Ahora lo vi todo
Ahora lo vi todo

Mi mamá me avergonzó y arruinó mi junta gracias a un sándwich

¿Te imaginas estar en una importante junta de trabajo, cuando de repente escuchas a tu madre y su pareja peleando por un sándwich mohoso en el fondo? ¡No hay nada como una buena videollamada para ponerte en aprietos! Muchas personas han tenido incidentes embarazosos durante sus llamadas virtuales, por olvidar silenciar el micrófono. Pero no te preocupes, siempre hay situaciones inesperadas que pueden convertirse en anécdotas divertidas que contar.

Hacer el “ridículo” en el trabajo, es más frecuente de lo que podríamos pensar.

El día transcurría tranquilamente, sin eventualidades. Mientras me preparaba para la videollamada, aproveché para revisar los temas que se iban a tratar durante la reunión. Verifiqué que mis dispositivos de audio y video estuvieran funcionando correctamente para evitar inconvenientes durante la llamada. Fui por un café, ya había almorzado satisfactoriamente, y me dirigí al lugar donde suelo acomodarme cuando tengo que trabajar desde casa.

Para darles un poco de contexto, me encontraba en el otoño de 2015, y vivía con mi madre. Ella acababa de empezar a salir con el que sería su último ex. Era todo un personaje y, aunque tenía bastantes “señales de alerta”, tiendo a darle a la gente el beneficio de la duda porque la vida no siempre es fácil o simple. Sin embargo, mantuve la guardia alta debido a experiencias pasadas, aunque no hablé con mi madre sobre estas preocupaciones, ni le señalé las cosas que me incomodaban y alertaban respecto a su pareja.

Hay personas que no tienen un gramo de vergüenza para probar la paciencia de otros, no se tocan el corazón y hacen que los demás pasen momentos muy incómodos.

Así que volviendo al tema, me uní a una llamada grupal por la tarde. Se encontraban en ella un aproximado de 7 personas. Tenemos como regla general para estas juntas, que cuando comienza una discusión o drama en el lugar donde se encuentre alguno de los que estemos conectados, debemos silenciar el micrófono como cortesía común para no molestar al resto de los compañeros. Esto nos ayuda a mantener la atención y la productividad durante la reunión y además evita las distracciones innecesarias.

A veces los hijos tienen que lidiar con padres demasiado infantiles.

Sin embargo, dejé encendido el micrófono ese día porque me parecía completamente absurdo lo que estaba escuchando. Aunque sentía mucha curiosidad por correr a ver lo que sucedía, esperé hasta que la pareja de mi mamá saliera del departamento, para ir a preguntarle a ella qué había pasado exactamente, y también porque quería asegurarme de que todo estaba bien. Finalmente, quería cerciorarme de que no estaba perdiendo la cabeza con lo que había oído.

Mi madre me relató lo que le sucedió. Se encontraba descansando junto a su pareja en la cama. En un momento dado, su compañero decidió sacar un sándwich de una bolsa, y comenzó a hacer gestos extraños con la boca mientras lo sostenía. Al percatarse de esto, mi madre se asomó a ver qué sucedía, y para su sorpresa notó que el pan del sándwich estaba completamente mohoso.

Ante esta desagradable situación, mi madre le dijo a su pareja que tirara inmediatamente esa porquería. Sin embargo, lo que sucedió a continuación fue totalmente inesperado: el hombre se enojó de manera exagerada, gritando y haciendo alboroto por su sándwich. La discusión escaló rápidamente y ambos comenzaron a insultarse mutuamente.

Después de la intensa discusión, las cosas comenzaron a calmarse un poco, y mi madre decidió intentar comprender la extraña reacción de su pareja. Ella le preguntó por qué se había molestado tanto por el comentario que ella hizo sobre el sándwich, y para su sorpresa, él respondió que se había enojado porque ella había insultado a su comida.

Mi madre se quedó perpleja por un momento, tratando de entender por qué alguien podría sentirse tan ofendido por un simple comentario, y más aún cuando se trataba de un alimento que no había sido preparado por él mismo. Al parecer, se trataba de un sándwich que le habían regalado, y solo tenía mermelada de relleno, lo que hacía aún más difícil de entender su reacción.

Hay historias chistosas que parecen nunca pasar de moda.

Después de esta extraña experiencia, decidí regresar a la computadora, solo para darme cuenta de que todos los que estaban conectados reían a carcajadas por la situación. Es una de las cosas más vergonzosas que he experimentado en mi vida. A pesar de todo, esta historia se convirtió en una anécdota graciosa que aún hoy en día sigue siendo recordada y contada en la empresa.

***

Las videollamadas son el nuevo pan de cada día. Nos ayudan a trabajar, socializar, y seguir conectados con amigos y familiares. Pero, aunque parezca fácil y cómodo, si tienes a tus hijos, mascotas o familiares en el fondo, puede que acabes sin concentración ni productividad. De hecho, existen parientes que parecen no conocer las reglas básicas de decencia. No suena tan mal la idea de vivir solo, ¿cierto?

Imagen de portada Rusty_Broken_Cage / Reddit
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