19 Apodos que prueban que la imaginación humana no tiene límites
Es común que durante la infancia y en la edad adulta, se nos asignen sobrenombres. Estos pueden tener su origen en situaciones cómicas o peculiares y luego permanecer con nosotros a lo largo de nuestras vidas. Ya sea que nos digan “Carpa” o “Cupido”, es interesante notar que, en lo que se refiere a la creación de apodos, la imaginación de las personas no se agota. 😆
- En la escuela primaria, fuimos a registrarnos en la biblioteca infantil. El diálogo entre la bibliotecaria y un compañero de clase:
—¿Apellido?
—Cortizo.
—¿Cómo dijiste? ¿Guiso?
Pronto vamos a cumplir 40 años, pero a ese amigo lo seguimos llamando “Guiso”. - Mi novia y yo odiamos todo tipo de apodos lindos, como “Amorcito”, “Bebé” y similares. Simplemente no nos gustan. Entonces surgió ante mí la cuestión de cómo llamar a mi amada para expresar todo mi amor con una palabra, así que ahora la llamo “Embutido”
- Hoy, durante mi turno en el restaurante, tres chicos les hicieron una propuesta de matrimonio a sus elegidas. Y las 3 veces, yo atendí su mesa. Ahora, entre mis compañeros tengo el apodo de “Cupido”.
Conoce a los famosos que también recibieron un apodo y ahora su nombre de pila puede ser una sorpresa incluso para sus fans.
- Después de un descanso de 10 años, volví a trabajar a una farmacia. Noté con tristeza que, cuando les ayudaba a las personas que venían, ya fuera a preparar un medicamento o a curar una herida, mis colegas me miraban como si estuviera “loca”. Me pusieron “Batman” de apodo, y dijeron que nadie había hecho algo así antes.
- Mi abuelo era el director de una escuela, un hombre “old school”, por así llamarlo. Inteligente, estricto, lo sabía absolutamente todo. Era respetado y temido. Pero su apodo era “La gorra”. Y todo porque los escolares tenían estrictamente prohibido ir al club a bailar, y el abuelo salía todos los fines de semana por la noche de “cacería”. Podía esconderse en cualquier lugar. Cuando lo notaban, siempre decían las palabras claves “La gorra”, y todos salían corriendo. Era toda una aventura.
- Mi novio siempre cuenta sobre un amigo suyo, a quien se refiere como “Mazda”. Pero no lo había visto. Después de haber escuchado este apodo una vez más, pregunté: “¿Por qué Mazda?”. Con una sonrisa astuta, mi novio me mostró una foto en su teléfono, y su amigo tenía la cejas con la forma de este logotipo.
- Mi abuelo le cortaba el pelo a todo el pueblo: solo él tenía una rasuradora. Durante el habitual corte de un chico, el mango de la máquina se rompió. Y solo le había rasurado 2 líneas. Desde entonces, al chico empezaron a llamarlo “Sandía”. Ya es un anciano, pero sigue siendo “Sandía”. © hohoho777 / Pikabu
- Mi amigo tiene 56 años. Todos le dicen “Carpa”; a su esposa la llaman “Carpa mamá”, y a sus hijos “Carpillos”. Le pregunté de dónde venía y me contó que, en la infancia, él jugaba al fútbol con otros niños y era portero. Jugaban después de la lluvia, y había un gran charco en el área de penalty. El juego estuvo mayormente lejos de la portería, y entonces él exclamó: “¡Chicos, estoy aquí como una carpa abandonada!”. Y eso fue todo, le dirán “Carpa” de por vida. © Kamparo / Pikabu
- Tengo una amiga con la que a menudo nos metíamos en problemas cuando éramos jóvenes. La tenía agendada en mi teléfono de todas las formas posibles: “La chica de 10 toneladas”, después de una ocasión en que aplastó mis anteojos, o “La llorona”, luego de que se ofendiera por tonterías. Pero una vez soltó: “Oh, con este suéter me parezco a alguien que se llama Diego”. Y así quedó, la he tenido agendada como “Diego” los últimos cuatro años. Siempre me olvido de cambiarle el nombre, y este detalle en mi teléfono llama la atención constantemente. Mi ex se indignaba: “¿Quién es ese Diego que te llama a primera hora de la noche?”. O mi hermano, que se alegraba de que finalmente saliera con un hombre normal, después de leer un mensaje en mi teléfono: “Estoy llevando el taladro, prepara algo para comer”. Incluso había amigas que se interesaban constantemente sobre quién era Diego. Tuve que explicarle a cada uno que se trataba de mi amiga. © Olen / Genial.guru
- Anhelando toffees apasionadamente, una vez me pegué los dientes con ellos. El muchacho que estaba conmigo corrió riéndose a buscar agua caliente para que yo derritiera ese cemento. De todas formas, terminé perdiendo un par de empastes dentales que se habían quedado pegados al pegajoso caramelo. Desde entonces, cada vez que nos peleamos, este chico me regala dulces y empezamos a reír. Ahora mi apodo es “Caramelo”.
