Ahora lo vi todo
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Cómo una colombiana robó el corazón de Anthony Hopkins a sus 64 años

Con el récord Guinness por ser el actor de mayor edad (83 años) en ganar un premio Oscar, Anthony Hopkins nos demuestra que sin importar los años, se puede seguir triunfando, incluso en el amor, y su historia con Stella Arroyave nos demuestra que nunca se es demasiado grande para enamorarse.

Dos matrimonios fallidos

El primer matrimonio de Anthony Hopkins fue en 1966, con la actriz inglesa Petronella Barker. Aunque fue un corto matrimonio de 7 años, tuvieron una hija en 1969, la cantante y compositora Abigail Hopkins.

Su segundo matrimonio fue con Jennifer Lynton, una asistente de producción; con ella, Hopkins duró 29 años de matrimonio, hasta 2002. La relación se fue desgastando con el tiempo. En los últimos años, la pareja vivía separada. Por esas fechas Hopkins comentó: “Yo vivo una vida aparte y no soy muy bueno en ninguna relación con nadie. No puedo estar encerrado con alguien por mucho tiempo”.

Otra oportunidad a los 64 años

Pero todo cambió cuando conoció a Stella Arroyave en 2001. Había pasado un año desde su segundo divorcio, y con 64 años el actor estaba pasando por una ligera depresión.

Un día se encontraba en una tienda de antigüedades en Los Ángeles, donde Arroyave trabajaba, y desde la primera vez que se vieron quedaron encantados uno del otro. Hopkins recuerda que ella no caminó a saludarlo sino que parecía como que estaba bailando. En ese momento se enamoraron.

Arroyave es una actriz y productora que nació en Popayán, una pequeña población colombiana. Ella abandonó su país para irse a vivir a Estados Unidos con el sueño de convertirse en actriz. Comenzó en Nueva York, y después se mudó a Los Ángeles, donde abrió un negocio de antigüedades y una galería de arte en Malibú.

La relación con Stella, 18 años más joven que él, le cambió la vida. Anthony recuerda: “Me conoció cuando estaba cerrado a cualquier relación. Sentía que era bastante feliz. Pero estaba lidiando con una ligera depresión. No confiaba en nadie. Ciertamente, no confiaba en las mujeres”.

En 2003 se casaron en la mansión del actor en Malibú en una boda muy íntima a la que acudieron 25 personas, entre ellos Steven Spielberg, Winona Ryder, Nicole Kidman, Catherine Zeta-Jones y Mickey Rooney. Al tener Anthony el grado de Sir, otorgado por la realeza británica en 1993, su esposa pasó a ser Lady Stella Hopkins.

El amor le salvó la vida

El actor ha señalado que fue gracias a Stella que logró calmar sus propios demonios y su adicción al alcohol. Él señalaba: “Estoy casado con una mujer que tiene un optimismo a prueba de todo. Desde que abre sus ojos es feliz. Me dice todo el tiempo que deje de preocuparme y que viva el momento. Ella me enseñó a disfrutar de la vida. Yo estuve al borde del precipicio por culpa del alcohol, pero di un paso atrás y ahora sé que cada día que vivo es un regalo”.

Anthony le da crédito a la naturaleza tranquila de Stella por ayudarlo a lidiar con las dificultades de la fama y ahora no le importa lo que la gente piense de él. Hopkins señala: “Mi filosofía es: no es de mi incumbencia lo que la gente diga y piense de mí. Soy lo que soy y hago lo que hago. No espero nada y lo acepto todo. Y hace que la vida sea mucho más fácil”.

Se enamoró de Colombia

JEWEL SAMAD / AFP / East News

Pero esos no han sido los únicos cambios que logró Stella en la vida del actor, ya que gracias a sus raíces colombianas ella lo ha vuelto fanático de los sabores, colores y ritmos colombianos, como lo mencionó en una entrevista.

“A Tony (Anthony) le encantan las arepas. Se come una para el desayuno casi todos los días, y también escuchamos mucha música colombiana juntos. Por mi naturaleza latina me despierto todos los días sonriendo y con ganas de bailar, muy lejos del temperamento galés, que es mucho más apagado. Juntos hemos encontrado un buen equilibrio”.

Hopkins describe a Stella como: “Una mujer maravillosa a la que le gusta gastar dinero”. Pero esto no es un defecto, al contrario, es parte de las cualidades que enamoraron al actor, la forma en que ella disfruta de la vida pero al mismo tiempo la cuida.

“’Ella es muy buena para mí, porque me detiene. Ella me cuida de esa manera y lo necesito, porque mi naturaleza es hacer las cosas muy rápido porque me he convencido de que todavía tengo 45 años. Camino demasiado rápido y siempre me caigo y ella me recuerda que no lo haga”.

Ahora baila de felicidad

A sus 84 años, la energía y la alegría que tiene el actor Anthony Hopkins se desborda y se contagia. En sus redes sociales ha publicado varios vídeos en los que se le ve vestido con ropa veraniega y sombrero de palma, bailando a ritmo de cumbia y merengue haciendo movimientos de hombros y caderas, dando una palmada y diciendo “soy colombiano”.

Sin duda, toda esta energía y alegría provienen del amor que hay en su vida, y nos demuestra que nunca es tarde para encontrar el amor verdadero.

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