Test: ¿Puedes ver el elemento que no tiene sentido en estas imágenes?
¿Sabías que detectar pequeños detalles y descubrir inconsistencias sutiles es un talento increíblemente genial que muy pocas personas tienen? Pero no te preocupes, como cualquier otra habilidad cognitiva, ¡se puede y se debe desarrollar! Para eso, existen ejercicios que te permiten “entrenar” la atención hasta alcanzar un nivel de Sherlock Holmes, como por ejemplo, acertijos en los que tienes que encontrar errores o imprecisiones en imágenes. ¡Hoy te animamos a que te sumes a esta aventura y pruebes uno de estos desafíos! Además, ¡es apto para niños y adultos! ¡Diviértete aprendiendo!
1. Un alumno al que se le hizo tarde
2. Este grupo esquiando
3. Un tren que llega a la estación
El cociente intelectual (CI), también conocido erróneamente como coeficiente intelectual, es una medida que estima la inteligencia general, y que se obtiene a partir de la realización de pruebas estandarizadas diseñadas específicamente para este propósito.
Si bien algunos autores consideran que el cerebro humano es demasiado complejo como para poder medir la inteligencia con un solo factor, otros opinan que el CI resulta altamente predictivo en términos de rendimiento académico o laboral. Recientemente, Nassim Taleb, quien considera al CI como un ejemplo de pseudociencia, ha negado su validez estadística. En respuesta a estas críticas, las pruebas de inteligencia han evolucionado para ser más complejas y ofrecer otros estimadores además del CI, los cuales deben ser considerados.
Inicialmente, el CI se obtenía dividiendo la edad mental de una persona (calculada a través de pruebas no estandarizadas) entre su edad cronológica, y multiplicando el resultado por 100. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX, este método fue reemplazado por pruebas estandarizadas que ofrecen una puntuación directa de este estimador.
4. Un paisaje “sin defectos”
¡Desafiar nuestro cerebro es muy útil y beneficioso! Cuantos más retos hagas, mejor entrenado estarás.
5. Algo pasa en esta plaza de la ciudad
¿Quién dijo que los acertijos son aburridos? ¡Hay mucha diversión en algunos!
6. Un bonito campo
Durante muchos años se ha tratado de clasificar a las personas según su inteligencia mediante la observación de su comportamiento cotidiano, incluso antes de la invención de las pruebas de Cociente Intelectual (CI). Estas formas de observación siguen siendo importantes para validar las clasificaciones basadas principalmente en los resultados de las pruebas de inteligencia.
El término Cociente Intelectual fue utilizado por primera vez en 1912 por el psicólogo William Stern de la Universidad de Breslavia para dar nombre a un nuevo método para puntuar los resultados de las primeras pruebas de inteligencia para niños desarrolladas por Alfred Binet y Théodore Simon a principios del siglo XX. En 1905, los psicólogos franceses publicaron la prueba Edad Mental, la cual permitía medir la edad mental de los niños. La medida de la inteligencia se obtenía dividiendo la edad mental entre la edad cronológica y multiplicando el resultado por 100, dando lugar al mencionado Cociente Intelectual.
Posteriormente, el psicólogo estadounidense Lewis Terman de la Universidad de Stanford revisó la prueba de Binet-Simon, modificándola y renombrándola como Escala de Inteligencia Stanford-Binet en 1916. Esta prueba se convirtió en la más popular en los Estados Unidos durante décadas.
7. Nunca fue tan difícil jugar baloncesto
8. ¡Feliz Año Nuevo!
Aunque se sigue utilizando el término CI para describir el resultado de una prueba de inteligencia, las pruebas modernas, como la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos, se basan en la proyección del rango de puntuaciones del sujeto en una campana de Gauss formada por la distribución de los valores posibles en su grupo de edad, con una puntuación media de 100 y una desviación estándar de 15. Generalmente, los valores por encima de 100 se consideran por encima de la media, mientras que los valores por debajo de 100 se consideran por debajo de la media, pero la desviación estándar hace que las puntuaciones entre 85 y 115 se consideren dentro de los márgenes normales. Además, diferentes pruebas pueden tener diferentes desviaciones estándar.
Durante el siglo XX, las puntuaciones medias de muchas poblaciones han aumentado en un promedio de tres puntos por década, conocido como el efecto Flynn. La mayoría de este aumento se ha producido en la mitad inferior de la curva de CI. Existe controversia sobre si este aumento se debe a una mejora real en las habilidades intelectuales de la población o si es debido a problemas metodológicos con las pruebas pasadas o actuales.
9. Un lago que embeleza
Además de la teoría bifactorial de la inteligencia, existen otros modelos que tratan de explicar la complejidad de este constructo psicológico. Uno de ellos es la teoría de la inteligencia fluida y cristalizada, propuesta por Raymond Cattell en la década de 1960. Según esta teoría, la inteligencia se compone de dos aspectos: la inteligencia fluida, que se refiere a la capacidad para resolver problemas y adaptarse a situaciones nuevas, y la inteligencia cristalizada, que se refiere a los conocimientos y habilidades que una persona ha adquirido a lo largo de su vida.
Otro modelo importante es la teoría de la inteligencia emocional, desarrollada por Peter Salovey y John Mayer en la década de 1990. Esta teoría plantea que la inteligencia no se limita a la capacidad cognitiva, sino que también incluye la capacidad para reconocer, comprender y regular las emociones propias y de los demás. La inteligencia emocional se considera una habilidad importante para el éxito en la vida personal y profesional.
En la actualidad, la medición de la inteligencia sigue siendo un tema controvertido en la psicología. Algunos críticos argumentan que los test de inteligencia pueden estar sesgados culturalmente y no reflejar adecuadamente las capacidades cognitivas de las personas de diferentes orígenes y culturas. También se ha planteado la posibilidad de que las pruebas de inteligencia no midan todas las formas de inteligencia, y que existan habilidades cognitivas que no estén representadas en estos test. Por esta razón, algunos investigadores han propuesto modelos de inteligencia más amplios y complejos que incluyen aspectos como la creatividad, la intuición y la sabiduría.