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20 Personas contaron la emoción de comprar con su primer sueldo

Cuando hacemos la pregunta: ¿Qué hiciste al obtener tu primer salario y por qué?, algunos relatan experiencias que van más allá de una simple compra, porque definitivamente hay cosas que tienen más valor que el dinero. Estas son historias reales que nos hacen sentir bien, nos inspiran y nos llenan de energía positiva. ¡Échales ojo!

  • Recuerdo cuando mis padres se separaron y mi madre se quedó sin empleo, tuve que trabajar durante un verano. Con tan solo 14 años, mi sueldo era de 70 pesos. El día en que recibí mi primer pago, fui al mercado y compré chuletas de cerdo y papas para hacer un puré casero. Quería preparar un almuerzo especial para mi madre y demostrarle que no estaba sola. Dejé algunas monedas para el pan de la semana y me compré una bebida solo para mí. No recuerdo cuánto sobró, pero nunca olvidaré ese almuerzo y lo mucho que significó para nosotros. © Felipe GH / Facebook
  • Hace 25 años, con mi primer sueldo, compré una chamarra que se convirtió en una prenda especial para mí. Recientemente, decidí regalársela a mi hija de 16 años, quien la adora y la utiliza con frecuencia. Me llenó de alegría escuchar que mi hija aprecia la chamarra, y aunque bromeó diciendo que era lo único de buen gusto que he comprado, me hizo sentir muy feliz saber que mi regalo fue bien recibido y que puedo compartir un recuerdo especial con mi hija. © Paulina Elizondo / Facebook
  • Aquella vez que tenía 16 años, compré una fuente, una espumadera y un cucharón con mi primer sueldo. Entusiasmada, decidí regalarle todo a mi mamá como muestra de mi amor y agradecimiento, sin embargo, su respuesta fue inesperada: “¿Para qué quiero esto?”. © Mar Mart / Facebook
  • Recuerdo que cuando recibí mi primer pago en mi trabajo, me emocioné mucho al ver que había recibido dos cheques. En ese momento, decidí hacer algo especial para las dos personas más importantes en mi vida: mis padres y mi esposo. El primer cheque se lo entregué a mis padres, ya que ellos habían trabajado muy duro para ayudarme a obtener mi educación y tener una carrera. El segundo cheque lo entregué a mi esposo, quien siempre me había brindado su apoyo económico y emocional en todo momento. Además, había sido un gran apoyo para mí en la crianza de nuestros hijos, permitiéndome quedarme en casa para cuidarlos y disfrutarlos. © Nelly Rivera / Facebook
  • Desde que era niña, siempre me ha encantado una marca de chocolates. Cada vez que mi abuelita recibía su cheque de jubilación, ella me compraba esos chocolates como una recompensa por acompañarla a cobrar. Le prometí que cuando trabajara, también le compraría esos chocolates. Nunca olvidé esa promesa y con mi primer sueldo, compré una caja de chocolates para ella. Lloró y me dijo que lo más bonito de los frutos del esfuerzo es poder compartirlos con la familia. © Jessica Barreda Franco / Facebook
  • En una ocasión, compré víveres para llevar a mis padres y me sentí muy importante al poder ayudarlos de esa manera. Sin embargo, me emocioné tanto que terminé gastando todo mi dinero en la compra. Cuando llegué a la casa con las bolsas en mano, no pude evitar llorar. Mi padre se acercó a preguntar qué pasaba, y al darme cuenta de mi error, le expliqué que me había quedado sin dinero para los pasajes del resto del mes. A pesar de todo, mi padre me abrazó y me hizo saber que apreciaba mi esfuerzo. Fue una lección importante para mí, ya que aprendí la importancia de administrar correctamente mis finanzas. Desde entonces, mi padre aún recuerda aquel episodio gracioso, y en esa ocasión, me ayudó a pagar los gastos del mes. © Digna Emperador de Franco / Facebook

La emoción de recordar el primer sueldo no se puede comparar con nada. ¿Tú qué hiciste con tu primer pago?

