Ahora lo vi todo
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20 Coincidencias que le dieron un toque picante a la vida de sus protagonistas

Las coincidencias de la vida son fascinantes. A veces suceden cosas que parecen totalmente fortuitas, pero que en realidad están conectadas de una manera que aún no podemos entender del todo. ¿Alguna vez has encontrado a alguien, en un lugar totalmente inesperado, y te has dado cuenta de que comparten un amigo en común? ¿O has descubierto que la persona con la que hablabas casualmente resulta ser el primo de tu vecino? A veces estas coincidencias pueden parecer sorprendentes, pero en realidad son una muestra de la forma en que nuestras vidas están interconectadas de maneras que aún no comprendemos del todo. Y quién sabe, quizás estas coincidencias puedan llevarte a descubrir algo nuevo e interesante sobre ti mismo o sobre el mundo que te rodea.

  • Cuando era pequeño, fui con mis padres a visitar a unos familiares en una gran ciudad. Salimos a caminar a la plaza central, y allí encontré por primera vez una máquina automática con peluches (ya sabes, una con un brazo mecánico). Tenía una moneda, la ingresé e inmediatamente saqué un juguete. Después de eso, fui con mi madre y le pedí otra moneda... Ese día saqué de la máquina 25 juguetes seguidos. Durante los siguientes 17 años, no pude conseguir ni uno.
  • Un día claro y soleado, cuando aún estaba en la universidad, atendí un banquete como trabajo a tiempo parcial. El evento se realizó al aire libre, en una vasta área sin árboles. Al final, cuando casi todos los invitados se habían ido, nos pusimos a ordenar. Bostecé, y el único pájaro en un radio de varios kilómetros, hizo popó directo en mi boca. Y también tuve un aneurisma cerebral. Los doctores dijeron que tenía una oportunidad de 25 000 de sobrevivir, pero todavía estoy aquí y no dejo de buscar a ese pájaro. © Fumidor / Reddit
  • Una vez estaba sentado en una parada de autobús, resolviendo un crucigrama, murmurando en voz baja las preguntas y las respuestas. Y a la pregunta sobre un personaje de Star Wars, respondí en voz alta: “Yoda”. El hombre sentado cerca se volvió y exclamó muy alegremente: “¡Kyllä!” Resultó que era un finlandés. Le pareció oír que yo le había ofrecido ir por una bebida y respondió: “¡Sí!”.
  • Viviendo en un pequeño pueblo del norte de los Urales con una población de 80 000 habitantes, durante 2 años no logré reunirme con mi antiguo compañero de clase. O él estaba en el trabajo, o yo tenía cosas que hacer. En 2010, fui a un viaje por Europa como parte de un grupo turístico. Llegamos a París, donde nos quedaríamos una semana, fuimos a los museos, tomamos fotos. Una vez que salimos del Louvre, estábamos parados junto a la pirámide de cristal, esperando a los demás, y entonces... este mismo compañero de clase apareció a la vuelta de la esquina. Me vio y como si no hubiera pasado nada, dijo: “Oh, hola, estoy un poco ocupado ahora, ¿nos llamamos y nos vemos en un par de semanas en casa?”. Y se fue. Al final, logramos encontrarnos en nuestra ciudad.
  • Estábamos preparándonos para volver de la casa de los padres de mi esposa a la nuestra. Tardábamos mucho porque mi suegra, como siempre, trataba de sacarme de quicio (aunque sea un poquito). Salimos un par de minutos más tarde de lo planeado. Estaba muy enojado, porque no me gusta cuando ocurren retrasos por razones tontas. Por el camino, exactamente a 200 metros frente a nosotros, se produjo una colisión frontal. Un auto se salió de la carretera en el otro sentido, voló hacia nuestra fila a una velocidad de no menos de 140 km / h, y chocó de frente un Toyota. Ya no me enojo cuando no puedo salir a tiempo.
  • Era pequeña y tenía que ir con mi padre a la casa de mi abuela. Pero de repente llegó la entrega del piano que mis padres compraron para mis clases de música. Estaba tan impresionada que solo quería probarlo. Y no fui a la casa de mi abuela. Era el destino. El hecho es que mi padre tiene mucha confianza al volante. Se siente muy bien manejando un automóvil y sabe lo que hace, por lo que rara vez juega a lo seguro, por así decirlo. Pero a veces hay que hacerlo, porque la velocidad suele ser alta y hay suficientes idiotas en el camino. Tuvo un accidente. Sobrevivió de milagro. Recuerdo la foto del auto: estaba todo arrugado, solo se salvó un asiento del conductor. No había duda: si alguien más hubiera estado en ese auto, no habría sobrevivido.
  • Mi esposo y yo fuimos de luna de miel a Tailandia. En el hotel conocimos a una pareja. Resultó que se habían casado un día después de nosotros. Bueno, puede pasar. Pero también eran de nuestra ciudad. Y su banquete fue en el mismo salón, solo que al día siguiente.
  • Me fui de vacaciones a una ciudad turística. Estaba sentada en un café, entró una mujer y me miró fijamente, yo también la miré. Luego se acercó y preguntó si nunca nos habíamos visto antes (yo también tenía esa duda). Le enumeré las ciudades por las que había viajado, pero ninguna coincidía. Luego resultó que ella era mi abuela paterna, con quien yo nunca había hablado. Me reconoció de una foto de una amiga. Y vivimos a 7 500 km de distancia.
  • En mi trabajo anterior, tenía que llevar muchas llaves conmigo. Al final de cada turno, tenía que colgarlas en un gancho, y cada vez que entraba a la oficina, las tiraba tratando de lograr que cayeran directamente sobre el gancho. Todos los días fallaba, y las llaves caían al suelo. Las recogía, las colgaba en el gancho y me sentaba a hacer un informe. Una vez, terminé el turno un poco más tarde de lo habitual y, al entrar en la oficina, vi a las autoridades allí haciendo un chequeo. Yo, como de costumbre, arrojé el montón de llaves, pero esta vez dieron en el gancho. Todo el mundo se congeló de asombro, pero mi supervisor inmediato dijo: “Apuesto a que no puedes volver a hacerlo”. Saqué las llaves del gancho, fui a la puerta y las tiré de nuevo. Y de nuevo di en el blanco. En 2 años de trabajo, solo me sucedió esas 2 veces. © mighty_adventurer / Reddit

