Joven pierde un ojo por usar lentes de contacto y cuenta su historia como advertencia
No ser cuidadoso con los pupilentes puede traer muy malas consecuencias y este chico comparte la razón que lo llevó, después de años de uso, a este terrible suceso para que otras personas no pasen por lo mismo.
Millones de personas en todo el mundo utilizan lentes de contacto, un artefacto que les brinda una visión mejorada sin necesidad de usar lentes. Sin embargo, recientemente, ha surgido la trágica historia de Javier, quien perdió un ojo debido al incorrecto uso de esta alternativa a los anteojos.
Según el relato del internauta, un día se despertó con un intenso dolor en el ojo, sin sospechar la gravedad de la situación. Preocupado, acudió al médico y recibió el devastador diagnóstico de una úlcera corneal. Los síntomas de esta condición incluyen enrojecimiento y dolor ocular, lagrimeo excesivo, sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo y la pérdida de visión o visión borrosa.
Tras un tratamiento constante, los especialistas lamentablemente no lograron salvar el ojo de Javier y se vieron obligados a extirparlo para prevenir complicaciones adicionales. El dolor que experimentó fue tan intenso que le resultó difícil conciliar el sueño, incluso tuvo que mudarse temporalmente con sus suegros para evitar cualquier movimiento que pudiera agravar su situación.
En medio de esta historia, diversos internautas expresaron sus opiniones y preguntas. Algunos intentaron calmar a los futuros usuarios de lentes de contacto, “los que planean usarlos cálmense, no es tan común esto. Yo llevo 16 años usándolos y hasta ahora todo bien”. Otros se mostraron intrigados por el término “mal uso” y se preguntaron cómo se define exactamente. Además, hubo quienes compartieron su deseo de utilizar pupilentes y la preocupación que les causó la historia de Javier.
Hay muchas personas que comparten sus problemas de salud para crear conciencia, así como también hay profesionales de la salud que usan las redes para advertir sobre malas prácticas que pueden ser riesgosas para nosotros, como el médico que explica la repugnante razón por la que nunca deberías de comer en la cama.