Ahora lo vi todo
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14 Pasajeros que supieron cómo transformar su viaje en historias inolvidables

Cuando emprendemos un viaje, sea por ocasiones especiales o por un transporte diario, jamás nos imaginamos que algo extraño pudiera a suceder. Sin embargo, en la vida no todo pasa como esperamos, y nos cruzamos con personas que terminan convirtiendo nuestra jornada corriente en una disparatada, que podremos contar a través de los años.

En Ahora lo vi todo recopilamos aquellas historias que, para bien o para mal, se volvieron un suceso que estos pasajeros no olvidarán.

  • Hace unos años, unos amigos vinieron a visitarnos y mi esposa les hizo un recorrido por la ciudad. Cuando salían del vagón del metro, una de nuestras invitadas se dio cuenta de que había dejado su bolso en el asiento. Corrió a recogerlo, pero las puertas ya se habían cerrado y el tren partió de la estación. Este bolso fue visto por una anciana y un joven que estaban sentados en el vagón. El joven le propuso a la mujer que compartieran lo que encontraran, pero ella lo regañó y se llevó el bolso. Al principio, esperó en la estación con la esperanza de que la dueña del bolso regresara, y luego trató de dejárselo al personal del metro. Después de que se negaran a aceptarlo, la mujer se fue a casa y por la dirección que figuraba en el documento, averiguó el número de teléfono de nuestra amiga. Su esposo contestó el teléfono, llamó a su mujer y a la mañana siguiente, le devolvieron el bolso a su dueña. © Ernie Murphy / Quora
  • Esta mañana fui a rendir un examen. Apenas estaba preparada. En la parada del autobús, una anciana me pidió que la ayudara a subir su bolso al autobús. Bajamos juntas y la ayudé a bajar el bolso y también la ayudé a cargarlo cruzando la calle. Ella me dijo que definitivamente me iría bien en el examen. Me reí. Me fue bien. © Oídoporahí / Ideer
  • Viajaba en el metro. Enfrente tenía a dos hermanas de 9-10 años con un hombre (el padre, creo). El padre estaba mirando su teléfono, las chicas hablaban entre ellas con gestos. El hombre también les hizo un par de gestos. Y entonces una le dio la espalda a su padre y comenzó a “decirle” cuidadosamente algo a su hermana, tapándose la boca con la mano para que su padre no la “escuchara”. El padre la miró y se rio. Comprendió lo que su hija estaba “diciendo”. Sonrió, le dio un beso y asintió con la cabeza. Las chicas estaban contentas y empezaron a discutir algo más activamente. Una familia tan agradable, se veían tan alegres y felices. © Sibirskix / Pikabu
  • Estaba a punto de quejarme de que la señora sentada a mi lado en el tren había sacado sándwiches, perfumando todo el vagón. Pero de repente me ofreció uno. Así que éramos dos: esas personas desagradables pero bien alimentadas... © uchilka_nastya / Twitter
  • En 1982, llevé a 70 niños de Belfast, Irlanda del Norte, a Nueva York, en Estados Unidos, para pasar algún tiempo en hogares familiares. Cuando el piloto anunció que habíamos aterrizado en el aeropuerto Logan, de Boston, fue un momento horrible, ya que pensé que había abordado el avión equivocado, pero la ruta se había cambiado debido a las tormentas en Nueva York. © JohnMcCullough6 / Twitter
  • Una vez, una dama maravillosa con un sombrero de ala ancha y un vestido de flores entró flotando en el metro en la hora punta. Miró a su alrededor y preguntó con voz posada: “¿Quién cederá el asiento a una mujer hermosa?”. Y ¿sabes qué? Se lo cedieron. © Puma_Supai / Adme
  • Lo he visto hoy en el metro y no he podido evitar publicarlo. ¿Desde cuándo utilizará este tipo de dispositivos? © aminotrade / Pikabu
  • Autobús abarrotado: hora punta. Estaba atrás de todo y, a mi lado, la multitud había apretado a una chica contra la esquina. Pelirroja como el fuego. Me puse entre ella y la gente para que no la empujaran. Llegamos a la terminal, todos se bajaron, y luego ella se quitó el guante y pasó suavemente su mano por la mía en el pasamanos y la apretó ligeramente. Han pasado muchos años, pero aún recuerdo ese sentimiento de tierna gratitud. P. D.: No, no la invité a salir. No, no me arrepiento. © sh5273 / Pikabu
  • Pedimos un taxi. Era de noche. Con mi marido salimos y nos acercamos al coche. Conductor del taxi: “Pueden poner su bolso en el maletero”. Mi esposo y yo comenzamos a reír salvajemente. Era una bolsa portátil para bebés con nuestro amado Mateo durmiendo tranquilamente. “Gracias, pero la bolsa irá con nosotros en la cabina”. © Alena Belaya / Facebook
  • Una vez abordé el barco equivocado. Para ser justos, dos barcos idénticos estaban en el mismo lado del muelle, uno al lado del otro. No fue hasta que llegué a la parte superior de la rampa de abordaje que me di cuenta de que estaba en el barco equivocado. Tuve que bajar corriendo hasta el muelle y abordar el correcto. © nullpassword / Reddit
  • Un tipo se subió al avión equivocado por mi culpa. Metí la pata en Fráncfort, Alemania, y retrasé la salida del vuelo. El tipo iba camino a Oslo, pero en la confusión terminó tomando un avión a Shanghái, China. © Tatiana22021979 / Twitter
  • Estaba viajando al trabajo esta mañana. Mi esposa llamó y le pedí que le diera un beso mi hijo. Estaba parado junto a una madre con una niña traviesa de unos 3 años. Madre: “¡Alicia! ¡Para! ¡Le diré a este hombre grande y te llevará lejos!”. Fruncí el ceño, preparándome para interpretar a un personaje malvado. La niña, después de pensarlo, dijo: “¡Mamá! No lo entiendo. ¡Papá también me besa! ¡Y me quiere! ¡Y este hombre también besa a su hijo por teléfono! Así que no es malo”. Todo el autobús se quedó en silencio. Yo empecé a sonrojarme un poco, la madre de la chica no encontraba otro argumento. Entonces saqué un chocolate que había guardado para el desayuno y se lo entregué a la chica. Niña: “¡Mamá, te lo dije! Este hombre no es malo”. © Tregahen / Pikabu
  • Una vez me subí al tren y vi solo dos asientos vacíos. Uno al lado de una atractiva joven y el otro al lado de un hombre mayor. Como hombre casado, decidí que no impondría mi compañía a la chica y me acerqué al hombre, que había acomodado sus cosas en los dos asientos. Se dio cuenta de que quería sentarme a su lado y me insultó. No entré en una discusión, me volví hacia la señorita y le pregunté si le importaba que me sentara a su lado. Ella sonrió y dijo que no tenía nada en contra. Al final tuvimos una linda charla durante el camino. © Grant Buchan / Quora
  • Vivo en una zona rural donde el transporte público se detiene bajo petición. Un día, un autobús se detuvo en una granja. Estábamos esperando a que alguien subiera o bajara. Pero resultó que esa parada solo la necesitaba el conductor del autobús, que había decidido comprar verduras. Por cierto, después algunos de los pasajeros también bajaron y compraron productos en la tienda de la granja. © David Forgan / Quora

¿Con qué personajes inolvidables te has topado en tus viajes?

Imagen de portada Alena Belaya / Facebook
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