Un irlandés se encontró accidentalmente con su doble de Texas en un avión

  • Cuando era pequeño, a menudo íbamos a ver hockey con toda la familia. Uno de estos días estábamos viendo un juego, y de repente papá me preguntó si quería comer pretzels calientes. Qué pregunta es esa, ¡por supuesto que sí quería! Llevé una botella de sprite conmigo. En el camino de regreso, olvidamos en qué sector estábamos sentados. Como resultado, nos confundimos de sector (fuimos al 16 en lugar del 15) y, en lugar de subir las escaleras y dar la vuelta, comenzamos, como todos unos mal educados, a pasar entre las filas para llegar a nuestro sector. Yo sostenía la botella por el cuello, presionándola fuertemente contra mi estómago para no ocupar mucho espacio al pasar frente a la gente. De repente mi botella desapareció. Miré hacia abajo y vi que estaba hecha añicos. Resultó que el disco que estaba en el juego de alguna manera voló sobre el cristal protector y alcanzó el podio. Y golpeó mi botella. Si no fuera por el sprite, el disco me habría golpeado en el estómago. Y si no hubiéramos confundido el sector, habría golpeado la cara de la chica frente a la que yo estaba parado. Después, me llamó el entrenador, me regaló el palo del portero, lo firmó y me felicitó por un rescate exitoso. © Dakrys / Reddit
  • Hace mucho tiempo me fui de vacaciones a Sebastopol, estaba paseando por Quersoneso. Me llegó un mensaje de texto de uno de mis amigos: “Estoy en Quersoneso, cerca de la campana. Es genial aquí, es una pena que tú no estés”. Bueno, en broma le respondí: “Llámame e iré”. E inmediatamente fui hacia la campana que, afortunadamente, estaba a unos 100 metros de mí. Ya acercándome, escuché el grito de mi amigo: “¡Víctor!”. Estaba a punto de responder “¡Aquí estoy!” cuando de los arbustos salió otro Víctor, el vecino del viejo departamento de mi amigo. Nos reímos por mucho tiempo. No hace falta decir que todos somos de una ciudad que está a mil kilómetros de ese lugar.
  • Cuando era chica, en respuesta al comentario de mi madre de que debía colgar las cosas ordenadamente en una silla, demostrativamente hice un bollo de un suéter y lo arrojé a una silla al otro lado de la habitación. Y, ¡oh, el horror!, aterrizó de manera uniforme en el respaldo de la silla, enderezándose bellamente. Mi madre y yo nos reímos durante mucho tiempo de que yo nunca lo habría colgado de manera tan pareja (y es cierto).

