Ahora lo vi todo
Ahora lo vi todo

15 Personas que experimentaron momentos que no tienen ningún tipo de explicación

La vida puede ser impredecible y a veces nos enfrentamos a situaciones inesperadas que pueden ser desconcertantes o incluso aterradoras. Hay personas que han vivido momentos extraños y casi terroríficos que les han dejado una marca indeleble en su vida. Desde encuentros con seres desconocidos, fenómenos paranormales o experiencias que pueden ser difíciles de explicar. En cualquier momento, algo extraño y desconocido puede aparecer en nuestras vidas.

  • Tenía entre 12 y 13 años y mis padres me enviaron a un campamento de verano. Una noche decidimos ir a una vieja iglesia que estaba cerca del campamento. La iglesia era muy antigua, y donde debían estar las campanas, había una cúpula con ventanas. Estaba abandonada, con un cerco alrededor. Entramos, y en el medio, en el piso, había un enorme agujero cubierto de tablas. Comenzamos a quitar las tablas y escuchamos unos sonidos que provenían del pozo. Todos nos quedamos en silencio, pensando que alguien estaba bromeando. Pero no, los sonidos claramente provenían del pozo. Todos salimos corriendo, trepamos por la cerca y luego nos detuvimos para mirar la iglesia, y arriba vimos a alguien que estaba de pie con una antorcha. Corrimos de regreso al campamento, pero no se lo contamos a nadie.
  • Recuerdo que fuimos de viaje con unos amigos. Nos adentramos en un pueblo de verano abandonado y desierto. Empezamos a examinar todo por curiosidad. Nos encontramos todo tipo de objetos y algunas cosas hermosas. Encontré un gramófono viejo en el segundo piso de uno de los edificios. Estaba roto y cubierto con una gruesa capa de polvo y suciedad de hacía mucho tiempo. No tocamos nada, solo miramos y decidimos volver. Cuando salíamos del lugar, de pronto escuchamos cómo ese gramófono comenzó a sonar despacito en el segundo piso de ese edificio. Me sentí muy rara. Creí que había alucinado o algo. Les pregunté sobre eso a mis amigos, y ellos también lo habían escuchado...
  • Desconfío de los relojes. Dos veces en mi vida un reloj electrónico con una batería en funcionamiento se detuvo por un tiempo y luego comenzó a ir en la dirección opuesta. La primera vez me sentí incómodo, pero pensé que era por la mala calidad del reloj, que era barato. Poco después mi madre fue internada en un hospital y murió después de una operación. El reloj volvió a funcionar correctamente. La segunda vez, mi hermana regresó a casa después de una operación, y allí... el reloj. Murió seis meses después.
  • Ocurrió hace 3 días. Todavía me siento raro. Soñé con una ex de la que me separé hace 10 años, vivíamos juntos, pero no estábamos casados. Ahora ella está casada y tiene hijos... Y yo también. Bueno, en el sueño estábamos caminando, abrazándonos y charlando. Y luego ella, mirándome a los ojos, dijo: “¿Por qué no me propusiste matrimonio? ¡Cásate conmigo!”. Sentí muchísimo miedo de que mi esposa se enterara (no sabía que estaba soñando). Respondí que era tarde, que ya estaba casado. Y entonces me desperté y vi a mi esposa que, sentada frente a la computadora, espetó sarcásticamente lo siguiente: “Una mujer te escribió que sería lindo ir a tomar un café y ponerse al día. ¿Quieres decirme algo?”. ¡Casi me da un ataque al corazón! Mi ex nunca me había escrito nada en 3 años... ¿Qué fue eso, maldita sea?
  • Esto me lo contó una maestra. Una tarde de verano, ella salió al balcón y vio a una mujer caminando por la calle, una mujer desconocida de lo más común. Y en ese mismo instante, una ola de horror se apoderó de ella. Con dificultad llegó al sofá y se sentó. Unos minutos más tarde sonó el timbre. Su marido se levantó para abrir la puerta y ella le dijo: “¡No abras! Es sobre la tragedia que le pasó a Nico” (Nico era su hermano menor, que vivía en otro país). Su esposo la miró con desconfianza y fue hacia la puerta. Resultó que era un telegrama relámpago de la oficina de correos: el hermano de mi maestra se había ahogado en un río. Según dijo ella, en el momento en que vio a esa mujer, de inmediato se dio cuenta de que su hermano, a quien amaba mucho y con quien era cercana, ya no existía.
