añadió que “depende de cada uno decidir cuándo se convierte en padre”.

Sin duda, hay quienes se toman la maternidad muy en serio, a tal punto de dedicar su vida en su totalidad a la crianza y el desarrollo de sus retoños.

Imagen de portada CNN News / Youtube, RTL
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