Cómo lucen los hijos de Thalía y Tommy, fruto de un amor en el que pocos creían
Thalía y Tommy Mottola son una de las parejas más estables del mundo del espectáculo. Dos décadas después de su boda, ellos siguen felices y enamorados el uno del otro. No solo eso. También, mantienen unida a su familia conformada por sus pequeños: Sabrina y Matthew Alejandro, quienes actualmente ya son todos unos adolescentes. Pero ¡mejor velo por cuenta propia! Y entérate cómo es que el productor musical y la actriz / cantante nadaron contra corriente y lograron que su amor triunfara. Su final parece de telenovela.
Sabrina, la primera hija de la pareja
La pareja llevaba tiempo deseando un bebé, el cual se estaba haciendo esperar. Supieron de la buena nueva tras acudir al médico después de que la cantante sintiera náuseas al oler algo tan familiar como su perfume favorito. Casi siete años después de su boda, llegó a sus vidas la pequeña Sabrina.
Según sus padres, decidieron bautizarla con ese nombre porque significa: princesa. Su segundo es un poco más peculiar, ya que es Sakaë, significa prosperidad en japonés.
El 7 de octubre de 2002, Sabrina cumplió 15 años. Si bien sus padres han optado por no mostrar muchas fotografías de sus hijos en redes sociales para cuidar su privacidad, el año pasado Thalía publicó varios retratos y una felicitación en la que dijo que su pequeña era la persona más maravillosa que ha conocido en su vida. Y añadió: “¡Eres una guerrera! Con un alma fuerte, poderosa, un corazón generoso y lleno de amor para compartir. Eres una maestra de vida, con la fuerza de reinventarte y de salir adelante ante cualquier obstáculo. ¡Eres maravillosa!”.
Por el momento, la primogénita de la cantante no está interesada en entrar al mundo del entretenimiento. A ella le interesa más la pintura, los cómics, la animación y el arte digital.
Matthew Alejandro, el otro gran amor de la pareja
El segundo hijo de Thalía y Tommy Mottola es Mathew, quien cumplió 11 años el pasado 25 de junio. Él, al igual que su hermana mayor, no tiene ningún interés en cantar o actuar. No por el momento. De hecho, se sabe que lo que le llama la atención es la tecnología y le gustaría ser gamer profesional.
A través de su cuenta de Instagram, Thalía felicitó a su hijo y aprovechó para mostrar cuánto ha crecido el pequeño: “Hijito mío, mi Matthew Alejandrito. ¡Hoy cumples 11 añotes! Es un privilegio ser tu madre. Eres un ser hermoso, alegre, sensible, divertido, amable y amoroso. Hoy celebramos tu vida con las cosas más simples que te hacen feliz, como tu pastel de chocolate hecho en casa, los abrazos empalagosos de mamá y papá, los caramelos que tu hermanita sabe cuánto te gustan y las notas de cariño de tus amigos y personas cercanas”.
Así empezó la historia de Thalía y Tommy Mottola
Ambos crecieron en culturas diferentes, pero con una pasión común: la música. La gran artista mexicana apuntaba desde muy pequeña al estrellato. Con tan solo un añito, ya estaba frente a las cámaras rodando spots publicitarios y conquistando corazones. Su talento era indiscutible, y sumado a su belleza y su carisma, todo parecía indicar que tenía el éxito casi asegurado.
Tommy, por su parte, fue un muchacho alocado del Bronx y de raíces italianas que soñaba con convertirse en músico. Al terminar sus estudios, decidió hacer su sueño realidad y ser parte de una banda. Pero resultó que su talento real no era como intérprete, sino descubriendo las habilidades musicales en los demás. Así inició su carrera como representante y productor, llegando a tener en su lista de clientes a artistas de la talla de Michael Jackson y Bob Dylan.
Sus carreras artísticas iban muy bien encaminadas desde antes de conocerse
Ninguno había pasado sus días de forma ociosa, por lo que el éxito ya estaba tocando a sus puertas. Mientras la cantante triunfaba tanto a nivel musical como televisivo, protagonizando telenovelas como Marimar o María, la del barrio, que causaron furor en ese momento, el cazatalentos ya estaba a la cabeza de una de las productoras musicales más poderosas del mundo, codeándose a diario con grandes estrellas de la música.