  • Hace mucho tiempo, cuando yo tenía 19 años, murió una amiga mía. Todo el tiempo me llamaba en un sueño para que fuera a visitarla, y un día finalmente salté detrás de ella al pozo. En el vuelo, la fuerte mano de un hombre me agarró y me sacó de allí. Un mes después, me sacaron un diente y contraje una infección. Al tercer día me sentí muy mal, los dolores eran terribles. Me internaron ​​en un hospital. Una anciana que no caminaba yacía conmigo en la habitación. Una noche salí de la habitación, regresé retorciéndome de dolor, y vi a una mujer sentada en la cabecera de mi cama, toda de negro, con el rostro oculto por una capucha. Pensé que me había equivocado de habitación, pero ella me dijo, señalando la cama: “Acuéstate, ahora te sentirás bien”. No tuve miedo, me fui a la cama y me quedé dormida profundamente (antes de eso no había dormido durante 3 noches por el terrible dolor). Me desperté temprano en la mañana y a mis pies estaba la anciana que no caminaba, que susurraba algo. Se dio la vuelta y se acostó en su lugar. El mismo día me llevaron a otro hospital. Me operaron, me desperté 2 días después y vi la fuerte mano masculina de mi médico salvador. Fue él quien me sacó del más allá. Y la anciana había rezado por mí a la muerte. Ella murió hace mucho tiempo, de hecho, nunca salió de ese hospital, pero todavía sigo rezando por ella.
  • Un niño iba conmigo al kínder, y solo recuerdo de él que era más alto que yo y que su cumpleaños era el mismo día que el mío. Recuerdo cómo los chicos nos felicitaban a los dos, cómo después les repartíamos los dulces. Recuerdo cómo jugábamos todos juntos. Y luego este niño dejó de ir al kínder y pensé que lo habían transferido a otro. Pero no hay ni una sola foto del kínder en la que aparezca este niño. Y lo peor de todo es que NADIE se acuerda de él. ¿Habrá sido una fantasía infantil?
  • Doy clases en una escuela que tiene 50 años de antigüedad. Una vez terminé una lección, salí al pasillo, y todo había cambiado drásticamente: los pisos se habían vuelto de madera (ahora tienen linóleo), las paredes eran blancas (ahora son de color amarillo claro), las ventanas eran de madera (ahora son de plástico). No había ni un alma. Bajé al primer piso y vi un cartel en la pared que decía: “¡Feliz Año Nuevo, 1965!”. Me desperté en el consultorio de un médico: había perdido el conocimiento.
  • Era una noche de sábado normal. Mi esposo decidió ver una película en su teléfono inteligente con los auriculares puestos en una habitación y yo me quedé dormida en otra. Por la mañana, me desperté y vi una llamada perdida de mi esposo a las 2:11 a. m. (él estaba en otra habitación). Y después se puso aún más extraño... Por la mañana mi esposo me mostró 14 fotos en su teléfono junto con un video (filmado en la oscuridad durante un par de segundos y fotos de la ventana tomadas a las 2:16 a. m.). ¡¿Quién había hecho eso?! Mi esposo se había quedado dormido en esa habitación, pero ¿quién tomó las fotos? (Su teléfono se desbloquea con su huella digital). Todavía nos preguntamos qué habrá sucedido.
  • Recuerdo claramente cómo en la infancia fui con mis padres a nuestra casa de campo, recuerdo el camino, lo hermoso que era, recuerdo jugar en la calle, pero mis padres por alguna razón no me prestaban atención. Hace poco tuvimos una conversación sobre este tema y compartí mis recuerdos. Según mis descripciones, todo coincidía: la carretera, la casa y el jardín. Pero resultó que mis padres habían vendido esa casa de campo un año antes de mi nacimiento y, en consecuencia, nunca volvieron a ir allí.
  • Una amiga me recomendó que colgara una cabeza de ajo de una cuerda en la puerta principal, del lado interior del departamento, para evitar el mal de ojo y la envidia de la gente. Cualquiera que deseara hacerle daño a mi familia no pasaría la puerta o no iría a mi casa en absoluto. Pues ahora mi mejor amiga, unos compañeros de trabajo y los parientes de mi marido ya nunca vienen cuando los invitamos a visitarnos. Cada vez que arreglamos un encuentro, terminan teniendo alguna “circunstancia imprevista”.
  • Mi compañera de cuarto habla mientras duerme, hace mucho que eso ya no me sorprende. Suspira, murmura algo y luego dice claramente frases como “Cuidado, hay un vaso en el suelo” o “Las cerezas son así, ya sabes”. Un día, me fui a la cama y escuché a mi compañera de cuarto suspirar como siempre. Bueno, pensé, ahora va a decir algo. Y unos segundos después, me di cuenta de que ese día ella pasaba la noche en la casa de su novio. No salí de debajo de la manta hasta el amanecer.
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