Psicología

Desde hormonas hasta una dieta desbalanceada, hay cientos de razones por las cuales podemos echarnos unos kilos encima. Incluso se dice lo mismo sobre tener una relación de pareja estable. Sin embargo, ¿tu comadre también podría estar relacionada con ello? Por más aterrador que suene, es posible que una fuerte amistad nos traiga, además de bellas experiencias, tallas extra de pantalón.

¿Será que la parte más fácil de tener bebés es el embarazo? Y vaya que no es nada sencillo. Con el nacimiento de los hijos, la vida cambia radicalmente y, el cuerpo, la rutina y la mente sufren transformaciones que difícilmente una imagina tal cual son. Además, la presión social por ser perfecta y criar niños perfectos no contribuye mucho a relajarse y disfrutar de una bella etapa en la historia individual. Reunimos 10 situaciones que son decisiones propias en la maternidad y deben estar fuera de discusión, salvo para quien opta por tomarlas.

Los padres disfrutamos de expresar nuestro amor hacia los hijos de todas las maneras posibles. Una práctica muy común son los besos. En muchos casos, estos se dan en la boca, simplemente como una forma de mostrar afecto. Sin embargo, una psicóloga explicó por qué esta costumbre no es la mejor y es preferible evitarla.

A veces, tener un hijo puede hacernos ver en nuestros pequeñines nada más que perfección. Si bien es cierto que se hace todo lo posible por darle educación y calidad de vida, es fácil pasar por alto algunos detalles importantes, cegados por el amor. Según un estudio, la niñez es el momento óptimo para evitar el desarrollo de ciertos trastornos, como lo es el narcisismo.

Por lo general, cuando tenemos hijos, queremos que tengan la mejor vida posible, en la que no tengan que tomar decisiones difíciles y no sufran ningún daño. Aunque las intenciones son buenas, el sobreproteger a los niños puede tener repercusiones negativas en su desarrollo como adultos, y por esto es importante dejar de lado nuestros deseos, parar inculcarlos con las herramientas adecuadas para que se enfrenten al mundo.

De alguna forma el mundo se ha volcado en notar la apariencia que muestran las personas en las redes sociales, una vida perfecta, llena de prejuicios y gente opinando sobre los demás. Sería imposible complacer a cada uno de los que conocemos, por ello es importante vivir sin pensar en si algo es bochornoso o no.

La sociedad avanza a pasos agigantados, por ello podría no resultar difícil creer que cosas que antes resultaban completamente normales, ahora se tachen de pasadas de moda. La mujer cada vez más busca abrirse paso en el mundo y esto ha ayudado a que el apoyo entre el género se note.

Educar a un niño es una ardua tarea, y cada padre sortea este trabajo a su manera. Puede haber algunas conductas de nuestros hijos que no comprendamos y, al tratar de resolverlas, empeoramos las cosas aún más. Esto puede ser frustrante tanto para los niños como para los padres, pero podemos tratar de entender por qué hacen ciertas cosas antes de actuar desfavorablemente.

La idea general es que un protagonista debe tener una personalidad sobresaliente, que conmueva a la audiencia para que esta se ponga de su lado y celebre su victoria. Y siendo honestos, en la mayoría de los casos, ha salido bien. No obstante, estas simpáticas figuras no se libran de ciertos comportamientos que encontraríamos reprochables si no fuera porque disfrutamos la trama en pantalla.

Tener hijos y criarlos puede llegar a ser una tarea complicada. Cada una de nuestras acciones y palabras influyen en el crecimiento de los niños que más adelante se convertirán en adultos, y es importante que analicemos lo que sale de nuestra boca cuando nos dirigimos a nuestros pequeños rayos de sol.

Muchos conocemos a Mayim Bialik como la actriz que encarnó a la encantadora Dra. Amy Farrah Fowler. Lo que otros ignoran es que aparte de su carrera frente a las cámaras, Bialik tiene también un doctorado en neurociencia y es una feliz madre de 2 niños. Estas últimas dos experiencias le han permitido probar con métodos de crianza fuera de lo común, pero que le han traído resultados maravillosos.

Independencia, confianza, responsabilidad. Todos estos son algunos de los valores con los que los padres desean que sus hijos crezcan, y en su crianza ponen su esfuerzo en asegurarse de enseñarles sobre ello. No obstante, como dicen por allí: “errar es humano”, y en esa búsqueda se comenten equivocaciones que tienen el efecto contrario al deseado, o simplemente terminan empujando a los niños en direcciones distintas por métodos mal utilizados.

Actualmente, los padres están rodeados de una cantidad impresionante de información con respecto al tema de la crianza, pero eso no los inhibe de utilizar algunas expresiones que, a la larga, podrían tener consecuencias no tan positivas en la estabilidad psicológica de los pequeños de la casa.

Las palabras pueden ser muy poderosas y lo que decimos a otros, es posible que tenga un gran impacto. Por esto es por lo que es bueno analizar qué y cómo comunicamos, en especial con nuestros hijos, ya que esto puede influir, no solo en su autoestima, confianza y estabilidad, sino también en la relación que deseemos construir con ellos.

La crianza es un proceso complicado. Nuestros padres no nos tratan de la misma forma que sus padres los trataban, y eso es gracias a que la forma en que pensamos el mundo cambia constantemente, y vemos formas distintas de hacer las cosas. Para que los niños se adapten mejor a estos cambios, es necesario que sean más independientes y logren entender cómo resolver situaciones por cuenta propia, ya que papá o mamá no estarán siempre allí para ayudarlos.

Al comenzar un nuevo trabajo solemos seguir las reglas fundamentales que la mayoría conoce. Sin embargo, en el camino nos podemos olvidar de pequeños detalles que son capaces de cambiar por completo la impresión que tienen los demás sobre nosotros. Esto, porque a veces no sabemos las diversas variables que pueden afectar nuestro éxito dentro de la compañía.

Los progenitores están llenos de una inmensa cantidad de recomendaciones. Probablemente, cuando somos pequeños no le damos el valor, e incluso hasta ignoramos todo lo que nos dicen. Cuando somos adultos entendemos la real valía de aquellos consejos que nos repetían una y otra vez.

Nuestros progenitores suelen ser los primeros pilares en la vida. Aquellas figuras que vemos inmensas, que nos defienden ante cualquier adversidad, pero ¿qué sucede cuando rebasan el límite de la cordura e incomodan a otros padres?

Se podría tener la creencia de que la adolescencia es la etapa más difícil en la vida de cada ser humano. Ya sea o no, lo importante es establecer buenos vínculos de comunicación e intentar resolver los conflictos de modo que no acarreen problemas a futuro.

Muchos de nosotros creemos que decirles la verdad a los niños puede hacerles daño. Por esto, en ocasiones disfrazamos diversas situaciones no tan agradables o de plano las omitimos. La cuestión es que, mentirles por “protección” o por pensar que es lo mejor para ellos, podría resultar más perjudicial que beneficioso.