Una ballena jorobada de 23 toneladas se convirtió en heroína al salvar a una bióloga marina de un tiburón
Nan Hauser, una bióloga marina de 69 años, contó emocionada hasta las lágrimas cómo fue uno de los momentos más cruciales de su vida, cuando una enorme ballena jorobada la salvó del ataque de un tiburón.
Al principio podemos observar en el video a Hauser cuidándose de que la ballena no la lastimara con sus enormes aletas pectorales; sin embargo, aunque no lo sabía, el gigante la estaba protegiendo de un cazador que se acercaba sigilosamente. “De repente me di cuenta de que el tiburón venía hacia mí justo por debajo”, continuó.
La científica declaró que, al ver acercarse al tiburón, tanto ella como la ballena supieron que se trataba de una situación grave, y tenía que salir del agua. El depredador era un tiburón tigre de 4,5 metros, famoso por sus ataques a humanos. La ballena salvadora, no obstante, ayudó a Hauser a subir a la superficie con la parte delantera de su cabeza, y así ella logró llegar a bordo y estar a salvo.
La científica continuó: “Miré y ella estaba justo a mi lado protegiéndome... entonces me eché a llorar”. La ballena dio por concluida su labor y se alejó mientras un chorro de agua salía desde su espiráculo.
Se sabe que este tipo de conducta protectora es común en estos gigantes cuando consideran que sus crías están en peligro; pero al parecer también cuidan de los individuos de otras especies si lo necesitan. Sin embargo, se desconoce por qué las ballenas jorobadas arriesgan la propia vida por quienes no integran su familia; tal vez se deba a cierto instinto altruista o quizás solo se trate de “enseñarles” a los depredadores que con ellas nadie se mete, ya que casi no existe animal en el océano capaz de amenazarlas.
La relación entre el ser humano y las ballenas ha sido muy especial desde tiempos inmemoriales. Las hemos tratado como dioses, las hemos cazado y también aprendimos a cuidarlas como si fueran una joya de la naturaleza. Y vaya si lo son.