“Encontré a mi doble en una exposición de arte local llamada ‘Cuando sea grande’. Es curioso, porque mi primer sueño de la infancia era convertirme en astronauta”.

  • Estuve embarazada de mis tres hijos en períodos diferentes. Pero después del nacimiento de los dos primeros, ya sabía exactamente cuándo nacería el tercero. Y no me equivoqué: todos tienen la misma fecha de nacimiento.
  • Había muerto una persona que tenía el mismo nombre y apellido que yo, y hasta su fecha de nacimiento era igual a la mía. En ese entonces yo trabajaba en la oficina de abogados que ejecutó su testamento. Mis colegas se sorprendieron y me pidieron que confirmara muchos detalles aclaratorios para asegurarse de que no era yo el que había muerto. © uramit / Reddit
  • No lo creerán, pero la llave de mi (ya ex) departamento alquilado abría la puerta del departamento de mi actual novio. Las llaves eran similares, pero había diferencias. A pesar de eso, mi llave abría la puerta ajena más fácilmente que la copia que me había entregado mi novio. Lo supe por casualidad, cuando comencé a llevar ambas llaves juntas. Ahora, cuando me dicen: “¡Qué rápido empezaron a vivir juntos!”, respondo: “No es de extrañar: ¡solo cambié la puerta que abría con la misma llave!” o “¡Nuestra unión fue predestinada!”. Es sorprendente, vivíamos a más de 60 km de distancia.
  • En el trabajo de mi mamá, una colega le dijo que ella controla completamente todo lo que sucedía en su vida, que era la constructora de su propio destino, etc. Mi mamá le pidió que le diera un ejemplo y ella respondió que esa noche iba a pintar las paredes de su baño y que nada podía evitar que lo hiciera. Mi mamá replicó que podría suceder algo de fuerza mayor e interrumpir sus planes, por ejemplo, una tubería rota... Su colega se echó a reír. Al día siguiente, vino más sombría que una nube de tormenta y le dijo a mi madre: “¡Eres una bruja!”. Y, desde entonces, comenzó a evitarla. Resultó que los planes de pintar las paredes no estaban destinados a hacerse realidad: la tubería del baño se rompió y tuvo que pasar que pasar toda la noche sacando agua del suelo.

Aunque no hay una respuesta única y definitiva, hay algunas teorías que pueden ayudarnos a entender un poco más sobre por qué existen tantas coincidencias en la vida.

Una de ellas dice que las coincidencias ocurren simplemente porque hay muchas cosas sucediendo en el mundo todo el tiempo, y a veces las cosas se alinean de manera que parece que hay algo más detrás de ellas. Otra teoría es que quizás estamos más conectados de lo que pensamos, y que las coincidencias son una muestra de cómo nuestras vidas están interconectadas en formas que aún no comprendemos.

También hay quienes creen que las coincidencias son una señal de que estamos en el camino correcto, y que cuando suceden cosas sorprendentes e inesperadas, es una muestra de que estamos avanzando en la dirección correcta en nuestra vida.

En resumen, aunque no podemos decir con certeza por qué suceden las coincidencias en la vida, lo que sí podemos hacer es estar abiertos a ellas, disfrutarlas cuando suceden y tratar de encontrarle algún significado o lección que nos ayuden a crecer como personas.

Imagen de portada efie / Imgur
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