Mujer se deshace de su rostro para parecerse a una Barbie y esto es lo que le costó
Sumergiéndose en la búsqueda obsesiva de la perfección estética, una mujer ha gastado una suma extraordinaria de más de 128 000 dólares para someterse a un asombroso cambio de imagen, convirtiéndose en una figura irreconocible de una muñeca Barbie en la vida real. ¡Descubre la historia de esta transformación extrema que desafía los límites de la apariencia humana!
Una mujer ha compartido que ha invertido poco más de 128 000 dólares en cirugías estéticas con el objetivo de transformarse en una muñeca Barbie humana, resultando en un aspecto totalmente diferente.
Alicia Almira, una sueca de 31 años que reside en el Reino Unido, ha estado buscando esta transformación desde los 21 años. Después de abandonar su trabajo en relaciones públicas y mudarse a Londres, esta confesa “Barbie” ha pasado por múltiples intervenciones y procedimientos para modificar su apariencia. Estas incluyen operaciones de aumento de pecho, rinoplastia, rellenos en la frente, alrededor de los ojos, mejillas, mandíbula y labios, así como aplicaciones de bótox e hilos PDO.
Además, se ha tatuado en el pecho y torso, ha dejado crecer sus uñas hasta triplicar su longitud y mantiene un bronceado constante, así como extensiones de pestañas. Al compartir su apariencia extrema, expresó: “He dejado atrás lo que solía ser para convertirme en una muñeca de plástico Barbie”.
“Lucho constantemente contra la estigmatización y hace falta mucho valor para defender tus creencias, sueños y estilo de vida cuando se considera ‘controvertido’. Me parece interesante que se juzguen mis creencias como controvertidas, cuando en realidad están muy lejos de serlo: son tradicionales, si acaso. Algunos piensan que estoy loca, pero no me arrepiento de haberme operado. De hecho, me gustaría que mis pechos fueran aún más grandes en el futuro. Quiero parecer lo más plástica posible e inspirar a otras chicas para que hagan lo mismo. Creo que nunca dejaré de operarme. Es una parte muy importante de mí. Las tías buenas no envejecemos, cada vez somos más plásticas”.
En una nueva entrevista con Truly, Alicia ha reafirmado su creencia de que la gente debería “rechazar el feminismo y abrazar la feminidad”, declarándose “antifeminista”.
“No estoy de acuerdo en que [hombres y mujeres] debamos ser completamente iguales. Creo que el papel de una mujer es complacer a su hombre y ser la mejor ’esposa trofeo’ posible. Me encanta cocinar para él, limpiar la casa y hacer que arregle el coche y corte el césped”.
También dijo: “En nuestra sociedad actual, quien grita más fuerte gana la discusión... pero si te callas lo suficiente te darás cuenta de que no estoy sola con mis creencias. La mayoría de la gente simplemente no quiere enfrentarse a la reacción violenta que supondría compartir sus creencias, y no les culpo por ello. Sé que mis creencias y mi estilo de vida pueden no gustar a todo el mundo, pero me atengo a todo lo que he dicho. Creo de todo corazón en los roles de género tradicionales y creo en abrazar mis cualidades femeninas”.
Alicia dice que quería parecer una “barbie” desde que tenía nueve años, inspirada por los personajes de la serie danesa King’s Girls. Pero como procedía de una familia tradicional, mantuvo su aspecto convencional hasta que fue a la universidad en Copenhague a los 18 años.
A partir de ese momento, comenzó a modificar su cuerpo mediante tatuajes, pero sentía un deseo de tomar medidas más extremas. Cuando cumplió 25 años, logró ahorrar alrededor de poco más de 3800 dólares para someterse a una cirugía de aumento de senos, pasando de una copa D a una J, a pesar de medir 1,65 metros de altura y usar una talla 8. En total, Alicia estima que ha gastado poco más de 128 000 dólares en procedimientos plásticos y estéticos.
En contraste con su propia experiencia educativa, esta mujer de 31 años declara que apoyaría a sus hijos si desearan someterse a cirugías. Y agrega: “Si mi hija realmente desea tener senos grandes y todo lo demás, entonces la acompañaría al cirujano”.
De momento, Alicia ha tenido mucha suerte y está feliz con su cambio. Lo mismo no se puede decir del caso de una mujer que tuvo que pasar por una terrible pesadilla después de inyectarse los labios “gratis”, recordándonos que no todo lo que brilla es oro.