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8 Indicios de haber crecido en un ambiente familiar tóxico

En ocasiones, algunos padres logran transmitir todas sus cualidades negativas a los hijos, como la ansiedad, baja autoestima y hasta la supresión de emociones. Conforme van creciendo, los niños comienzan a criticarse a sí mismos, se sienten impotentes y tienen problemas en sus vidas sociales. Enlistamos rasgos que te pueden hacer reflexionar sobre los hábitos emocionales y de comportamiento que aprendiste en tu círculo familiar y que quizá valga la pena reconsiderar.

1. Tienes miedo a la manipulación

Sucede con bastante frecuencia que las familias tóxicas utilizan la manipulación para controlar a otros miembros de la familia. Que este comportamiento se convierta en el pan de cada día no es normal dentro del ambiente familiar, es abuso emocional. En la adultez, esto puede hacerte desconfiar de las personas que te rodean y evitar que tengas relaciones saludables con las personas. Sentirte constantemente manipulado por tu familia también puede resultar en aislarte del mundo exterior.

2. Tienes dificultades para interactuar socialmente y desconfías de los demás

Cuando alguien ha sido criado en una atmósfera tensa, en medio de manipulaciones y otros abusos mentales, esto dejará una huella profunda en la persona. Es posible que algunos padres no hayan podido brindarles a sus hijos el apoyo necesario o tal vez alguien creció familia en una familia en la que siempre debía estar a la defensiva. Con el paso del tiempo, deshacerse este tipo de sensaciones será muy difícil, ya que constantemente el trauma sufrido no permite avanzar. Al final, puede ser que se desarrollen dificultades para poder confiar en las personas y abrirse a ellas.

Los problemas de apego por lo regular son difíciles. Al ver y experimentar de forma constante el abuso físico y emocional, así como el maltrato y la negligencia dentro del ámbito familiar, estas personas se forman su propia imagen de las relaciones. Es posible que no entiendan cómo se ve una conexión afectiva saludable entre las personas. Siempre están esperando de una manera subconsciente que todos reaccionen de forma exagerada, que sean exigentes, los culpen por algo o los decepcionen.

3. Te cuesta aceptar el fracaso

Los niños criados en un ambiente familiar tóxico pueden sentir constantemente que no son lo suficientemente buenos o que no valen nada. Sus padres podrían haberles exigido excesivamente y culparlos si no cumplían esas expectativas. Básicamente, estas personas han desarrollado una baja autoestima y una carencia de confianza. Es por eso que el menor error o falla de parte de ellos puede asustarlos y provocar una rabieta o frustración.

4. Sufres de falta de identidad propia

La “estima” familiar positiva es un elemento fundamental e imprescindible para nuestra salud mental. Es tan importante como el sentimiento de ser amado y pertenecer a una familia. Si la relación entre un niño y sus padres es abusiva, entonces el menor puede comenzar a tener problemas con su mundo interior, su identidad o su personalidad y autoestima. Esto conduce a efectos negativos como la ansiedad e incluso la depresión.

5. Eres muy duro contigo mismo

La baja autoestima creada por padres tóxicos hace que un niño se sienta estúpido, indigno y que no merece nada mejor. En todo lo que estos niños hacen, se critican y dudan de sí mismos. Han aceptado que son peores que otros, lo que les hace sufrir mentalmente, pero no pueden cambiar la situación porque no reciben el apoyo mental necesario.

6. Pones tus emociones de último

El abuso verbal o físico de parte de los padres hace que descuiden las emociones de sus hijos. Además, si los pequeños intentan expresar sus sentimientos, puede provocar más maltrato por parte de la familia. Como resultado, los niños se acostumbran a ocultar su dolor, resentimiento y enojo. Más adelante, en sus vidas adultas, podrían comenzar a priorizar las emociones de los demás por encima de las suyas.

La supresión de las emociones también afecta la auto identificación de una persona. Les resulta difícil entender quiénes son, cómo se sienten y qué quieren en su vida. Por lo tanto, no se desarrollan en las esferas de la vida que son importantes para ellos porque, mentalmente, siempre se ven frenados por la incertidumbre y una falta de cercanía.

7. Te sientes como un niño indefenso

Los padres tóxicos a veces se niegan a reconocer que su hijo se está convirtiendo en un adulto. No importa la edad que tenga su hijo, estos padres podrían siempre querer tratarlos como pequeños infantes. Quieren controlar y mandar a sus hijos, pero si estos se resisten, los padres actuarán ofendidos para hacer que su hijo se sienta culpable.

Si a un niño no se le permite tomar sus propias decisiones, se invade su privacidad y no se siente como una persona independiente; además, esto puede ser perjudicial para su salud mental. Pueden desarrollar ansiedad, tener miedo de comenzar algo nuevo y no ser capaces de encajar en la sociedad.

8. A menudo te sientes ansioso

Los niños que provienen de familias tóxicas a menudo son diagnosticados con trastornos de ansiedad. Esto sucede debido a la inestabilidad familiar, el maltrato físico y mental así como la falta de seguridad. Los niños con ansiedad experimentan dificultades para concentrarse y pueden experimentar frustración, inquietud, preocupación y tensión.

¿Has experimentado alguno de estos signos? ¿Cómo los superaste? Compartamos nuestras historias en la sección de comentarios.

Ten en cuenta: este artículo se actualizó en enero de 2023 para corregir el material de respaldo y las inexactitudes fácticas.
Ilustrado por: Natalia Breeva para Ahora lo vi todo
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