18 Gatitos callejeros que al buscar calor y comida se convirtieron en un miembro más de la familia
Aquellos que somos amantes de los mininos sabemos que son animales curiosos a los que les gusta husmear por propiedades que no son de ellos. Pero cuando encuentran un lugar que les gusta, sin pedir permiso alguno se adueñan de él. Ciertos bigotudos tienen la suerte de encontrar una familia que los acoge y les brinda un hogar cálido.
En Ahora lo vi todo hemos recopilado imágenes de michis confianzudos que mientras deambulaban en busca de comida, lograron ser recompensados con el afecto de personas que cayeron en sus garras.
1. “Entré en mi habitación y encontré a un gato que no es mío tan cómodo en mi cama”
2. “Rescaté a un gato callejero de mi barrio. Por la noche su hermano venía a visitarlo. Realmente no tenía otra opción”
3. “Mi jefe atrapó a un gato callejero hambriento. El muchacho ha trabajado a tiempo completo tratando de adoptarme”
4. “Conozcan a Yo-Yo, el gato callejero que nos adoptó. Lo alimenté durante 2 meses antes de que decidiera que éramos amigos, y ahora se sienta en mi regazo todo el día”
5. “No es mi gato, parece que le gusta el olor que sale de la cocina”
6. “Ronnie (o el Sr. Ronniekins) se sienta en el umbral de nuestras puertas y ventanas. ¡Lo dejo entrar si está lloviendo! ¡Es tan amable y cariñoso!”
7. “Una tarde, mi esposo fue a la tienda. De regreso, me llamó y nos advirtió: ’Llevo un invitado’”
“Entró y, bajo su brazo, vimos a una pequeña criatura temblando con la carita escondida. Resultó que cuando mi esposo iba a la tienda, un gatito comenzó a seguirlo, llorando. Así caminaron un par de cuadras; finalmente, mi esposo me llamó y me dijo que esperara un invitado. Todavía tiene el hábito de esconder su carita”.
8. “Vi a un gato sin hogar en el pasillo del complejo habitacional. Le dije: ’¿Vamos a casa?’. Subí por las escaleras y el gato me siguió. Abrí la puerta de mi departamento: ’¡Pase, por favor!’”
“¡Entró al departamento, dio un paseo, olió todo, pero no lo pude echar! Así llegó a vivir conmigo mi gata Vasilisa”.
9. “Vivo en un primer piso. Abrí la ventana a las tres de la madrugada porque escuché que alguien estaba rascando el vidrio. Me asomé y vi que era un gato. Lo saqué a la calle y, al día siguiente, llegó con la intención de quedarse y yo no me opuse”
10. “El último día de mis vacaciones, decidí dar una vuelta por mi trabajo y ver qué estaba pasando. Me bajé en el estacionamiento y este gatito salió de debajo del coche”
“Sin pensarlo mucho, abracé al gatito y lo llevé a casa. De inmediato escribí en todos los grupos locales para entregarlo. Lo pensé 10 minutos y eliminé todo. Al parecer, fue el destino. Ahora vive con nosotros y nos alegra cada día. Por cierto, lo llamamos Blanquito”.
11. “Bajo la ventana estaba sentado un gatito. Al verme, se subió a mis brazos. Me espanté porque tenía llagas, lo dejé y corrí a la casa. Un minuto después, escuché que el gatito estaba maullando cerca de la puerta. ¡Te presento a Negrito!”
12. “Un día, en la calle se me acercó una gata sin hogar, acercó un gatito a mis pies y se fue. Esto fue lo que creció. El gatito necesitaba una casa y la recibió. Este es Kuzya”
13. “Una gata callejera empezó a venir a mi propiedad hace unos días. ¡Acaba de dar a luz a estos gatitos absolutamente adorables!”
14. “Ya han pasado dos meses desde que lo traje de la calle. No puedo entender por qué nadie quería a esta gran bola de amor”
15. “Iba a casa y de pronto salió una gata del contenedor de basura y me siguió. Entró a casa. Comió, estuvo en mis brazos. Después la saqué a la calle y la dejé ir. Regresé y tomé mi chamarra, bajé, pero ya no estaba”
“Estuve corriendo por toda la cuadra durante 15 minutos, buscándola. Regresé a casa y ella apareció maullando, salió de una escuela y caminó junto a mí. Después de dos semanas de educarla y acostumbrarla al departamento, resultó que la gata del contenedor de basura era perfecta”.
16. “Iba en el autobús y vi una mancha pelirroja. Era un gatito que estaba muy sucio de aceite y corría de un lado para otro. De repente, saltó al asiento que estaba a mi lado”
“La llamamos Dusya. Todavía no he logrado quitar de su pelaje todo el combustible, aceite de motor o con lo que sea que se ensució. Es mi gata. Solo a mí me percibe como su dueño”.
17. “Mi esposo construyó un pabellón. El primer día, apareció una gata muy delgada que llegaba sin falta y puntual a la hora del almuerzo”
“En septiembre, tomó la decisión de vivir en nuestra casa. Solo bastó con abrir la puerta para que ella corriera por el pasillo, se acercara a los platos y se escondiera en las recámaras; incluso podíamos pasar horas buscándola. La llamamos Cucarachita”.
18. “Fui a un viaje de negocios a otra ciudad. Iba por la calle y bajo mis piernas apareció un gatito. Lo acaricié y me dirigí hacia el auto. Abrí la puerta y el peludo subió”
“Él no perdió el tiempo, se subió al asiento y se durmió. Llamé a mi esposa y le pregunté si quería un gatito. Ella me dijo: ’¿Es gato o gata?’. Vi debajo de la cola y le dije que era un gato, pero no tan bonito. Le mandé una foto y me respondió: ’Tráelo’. Aún tenía un día de viaje y todo el día estuvo conmigo en el coche. Se la pasó durmiendo en el asiento o en mis rodillas. Ahora es un bonito gato negro que tiene un poco de estrabismo, pero esto no le molesta”.
¿Cuál ha sido tu experiencia más graciosa al encontrarte con un gatito que no era tuyo?