- Tengo un amigo que se apellida Pasta. Tiene pequeños rizos en la cabeza, y, debido a eso, los amigos le pusieron un apodo espacioso: “Ramen”. © Lisyashik / Genial.guru
- Una semana antes de mi boda, mi futura suegra me trajo una lista diciendo: “¡Qué bien que lo planeé todo!”. En ella había organizado un horario de limpieza de tres departamentos: el de la suegra, el de la abuela de mi futuro esposo y el de su hermana. Ante mi mirada sorprendida, ella respondió que pronto me convertiría en un miembro de su familia y que tenía que ir después del trabajo y limpiar sus departamentos. Y, si era necesario, también cocinar, ¡ya que ellos estaban cansados de hacerlo! Cuando se le preguntó por qué mi madre no estaba en esa lista entonces, la respuesta fue que yo estaba dejando a mi familia, así que mi madre tenía que ocuparse de su vida ella misma. Rechacé esta idea de inmediato y me esposo me apoyó. Pero a partir de ese momento, empezaron a llamarme “Perezosa”.
- En la secundaria, me apodaron “Bola de nieve”. Bueno, pensé: “Lindo nombre, les debo gustar a mis compañeros de clase”. Y luego descubrí que se debía a la caspa.
- Soy una chica con pelo muy corto. Para ser más precisa, me afeito la cabeza por debajo de 0,5 mm; es muy cómodo. En uno de mis trabajos anteriores, me pusieron de apodo “Rapunzel”.
- En los años escolares, a menudo llegábamos tarde al comienzo de la clase, explicándolo con el hecho de que estábamos comiendo en la cafetería. Siempre había filas largas allí, y los profesores lo entendían. Pero un día nos retrasamos más de lo habitual, y la profe de Matemáticas exigió explicar el motivo. Un compañero de clase dijo: “La compota estaba deliciosa, así que decidí llevarme otro vaso para después”. A lo que la mujer respondió: “Mmm, tú eres un chico atrevido, ¿verdad? ¡Siéntate!”. Desde entonces, a ese compañero le pusieron de apodo “Atrevido”.
- Tenemos un conductor en el trabajo que renunció unas 4 veces para mudarse a otra región, y siempre regresaba después de un año o un año y medio. Entonces le pusieron de apodo “Boomerang”. Por cierto, hoy volví a verlo: vino a pedir trabajo.
- Me acuerdo de un chico que se ofendía mucho por su apodo: “El cuarto”. Se debía a que su madre trabajaba en una cafetería llamada “Los tres cerditos”.
- Hasta el noveno grado, me decían “oruga”, porque realmente no quería ir a la escuela y fui muy len-ta-men-te. Y luego, en grados posteriores, estudié en otra escuela, donde tenía dos amigos, “piña” y “banana” (honestamente, no recuerdo por qué decidieron llamarse así). Ellos me llamaban “bananas”. Así nos seguimos llamando, aunque han pasado muchos años. © milasha / Genial.guru
- Teníamos un compañero llamado Enojado Steve. Era la persona más tranquila que conocía, y su verdadero nombre era Dave. © godor1 / Reddit
Compartir este artículo