Sin embargo, no todo era de color rosa en sus vidas. Tras varias decepciones amorosas e intentos fallidos de encontrar a sus almas gemelas (incluidos dos divorcios previos a sus espaldas, en el caso de Tommy), ambos seguían teniendo “el amor” como asignatura pendiente.
Fueron los Estefan quienes hicieron que se conocieran, guiados por su intuición de que “la cosa” entre ellos podría funcionar
Emilio y Gloria Estefan, amigos tanto de Thalía como de Tommy, creyeron que la cantante y el productor estaban hechos el uno para el otro. Conocían a ambos muy bien y tenían la corazonada de que, por sus gustos y aficiones, encajarían a la perfección. Por aquel entonces, Thalía y Tommy no estaban interesados en entablar una nueva relación. La carrera de la mexicana estaba en pleno auge y sus compromisos la mantenían muy ocupada, mientras que Tommy aún no acababa de recuperarse del fracaso de su matrimonio anterior.
Aun así, y tras la insistencia de sus amigos, accedieron a ir a una cita a ciegas, la cual cambiaría sus vidas para siempre. El flechazo fue inmediato, y la química innegable. Tiempo después, la cantante confesó: “Todas las mujeres de mi familia siempre se han sentido atraídas por hombres mayores. Mi papá era veinte años mayor que mi mamá. Todas mis hermanas están casadas con hombres mucho mayores que ellas. Cuando vi a Tommy, me encantó por su look, por su mirada, su forma de platicar. Me gustó su seguridad. Fue como encontrar el complemento perfecto”.
“Estoy viviendo un cuento de hadas. La felicidad sí existe. Soy plenamente feliz y me caso enamoradísima. Él adora a mi familia y me trata como una reina. ¿Qué más puedo pedirle a la vida?”
Durante una entrevista, Thalía contó cómo fue que Tommy le pidió matrimonio diciendo: “Estando en Miami, en un muelle desde donde se veía el atardecer, yo le comenté que la tarde me parecía tan mágica que nunca la iba a olvidar. ’¿Estás segura de que nunca la vas a olvidar?’, me preguntó. ’Nunca’, le contesté. Entonces salió corriendo y volvió con una cajita. Mi corazón comenzó a palpitar muy rápido, pensé que podía ser un anillo de compromiso. Él, para confundirme, me tocó la oreja y me dijo ’Se te van a ver muy bonitos’. Entonces abrí la caja y vi que no eran aretes, sino un anillo. La cerré inmediatamente y me puse a gritar de felicidad. Tommy se arrodilló y me pidió que me casara con él. Sentí que me desmayaba. Nos abrazamos, nos besamos y lloramos juntos”.
La boda se celebró el 2 de diciembre de 2000, en Nueva York. Quien fue “el cupido” de la pareja, Emilio Estefan, fue el padrino. Entre los invitados había grandes personalidades del mundo del espectáculo, como Robert De Niro, Julio Iglesias, Michael Jackson y Jennifer López. Thalía lucía espectacular. Su hermoso vestido era del diseñador mexicano Mitzy, tenía 17 metros de cola y pesaba alrededor de 70 kilos. Los medios calcularon que el costo aproximado del evento fue de unos 3 000 000 USD.
Si por separado ya eran exitosos, juntos elevaron su éxito a la máxima potencia
El poderío artístico de la cantante mexicana, unido al poder empresarial del productor, han hecho de esta dupla un dúo imparable. Y no solo eso, ya que incluso en sus proyectos personales ambos cuentan siempre con el apoyo y ayuda del otro para poder llevarlos a cabo. No hace falta más que darse una vuelta por sus redes sociales para notar fácilmente lo orgullosos que están el uno del otro. Constantemente felicitan sus éxitos y logros, se dan las gracias y comparten incansablemente con el mundo su profundo amor.
Como cereza del pastel, ambos consiguieron en los últimos años hacerse con sus propias estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood, como premio a sus carreras profesionales.
Desde aquí les deseamos que sigan cosechando éxitos, si es que aún les quedan algunos por conseguir, años de amor y que siempre sean tan felices como hasta ahora.
¿Cuál es tu pareja favorita de famosos latinos? ¿Qué es lo que más admiras de ellos?