  • Recuerdo una vez que fui a un restaurante muy bonito con mi madre. Al principio, dimos muchas vueltas antes de decidirnos a entrar, ya que no estábamos acostumbrados a ese tipo de lugares. Sin embargo, desde entonces, he logrado llevar a mi madre a comer fuera de casa con más frecuencia. Aunque nuestra situación económica no siempre ha sido la mejor, es gratificante poder hacer ese tipo de cosas con ella y disfrutar de buenos momentos juntos. © Mariana Lozano / Facebook
  • Cuando tenía 16 años, rescaté a un perrito de la calle, pero mi madre no quería tenerlo en casa. Para poder mantenerlo, decidí buscar trabajo y así fue como conseguí mi primer trabajo como niñera. Con mi primer sueldo, compré mucha comida para perros y pude asegurarme de que mi nuevo amigo peludo recibiera los cuidados y la alimentación adecuada. © Maria Angela Corrales / Facebook
  • Cuando cumplí 18 años, empecé a trabajar en una fábrica textil y uno de mis primeros objetivos fue comprar una cama nueva para mis abuelos. Ellos siempre habían sido muy importantes para mí y quería hacer algo especial para agradecerles todo lo que habían hecho por mí. Así que, decidí sacar una cama a plazos y sorprenderlos con este regalo. Recuerdo claramente la cara de felicidad de mi abuelita cuando saltó en su nueva cama, y eso me hizo sentir muy feliz y satisfecha de haber podido hacer algo por ellos. © Evelyn Lara / Facebook
  • Cuando recibí mi primer salario, decidí invertirlo en una máquina de coser. Desde el primer momento, supe que esta compra me permitiría recuperar mi inversión y, además, convertirse en una herramienta útil para generar ingresos adicionales. Me alegra decir que mis expectativas se han cumplido con creces, ya que hasta el día de hoy, mi máquina de coser ha sido una fuente confiable de ganancias económicas. © Catalina Quilodran / Facebook
  • Adquirí unos zapatos y un medicamento para mi madre, pero decidí guardar el resto del dinero con el objetivo de costear una operación vital que ella necesitaba. Afortunadamente, mi esfuerzo dio sus frutos y gracias a la intervención médica pudo salvar su vida. El sacrificio económico valió la pena, ya que hoy puedo disfrutar del amor y la presencia de mi querida madre. © Florecita Sanres / Facebook
  • Cuando era un niño, viví en un hogar para menores y lo que más me marcó fue el frío. Sufrí por eso durante años y dormía vestido. Más que el hambre, eso fue algo que no podré olvidar. Lo primero que hice con mi sueldo fue adquirir un abrigo... era verano y no fue fácil encontrarlo. © carcosmorales / Twitter
  • Mi padre siempre me compró los mejores zapatos que pudo, y aunque sabía que tenía una marca favorita, se conformaba con los modelos más económicos. Por eso, cuando obtuve mi primer trabajo, decidí hacer algo especial por él y le compré unas zapatillas de su marca favorita. Aunque tuve que pagarlas en tres cuotas, me alegra haber hecho el esfuerzo para darle a mi padre un regalo que sé que aprecia mucho. © Analia Lima / Facebook
  • Hace algún tiempo, llevé a mi hermano menor al cine por primera vez. Aunque no recuerdo exactamente su edad, era tan pequeño que los lentes 3D le quedaban grandes y se le resbalaban constantemente. Después de la película, le pregunté si le había gustado, y me respondió que no había podido ver nada porque tenía queso de nachos en las manos y se ensuciaron sus lentes 3D. Aunque no fue la experiencia de cine que esperábamos, todavía me hace reír recordar ese día con mi hermano. © Andoeni Camacho / Facebook
  • Compré un microondas para mi casa. De esta forma mi mamá no tenía que calentar la comida en la olla para todos. © cgainza / Twitter
Imagen de portada carcosmorales / Twitter
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