Dolores Hart, la actriz que pasó de ídolo del cine a madre superiora
¿Cómo olvidar a Dolores Hart, la actriz que besó a Elvis Presley en la pantalla grande? Pues, justo cuando todo parecía estar saliendo a pedir de boca en su carrera, decidió dar un giro de 180 grados y entrar a un convento. Dejó atrás los contratos millonarios y el glamour de Hollywood para convertirse en monja. Aunque eso sí, sigue siendo parte de la Academia y hasta vota por los Óscar desde su humilde habitación. ¡Nunca sabemos lo que la vida nos depara!
Su debut en la actuación
Algunas actrices pasan una notable transformación física para un papel.
Dolores Hart nació originalmente como Dolores Hicks, hija única del actor Bert Hicks y Harriett Lee Pittman, quienes se separaron cuando ella era joven. Residió en Los Ángeles junto a su madre, quien se volvió a casar. Durante la escuela secundaria, Dolores hizo una audición para el papel de Juana de Arco en la película Saint Joan de 1957, aunque no lo consiguió, su actuación le valió una beca para la Universidad de Marymount.
Allí, interpretó el papel de Juana de Arco y su talento llamó la atención de Hollywood. En 1957, Dolores hizo su debut en el cine como actriz de reparto en la película Loving You, donde tuvo el papel de la pretendiente de Elvis Presley. Todo esto sucedió cuando ella tenía apenas 19 años.
Uno de los besos más prolongados en una película
En la película Loving You, hay una escena donde los jóvenes protagonistas se besan, y Dolores Hart se convirtió en la primera mujer en besar a Elvis Presley en la pantalla. El beso se hizo famoso por su duración, ya que el director no quedaba satisfecho con las tomas y repitieron la escena varias veces.
Según Hart, el beso duró solo 15 segundos en la pantalla, pero ella lo recordaba con cariño después de más de 55 años. En ese momento, ella no conocía a Presley y no sabía que era famoso. Solo lo veía como un hombre dulce y sencillo con patillas largas.
Después de la escena, Presley le propuso una cita, pero Hart la rechazó porque eran compañeros de trabajo. Aunque ella lo encontraba un hombre encantador y humilde.
Su llegada a la fama
Marcar la diferencia en el séptimo arte es posible.
Después de su primer papel en Loving You, Dolores Hart recibió ofertas para actuar en otras producciones, y protagonizó algunas películas antes de volver a trabajar con Elvis Presley en King Creole en 1958. También tuvo éxito en Broadway, ganando un premio World Theatre y una nominación al premio Tony por su actuación en Su grata compañía. Su carrera como actriz seguía en aumento.
En 1960, Dolores interpretó el papel principal en la comedia adolescente Se necesitan dos para amar, que trataba sobre estudiantes universitarios en sus vacaciones de verano. La película se convirtió en un clásico para sus seguidores y fue un gran éxito en taquilla.
La similitud con Grace Kelly
Dolores Hart no solo poseía un gran talento actoral, sino también una personalidad encantadora que la ayudó a destacar en la pantalla. En solo cinco años, actuó en diez películas junto a conocidos actores como Montgomery Clift, Anthony Quinn, Robert Warner y George Hamilton, entre otros.
En 1961, Dolores recibió una oferta para interpretar a Clara en una película sobre la vida de San Francisco de Asís. Su actuación llamó la atención y comenzaron a compararla con la legendaria actriz Grace Kelly.
Pese a su éxito, la actriz de tan solo 25 años comenzó a sentirse inquieta. Un amigo le sugirió que visitara la abadía Regina Laudis en Bethlehem para “renovarse”. Hart encontró la paz que necesitaba en ese lugar y lo describe en su libro de memorias.
Un compromiso fallido
Tal vez buscando la felicidad, ella te encuentra primero.
Dolores Hart regresó a su vida cotidiana después de su estancia en la abadía Regina Laudis y se comprometió con su novio, Don Robinson, quien le había propuesto matrimonio. Aparentemente, todo marchaba según lo planeado, incluso habían elegido el vestido de novia. Sin embargo, Hart tuvo un momento de claridad mientras almorzaba con Robinson y le confesó que no podía seguir adelante con la boda, ya que no era algo que realmente quisiera hacer.
En su documental, Hart cuenta que Robinson se enfureció y montó un espectáculo en el restaurante, pero ella no se retractó de su decisión. “Siento que Dios me está llamando y necesito responder”, le dijo a su exprometido. Robinson tardó en aceptarlo, pero finalmente la apoyó.
Su salida del mundo del cine
Muchos de los famosos de los 80 y 90, mantienen su encanto con el paso de los años.
La decisión de Dolores Hart de dejar su carrera en el cine y entrar al convento no fue fácil. Decirle a su exnovio y a su productor Hall Wallis que no firmaría un contrato millonario con MGM fue difícil, especialmente cuando Hall Wallis le dijo que nunca más volvería a trabajar en la industria si no firmaba.
A pesar de estar segura de su verdadera vocación, admitió haber tenido miedo en los primeros tres años después de entrar al convento. De hecho, lloraba por las noches pensando en su decisión de dejar su identidad juvenil como actriz. Cuando ingresó al convento, tuvo que deshacerse de todas sus pertenencias, incluyendo abrigos de piel y joyas preciadas, y no pudo hablar con la prensa ni con su madre durante un tiempo, ya que tenían que asegurarse de que su decisión era auténtica.
El despertar de su verdadera vocación
Por supuesto, cuando Dolores Hart ingresó al convento, tuvo que cortar su hermosa y larga cabellera rubia. Este cambio de imagen le recordó a Clara, el personaje que interpretó en la película sobre Francisco de Asís, una joven aristócrata que renunció a todo para convertirse en monja. En la abadía, tenía que mantener períodos de silencio, pero en ocasiones, recibía visitas de amigos actores como Paul Newman e incluso de su exnovio.
A pesar de que pensó que su relación con Don había terminado cuando ingresó a la abadía, este la visitó varias veces y la ayudó en lo que pudo, incluso trabajando en áreas aceptables. Nunca se casó, y en una ocasión, Hart recordó que él le dijo: “No todo el amor tiene que terminar en el altar”.
Una religiosa en la industria cinematográfica
A pesar de las críticas, algunas famosas no se rinden.
En 1973, Dolores Hart fue elegida como madre superiora y decana de educación en el monasterio. A pesar de haberse alejado de los focos, Hart sigue siendo un miembro activo de la Academia, recibiendo copias de las películas y analizando los candidatos a los premios Óscar. Incluso envía su voto por correo para participar en la votación.
En 2012, fue invitada a la ceremonia de entrega de los Óscar cuando el documental God Is the bigger Elvis fue nominado para el mejor cortometraje documental. Sorprendió al aparecer en la alfombra roja con su hábito de monja.