12 Aspectos en los que Turquía se diferencia del resto del mundo
¡Bienvenidos a Turquía! Todos conocemos su increíble comida y sus playas paradisíacas, pero en este artículo te presentamos algunos hallazgos fascinantes que quizás desconocías sobre su cultura. Desde su té de manzana hasta su tradición de arrojar sal en las bodas, Turquía se diferencia del resto del mundo de maneras sorprendentes. Tanto, que deja a los turistas con la boca abierta en más de un sentido. ¿Te pica la curiosidad? ¡Pues sigue leyendo!
1. Los baños turcos o hammam son todo un deleite para turistas y locales
Los famosos baños turcos no solamente son populares gracias al relajante efecto del vapor. También representan una parte muy importante de la cultura de Turquía como punto de reunión y lugar destinado a la limpieza profunda, tanto corporal como del alma. Estos baños públicos son muy comunes y se pueden encontrar a lo largo de todo el país. Otra cosa que los convierte en uno de los lugares favoritos de los turistas es su impresionante belleza arquitectónica.
2. El té es la bebida nacional de los turcos
Es cierto que hay una tradición enorme alrededor del café en Turquía; sin embargo, la bebida más popular para los turcos es el té. No hay una hora especial para disfrutar una deliciosa taza de té. Comienzan a tomarlo desde el desayuno y continúan hasta la hora de irse a la cama. Ofrecer una taza de té a los invitados es el mayor signo de hospitalidad y siempre podemos encontrar la tetera puesta en cualquier hogar turco.
3. Puedes cruzar de un continente a otro en tres minutos
Estambul es la única ciudad del mundo que se encuentra dividida entre dos continentes: Europa y Asia. Para cruzar de un continente a otro, se puede hacer en barco a través del estrecho del Bósforo, o simplemente pasar en coche por el puente de los Mártires del 15 de julio en solamente 3 minutos. En ambas partes de la ciudad se puede disfrutar de la riqueza histórica y la fascinante mezcla de culturas.
4. Los gatos callejeros son respetados y bienvenidos en cualquier lugar
En realidad, Estambul es conocida como “la ciudad de los gatos”. No es nada extraño encontrar a los gatos durmiendo una plácida siesta en las cafeterías, restaurantes o tiendas sin ser molestados. En Turquía, los gatos son muy respetados y bienvenidos en todos los establecimientos. Las personas se encargan de dejarles comida, agua limpia y ofrecerles refugios seguros.
5. Los baños públicos más comunes se utilizan en cuclillas
Probablemente, los baños públicos sean una de las cosas más inusuales para los extranjeros. Si te estás preguntando dónde está el inodoro, no lo encontrarás. Todo lo que hay es un hoyo en el suelo y dos espacios para poner los pies. En Turquía, es de lo más común encontrar los llamados baños en cuclillas y, a pesar de que para algunas personas pueden resultar incómodos, otros los encuentran más higiénicos.
6. Hay muchas más barberías que salones de belleza para mujeres
Algo peculiar de Turquía es que los establecimientos de peluquería son separados para hombres y mujeres. Las barberías se dedican al cuidado de la barba de los hombres turcos, un rasgo físico muy importante para su apariencia. Por otro lado, hay salones de belleza que exclusivamente atienden a mujeres, pero lo que llama más la atención es que es mucho más sencillo encontrar barberías en cada esquina que estéticas para mujeres.
7. Se toman muy en serio la hospitalidad y la atención a sus invitados
Los turcos se caracterizan por ser personas extremadamente hospitalarias. Al recibir a un invitado a su casa, se tomarán todas las molestias para preparar mucha comida y le insistirán hasta el cansancio si no acepta comer. Según las costumbres, el invitado deber ser tratado como un enviado de Dios. A veces esto puede resultar un poco incómodo para los extranjeros, pero lo cierto es que un recibimiento tan especial es algo a lo que uno se acostumbra fácilmente.
8. No celebran la Navidad, pero decoran para el Año Nuevo y adoran a Santa Claus
En Turquía no se celebra la Navidad ni se menciona como festividad. Las fechas 24 y 25 de diciembre son días laborales como cualquier otro. Sin embargo, es completamente normal encontrar las ciudades decorados con todo tipo de símbolos navideños y figuras de Santa Claus para el 1 de enero. Incluso decoran sus hogares con los tradicionales árboles, pero en lugar de navideños, los llaman “árboles de año nuevo”.
Para los turcos, Santa Claus también es una figura importante, ya que el hombre que inspiró la leyenda se llamaba Nicolás y fue un obispo en la ciudad turca de Mira. Los locales lo llaman “Padre Navidad” y es considerado un héroe nacional por sus acciones de generosidad y bondad.
9. El postre típico lleva pechuga de pollo
El paladar de los turcos está acostumbrado a sabores exóticos y mezclas de ingredientes que a veces son difíciles de imaginar juntos. Este es precisamente el caso de un postre muy sencillo y de lo más común para ellos: pudín de pechuga de pollo. Se trata de una receta cremosa que mezcla leche, vainilla, azúcar y finas tiras de pechuga de pollo. Al final, se espolvorea con canela y se sirve frecuentemente con el té o el café.
10. Sonreír a los extraños no está bien visto en Turquía
Los turcos sin duda alguna son una de las poblaciones más hospitalarias del mundo. Sin embargo, a la hora de tratar con desconocidos, pueden llegar a ser bastante reservados. Sonreír a los extraños resulta algo bastante incómodo para los locales e incluso no está muy bien visto. Por otro lado, con las personas conocidas, los turcos son bastante cálidos y harán hasta lo imposible para hacerlas sentir bienvenidas.
11. El yogur no puede faltar en la mesa en todas sus presentaciones
El yogur es esencial para la cocina turca y se sirve prácticamente en todas las comidas. Se utiliza como ingrediente base para una sopa fría con pepino y hierbas, para salsas, aderezos e incluso para preparar el ayran: una bebida muy popular y refrescante rebajada con agua y mezclada con sal. También se le pueden añadir frutas y azúcar para convertirlo en un postre. Para los turcos no hay límites cuando se trata de incluir el yogur en sus platos, ya sean dulces, salados o para tomar.
12. Los zapatos se dejan en la entrada
En los hogares turcos está más que prohibido entrar con los zapatos. Pero a diferencia de otros países europeos en los cuales los zapatos también se retiran y se dejan en un mueble destinado específicamente para eso, los turcos dejan sus zapatos en la entrada de las casas. Para entrar al baño o salir al balcón, es probable que el anfitrión ofrezca a sus invitados distintos tipos de chanclas o pantuflas que después se dejan en el mismo lugar.